Mientras todo el país está concentrado en el Mundial de Fútbol, un pulso silencioso se vive en el Congreso por quiénes se quedarán con las dignidades en las mesas directivas, incluyendo las presidencias de Senado y Cámara, durante los próximos cuatro años. La conclusión es que en la coalición de Gobierno -incluyendo a los conservadores- todos quieren presidencias, pero como no alcanza para todos alguien no quedará contento.
No hay cama pa' tanta gente en las presidencias del Congreso
Mientras todo el país está concentrado en el Mundial de Fútbol, un pulso silencioso se vive en el Congreso por quiénes se quedarán con las dignidades en las mesas directivas, incluyendo las presidencias de Senado y Cámara, durante los próximos cuatro años. La conclusión es que en la coalición de Gobierno -incluyendo a los conservadores- todos quieren presidencias, pero como no alcanza para todos alguien no quedará contento.
Por ahora se sabe que el primer año del próximo Congreso la presidencia de Senado será de La U y la de Cámara de los liberales, y está más o menos definido que el segundo año a la presidencia de Senado lleguen los liberales, en el tercero repita La U y en el cuarto esa dignidad sea para Cambio Radical.
El problema es que los conservadores santistas que quieren que todo el partido vuelva a la Unidad Nacional también están pidiendo un periodo de presidencia de Senado. En ese caso les tocaría disputarse el cargo para el cuarto año con Cambio Radical, que aunque es un partido más pequeño tiene vicepresidente de la República y -contrario a los godos- apoyó en su totalidad la reelección de Santos.
Un senador que lo conoce bien le dijo a La Silla que, de hecho, el director de Cambio Radical y hombre cercano al vicepresidente, Carlos Fernando Galán, estaría interesado en dirigir el Senado en esa oportunidad.
Otra opción en ese caso sería que La U no repita presidencia de Senado en el tercer año para darle ese cupo a los conservadores, pero como lo contó La Silla el segundo senador santista más votado del país ya apartó ese puesto y será difícil quitárselo dado su peso político. Se trata de Bernardo ‘Ñoño’ Elías de La U, clave con sus votos en la reelección de Santos, quien postergó ser presidente de Senado ahora debido a que la atención mediática sobre él, hasta 2017.
Pero además al interior de cada partido se viven pulsos adicionales. Por ejemplo, en el Partido de La U hay tres interesados en ser presidente de Senado para este primer año: Armando Benedetti, Mauricio Lizcano y José David Name.
Aparentemente, Name tiene el derecho por haber sacado la mayor votación entre los tres. Sin embargo, como en la Cámara uno de los interesados en ser presidente en representación de los liberales es el cordobés Fabio Amín, Name podría ver afectada su empresa debido a que es del Atlántico y es probable que no dejen a dos costeños como cabezas de las dos alas del Legislativo.
Eso le convendría a Lizcano. La aspiración de Benedetti, según le han dicho varias fuentes a La Silla, no tiene muy buen recibo en su colectividad debido a las peleas que él ha casado con varios de sus copartidarios.
En la presidencia de la Cámara para este primer año le competirá a Amín el representante santandereano Édgar ‘el Pote’ Gómez.
El próximo 11 de julio se definirán todos estos pulsos, cuando se vuelvan a reunir compromisarios de todos los partidos y concreten qué le toca a cada quién.