Luego de semanas sin reunirse, de vacaciones y en modo Mundial de Fútbol, hoy comienzan a moverse duro las cosas en el Congreso con la elección del nombre del que será el próximo presidente del Senado. Un pulso en el que fracasaron los acuerdos y pesaron más las animadversiones y peleas regionales, y que por eso se va a definir a punta de voto limpio posiblemente esta misma mañana.
Nuevo presidente del Congreso, a voto limpio hoy a menos que se aplace elección
Luego de semanas sin reunirse, de vacaciones y en modo Mundial de Fútbol, hoy comienzan a moverse duro las cosas en el Congreso con la elección del nombre del que será el próximo presidente del Senado. Un pulso en el que fracasaron los acuerdos y pesaron más las animadversiones y peleas regionales, y que por eso se va a definir a punta de voto limpio posiblemente esta misma mañana. Aunque un bloque de senadores costeños del Partido de La U decidió a medianoche que pedirá el aplazamiento en un intento por ganar tiempo para, precisamente, concretar consensos.
La puja es de esta colectividad, a la que por ser la más votada dentro de la coalición de Gobierno le toca esa dignidad el primer y tercer año del Congreso que se instalará el 20 de julio. Pero a estas alturas parece estar más claro que en el tercer año el presidente será Bernardo ‘Ñoño’ Elías, como lo contó La Silla, que lo que pasará hoy a partir de las 9 de la mañana en el claustro La Enseñanza de Bogotá.
Ahí, si no hay aplazamiento, los 21 senadores votarán en secreto entre los auto postulados Armando Benedetti, Mauricio Lizcano y José David Name. El primero con el antecedente de sus peleas casadas con el partido; el segundo, señalado ayer de ser más uribista que santista, luego de que se revelara una foto de su matrimonio en el que el expresidente fue padrino; y el tercero, con dos particulares padrinos políticos en su campaña: los exsenadores Dilian Francisca Toro y Juan José García Romero.
Cualquiera de los tres, con la responsabilidad encima de ser capaz de unificar la colectividad y torear a una oposición que, además de Jorge Enrique Robledo, del Polo, llegará recargada con Claudia López, de la Alianza Verde, y Álvaro Uribe, del Centro Democrático.
Con el presidente Juan Manuel Santos, como ha pasado otras veces, negado a dar un guiño, los aspirantes quedaron en manos de los acuerdos previos, pero ninguno de éstos alcanzó a cocinarse. Al menos hasta anoche.
El primer acuerdo fracasado es un intento de unión de la bancada costeña de La U, que debía ponerse de acuerdo entre Benedetti y Name (ambos del Atlántico) para enfrentar al paisa Lizcano.
De entrada, tenían muchas posibilidades de ganar: los costeños en La U son 10 de 21, que además, cuentan con dos senadores pro Costa: Roosvelt Rodríguez y Manuel Guillermo Mora. “Eso le dará la victoria a la Costa”, le había dicho el pasado miércoles en la tarde uno de esos senadores costeños a La Silla.
La noche de ese día miércoles, esa bancada regional fue convocada a una reunión en el club El Nogal, a donde Roosvelt Rodríguez se presentó con su madrina política, la exsenadora Dilian Francisca Toro, procesada por presunto lavado de activos. Dos congresistas de La U le dijeron por separado a La Silla que ella y Juan José García, condenado por corrupción, han sido los jefes de campaña de José David Name con quien tienen una amistad y al parecer intereses comunes.
Un rato antes del encuentro en el club, se habían reunido en la casa de Armando Benedetti los senadores Name, Ñoño Elías y Musa Besaile. La Silla no precisó qué hablaron exactamente en esa cita.
El asunto es que al club nunca llegaron cinco senadores costeños que habían sido citados: José Alfredo Gnecco, Miguel Amín, Eduardo Pulgar, Martín Morales y Sandra Villadiego, y por eso la idea de la unión de la Costa fue un fracaso.
Cuatro fuentes conocedoras consultadas por separado coincidieron en que esos congresistas no se presentaron debido a rivalidades regionales. “Amín y Pulgar no votan por Name porque son rivales en el Atlántico y parece que esos no les conviene y Villadiego no vota por Name porque lo apoyan los García, que son sus enemigos políticos en Bolívar”, dijo una de esas fuentes.
“Martín Morales seguramente no va a querer votar donde vote Ñoño Elías, que está con Benedetti, porque ellos tienen sus peleas en Córdoba”, agregó otra fuente por aparte.
En ese río revuelto ha aprovechado para pescar votos Lizcano, en cuyas cuentas hay entre 10 y 12 votos incluyendo apoyos costeños que no se han destapado.
Un segundo acuerdo frustrado se lo contó a La Silla un senador del interior que, como todos los consultados para esta historia, pidió que se omitiera su nombre porque no quería cantar su voto: “Les estamos pidiendo a Name y a Lizcano que se pongan de acuerdo para que el que no vaya ahora, sea presidente en el tercer año. Se lo decimos a ellos porque a Benedetti no es que lo quieran mucho en el partido”.
Esa petición, si se hizo formalmente, nunca se concretó porque en una reunión de bancada hace tres semanas el Ñoño Elías, el segundo senador más votado de La U, había pedido la presidencia en el tercer año de Congreso que le vuelva tocar al partido y dado su peso político es una solicitud que seguramente no le van a negar.
De hecho, La Silla supo que hasta ayer varios senadores de La U de manera informal le insistieron a Elías que se lanzara ahora para acabar con la división, ya que él era un aspirante obvio por su cantidad de votos, pero él se negó porque dice que va a esperar aclarar los cuestionamientos a su gestión por el tema de la llamada mermelada.
El apoyo del Ñoño Elías es, precisamente, una de las fortalezas con las que cuenta la aspiración de Benedetti, quien también tiene el voto de Musa Besaile, el senador más votado de La U, también de Córdoba.
A pesar de las peleas que ha tenido en el pasado con él, se dice que también a Roy Barreras le convendría apoyar a Benedetti debido a que si éste gana la presidencia del Congreso le dejaría el camino libre a Roy para ser presidente del partido, una dignidad que también le interesa a Benedetti. Además, si llega a ser presidente ahora, Benedetti pasaría a la Comisión Segunda y desocuparía su asiento en la apetecida Comisión Primera (debido a que hace parte de los acuerdos que si alguien llega a la Presidencia no permanezca también en la comisión más importante) en donde La U tiene cuatro cupos y cinco aspirantes a entrar.
José David Name, por su parte, tiene los votos seguros de Roosvelt Rodríguez y Andrés García Zuccardi, el hijo de Juan José García y se dice que también el de Martín Morales. Pero acaso su mayor fortaleza sea que es el tercer senador más votado de la colectividad, y que es del Atlántico, un departamento clave para la reelección de Santos.
Lizcano tiene entre sus puntos a favor que varios de sus colegas, simpatizantes o no, le reconocen su preparación e inteligencia y dicen además que podría manejar muy bien la plenaria con una oposición tan fuerte. Además, que le hayan filtrado una foto de su matrimonio, ocurrido hace cinco años, cuando hasta Santos era uribista, le ha generado más revuelo en la opinión que al interior de la bancada.
Las cartas no están echadas y cualquier conversación de última hora podría definir el pulso. Anoche, Mauricio Lizcano ofreció una comida en su casa para algunos senadores que simpatizan con su aspiración. De si los convenció o no podría depender su triunfo o el de alguno de los costeños.
Anoche también lograron reunirse todos los senadores costeños, excepto Name, Amín y García, y acordaron pedir el aplazamiento de la elección hasta que no se pongan de acuerdo entre Name y Benedetti.
Hoy también se volverán a reunir los compromisarios de los diferentes partidos de la coalición de Gobierno para terminar de definir cómo quedarán conformadas las mesas directivas y los asientos en las comisiones.
Así que lo que está claro es que, después de un largo periodo de receso, el Congreso se volvió a sacudir.