Hasta el viernes habrá luz en el segundo puerto del Pacífico, tras el atentado de alias Guacho, quien estaría buscando una alianza con otras disidencias en el Sur. En la ciudad se han reportado más de 60 homicidios en 3 meses.
Mientras las disidencias crecen, Tumaco sufre
Walter Patricio Artízala Vernaza, alias Guacho, entró a las Farc en 2007. Antes era comerciante en Limones, municipio de Esmeraldas, Ecuador.
Tumaco seguirá sin energía al menos hasta el viernes, cuando la empresa de energía Cedenar calcula arreglar el el daño que tiene sin luz a los casi 200 mil habitantes del segundo puerto del Pacífico desde que, el lunes en la noche, miembros de la disidencia que comanda alias Guacho tumbaron una torre de transmisión.
Ese es el último y más visible de una seguidilla de hechos en los que el autodenominado frente ‘Oliver Sinisterra’, la disidencia de ‘Guacho’, ha realizado en el puerto. Allí, en medio de la disputa por el control de la ruta de narcotráfico que baja de la cordillera hasta él e involucra al Clan del Golfo, a otra disidencia al mando de alias David y al ELN, ha crecido la violencia que ya llegó a Ecuador.
La pelea también llegó al casco urbano del municipio (donde viven cerca de 120 mil personas), que ha vivido más de 60 homicidios en los últimos tres meses y balaceras casi a diario, mientras en la zona rural, donde más de 4 mil familias adelantan la sustitución de cultivos, ‘Guacho’ -según dos fuentes del gobierno departamental, un líder de un consejo comunitario y otra fuente en la zona urbana de Tumaco- tiene el control del territorio, a pesar del despliegue de 9 mil uniformados en todo el puerto para proteger este programa y a sus habitantes.
Así las cosas, Tumaco es cada vez más víctima de una de las disidencias más visibles de ex guerrilleros, en una de las zonas más propensa a reencauchar la violencia tras la salida de las Farc. Que ya atente incluso contra la infraestructura, afectando a decenas de miles de personas, muestra que la situación puede seguir empeorando. Y lo mismo dice que haya cruzado la frontera.
La crecida hacia Ecuador
Guacho, cuyo nombre real es Walter Patricio Artízala Vernaza, ha sido señalado por las autoridades ecuatorianas y colombianas como el artífice de al menos tres ataques a gran escala en Esmeraldas, el puerto ecuatoriano a 40 kilómetros de Tumaco, solo en este año.
”Hay presión del Ejército y por eso se mueve a la frontera”
Uno por cada mes: en enero un carrobomba que dejó 28 heridos, en febrero un ataque con mortero a una estación del Ejército sin muertos, y el último la semana pasada con una bomba a una patrulla de la infantería de marina que dejó 3 muertos y 11 heridos.
Eso, además del secuestro de dos periodistas y un conductor del diario El Comercio ocurrido el lunes en la noche en Mataje, cerca a la frontera, que según las autoridades los de Guacho trajeron a Colombia.
Esmeraldas es atractivo para la disidencia de Guacho (que las autoridades calculan entre 70 y 80 personas) y demás grupos narcotraficantes porque desde la década pasada ha sido un centro de operaciones de droga en Ecuador, como explica este informe de la ONU de 2006.
El diario El País de España reportó en enero que según inteligencia de la Policía de ambos países, Guacho es la conexión en la frontera con al menos cuatro carteles, incluidos el Clan del Golfo y el mexicano de Sinaloa.
Y Guacho, que es ecuatoriano y era comerciante de Limones, una provincia dentro de Esmeraldas cuando en 2007 lo reclutaron las Farc, conoce el terreno.
“Como hay una presión directa del Ejército, hay presión en ambos lados contra ellos ellos buscan esta salida (en la frontera)”, dijo ayer el general Jorge Isaac Hoyos, comandante de la fuerza de Tarea Hércules que desde enero lo persigue.
“Es un tema ciento por ciento por narcotráfico, nosotros le advertimos eso al Gobierno Nacional. Que se mueva por la frontera tiene una explicación: al haber entrado la fuerza de Tarea Hércules, hay presión del Ejército y tienen que irse a lugares donde no hay fuerza pública”, nos dijo Édgar Isandra, secretario de Gobierno de Nariño.
”Le advertimos esto al Gobierno”
Para ellos dos y seis fuentes más consultadas por La Silla Pacífico en el puerto (contactadas antes de que la falta de luz por la voladura de torres los dejara sin batería en sus celulares), la movida de Guacho hacia Ecuador y los atentados a las torres de energía hacen parte de su estrategia de mostrar fortaleza, para contrarrestar la que producen las detenciones y bajas que han tenido en manos del Ejército y la Policía, y así mostrarse fuerte frente a otras disidencias de las Farc, que justo están buscando una posible unidad.
Según una alta fuente de la Gobernación que nos pidió reserva de su nombre por temor a su vida en Tumaco, Guacho estaría en conversaciones con la disidencia de Gentil Duarte (que tiene un corredor de narcotráfico en tres departamentos del Sur, como lo contó La Silla Sur y trabaja coordinadamente con otros tres grupos de esa zona) para una “coordinación nacional de disidencias”.
La Silla no pudo confirmar esta información con otras fuentes.
Más allá de las intenciones detrás de la arremetida, lo que está haciendo Guacho en la frontera y la zona rural se siente directamente en la ciudad de Tumaco con todavía más fuerza que antes.
Homicidios por día
En los 85 días que lleva 2018 ha habido 67 muertos en la zona urbana de Tumaco, casi uno al día. Según el comandante de Policía del puerto, el coronel José Palomino, la gran mayoría tienen que ver con la disputa entre la disidencia de Guacho, la de alias David (conocida como la Gente del Orden), el Clan del Golfo y el ELN.
“Hay un incremento alarmante de homicidios. Día a día hay enfrentamientos por un tema de territorialidad”, nos dijo el Coronel que nos dijo que han sido capturados ciudadanos ecuatorianos y mexicanos involucrados en asesinatos.
”Día a día hay enfrentamientos por territorialidad”
Aunque como contamos en La Pacífico Tumaco arrancó el año con 14 muertos (en total en 2017 hubo 222), la situación de las últimas semanas ha sido mucho más dura, con balaceras y ataques en lugares diferentes de la periferia.
“Imagina que si Tumaco fuera Bogotá y en plena Séptima con 72 y el Parque Nacional se dieran bala. La Policía los quiere atajar, pero ellos (los atacantes) tienen armas largas y militarmente están mejor dotados, porque en el negocio del narcotráfico las armas que les llegan son largas”, nos dijo un político tumaqueño que prefiere no dar el nombre, como la gran mayoría de fuentes en el puerto, por miedo a perder la vida.
Entre las víctimas están dos hijos de Bernardo Cuero, líder social asesinado el año pasado que ante tuvo que salir al Caribe para proteger infructuosamente su vida; dos niños de 1 y 4 años por una balacera la semana pasada; dos muertos en el centro de Tumaco el 10 de marzo por un enfrentamiento entre sicarios y otro en la avenida La Playa, la principal del Puerto, en otra balacera.
Eso muestra que la violencia por el control territorial del narcotráfico llegó con toda a la ciudad.
“Ya da miedo hasta salir al mercado”, nos dijo una fuente, mientras que otra nos dijo que era mejor “no salir en las noches para evitar problemas”.
“Lo que pasa en el área rural en Tumaco incide en la parte urbana y con los narcos y los cultivos. Estos no son hechos desconectados”, nos dijo Palomino.
De hecho, la Defensoría alertó que en esta situación están en riesgo las comunas 3, 4, 5 y 6 de la ciudad, de clase media y baja, donde según un funcionario de la entidad, que pidió reserva de su nombre porque no es vocero oficial, “hombres enfusilados hacen custodia de los negocios y recaudo de las vacunas, sin que haya control absoluto de la Policía”.
”Ya da miedo hasta salir al mercado”
De hecho, si bien el coronel Palomino nos dijo que “capturas hay todos los días”, incluyendo 17 sicarios que se venden “al mejor postor, David, Guacho o el ELN”, para la Defensoría y la Personería es evidente la falta de presencia de uniformados en esas zonas.
“Dentro de la estrategia Hércules no llegaron más policías, llegó Fuerza Armada y Ejército exclusivamente dedicados a labores de erradicación de cultivos. Acá no se ha fortalecido la seguridad”, nos dijo Anny Mercedes Castillo, personera de Tumaco. A pesar de eso,e n la sustitución también se ha sentido la arremetida.
El punto final: la sustitución
La disidencia de Guacho sigue haciendo presencia en Alto Mira y Frontera, zona donde él dijo que se mueve desde hace 10 años y donde el programa de sustitución de cultivos del Gobierno tiene a más de 4 mil familias inscritas.
Que Guacho esté ahí impacta directamente la sustitución como muestra que varios de los líderes del consejo comunitario de la zona han tenido que huír al puerto para resguardarse de las amenazas de las disidencias, pese a que desde la semana pasada tienen medidas de protección cautelares de la Cidh, tras el asesinato en octubre de José Jair Cortés, líder de ese consejo.
”Hemos hecho un retorno paulatino a Alto Mira”
“En esa zona ha habido mucho combate con el Ejército ecuatoriano, con el Ejército colombiano. Hemos estado haciendo un retorno paulatino, una semana, dos días, y luego volvemos, depende de lo que los de Guacho nos dejen”, nos dijo un líder del consejo.
Esa misma versión nos la confirmó un funcionario de la Gobernación que trabaja en terreno. “Andamos muy calientes”, dijo para resumir la tensión.
Una tensión que también existe por la constante presencia del Ejército que, en el marco de la operación Atlas, busca garantizar la sustitución y combatir a todos los grupos armados.
El lunes, antes de la voladura de las torres, el consejo de Alto Mira advirtió que la presencia del Ejército genera “tensión” en la sustitución y puso en entredicho su continuidad, a pesar de que ya llegó el primer pago a casi 3 mil de las 4 mil familias inscritas, alegando que “hubo erradicación forzosa de los cultivos”.
El director regional del programa de sustitución, Daniel Ramírez, nos dijo que se referían a un impasse porque el Ejército estaba haciendo presencia para garantizar la sustitución, no estaba erradicando, y que los campesinos entendieron mal esa labor. También, que la verificación de la ONU sobre la erradicación voluntaria arrancará finalmente la próxima semana.
Aunque el impasse ya fue superado, muestra las dificultades de lograr la sustitución y la erradicación con las disidencias respirándole en la nuca a los campesinos que dejaron de cultivar y con la disparada del precio del kilo de coca que, según tres fuentes en el puerto, estaría en casi dos millones de pesos frente a los 800 mil pesos de lo que costaban cuando salieron las Farc armadas del territorio, hace casi un año.
O si, con todos estos hechos ocurridos en apenas dos semanas en la zona rural, el casco urbano y la frontera, el “laboratorio del posconflicto” que prometió el presidente Juan Manuel Santos para Tumaco va rumbo al fracaso, como lo advirtió el gobernador Camilo Romero el lunes, al conocer de la voladura de las torres.
Como sea, el factor disidencias va a ser fundamental para que se defina el desenlace.