La captura del exsenador vargasllerista Antonio Guerra de la Espriella le pega al tradicional clan sucreño que, de la mano del uribismo, estaba renaciendo.
Odebrecht golpea a los Guerra en su resurgir
Esta mañana la Corte Suprema soltó una bomba al informar que había dictado medida de aseguramiento contra el vargasllerista exsenador sucreño Antonio ‘Toño’ Guerra de la Espriella por, presuntamente, haber sido uno de los beneficiarios de los sobornos que repartió en el país la corrupta multinacional Odebrecht a cambio de hacerse a contratos estatales.
Cerca del mediodía, Guerra de la Espriella se entregó a las autoridades y se encuentra detenido en las instalaciones de la Fiscalía en Bogotá.
La consecuencia política de la noticia es el golpe al clan Guerra de la Espriella, uno de los más poderosos en la historia de Sucre, del que también hacen parte los hermanos de Antonio: María del Rosario ‘Charo’ Guerra (senadora del Centro Democrático) y Joselito Guerra (excongresista condenado por el proceso 8.000, sobre cuyo caso la ONU dijo que no había tenido garantías, aunque el castigo sigue firme).
Los Guerra habían perdido casi todo su poder, pero, de unos años para acá y de la mano del uribismo, se han fortalecido burocráticamente en Sucre y a nivel nacional.
Pese a ser vistos como un solo grupo familiar, el matiz de la historia es que Toño Guerra tiene su movimiento político propio con casa en Cambio Radical.
De hecho, para el momento de los hechos por los que es investigado era senador de ese partido y, por esa vía, integrante de la aplanadora santista que tenía el expresidente Juan Manuel Santos en el Congreso.
El año pasado, Toño aspiró a reelegirse por cuarta vez consecutiva, pero perdió su curul en escrutinios cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) encontró que la charista Ana María Castañeda (esposa del exsenador liberal Mario Fernández, aliado del clan Char de Barranquilla) superó a Guerra por 501 votos.
La investigación
La Corte investiga a Toño Guerra por supuestamente haber cometido los delitos de enriquecimiento ilícito, concierto para delinquir agravado, cohecho y tráfico de influencias ayudando a Odebrecht en trámites contractuales en el país.
El comunicado del alto tribunal señala que los hechos habrían ocurrido en 2012 y tienen que ver con un contrato de estabilidad jurídica y los proyectos Ruta del Sol II y Navelena.
El origen de esta investigación se remonta a julio de 2017 cuando la Fiscalía anunció que tenía pruebas de que Guerra había sido uno de los beneficiarios de los más de once millones de dólares que repartió la corrupta multinacional en Colombia con el objetivo de quedarse con la construcción de la Ruta del Sol II.
Por eso, decidió compulsar copias a la Corte para que lo investigara.
Casi tres meses después, la Fiscalía afirmó que, además de las investigaciones que adelantaba por la adjudicación de los contratos de Ruta del Sol II y la adición por la ruta Ocaña Gamarra, investigaría el contrato de estabilidad jurídica suscrito el 31 de diciembre de 2012 entre el Ministerio de Transporte y la Concesionaria Ruta del Sol S.A.S., cuyo socio mayoritario (con el 62 por ciento de las acciones) era Odebrecht.
Este contrato es clave porque, en palabras de la Fiscalía, “era la garantía por parte de la Nación de que al inversionista se le continuaría aplicando la normatividad vigente en materia de impuesto al patrimonio al momento de la suscripción del contrato, en caso de que aquél sufriera modificaciones en el futuro”.
Por supuestamente haber recibido coimas para ayudar a Odebrecht a obtener este contrato, el ente acusador pidió que la Corte investigara a Toño Guerra y al exsenador de La U Bernardo ‘el Ñoño’ Elías.
El que entonces estaba mencionando a Toño Guerra era el testigo Gabriel Dumar Lora (cuya empresa fue usada para lavar las coimas de Odebrecht en el país), quien aseguró que a Guerra le habían dado 200 millones de pesos por patinarle esa vuelta a la multinacional.
En noviembre del 2017, la Fiscalía detalló que Guerra supuestamente hacía parte de un grupo de congresistas, conocidos por los directivos de Odebrecht como “los Buldozer” por su capacidad de tumbar cualquier obstáculo, que hicieron posible que Concesionaria Ruta del Sol S.A.S obtuviera el contrato de estabilidad jurídica y la adición de la vía Ocaña Gamarra.
Por la gestión para el contrato de estabilidad jurídica, Odebrecht les habría pagado a los Buldozer, entre los que presuntamente se encuentran el senador de La U Armando Benedetti y los exsenadores del mismo partido Musa Besaile y el Bernanrdo ‘el Ñoño’ Elías, aproximadamente 3.500 millones de pesos.
Por la vía Ocaña Gamarra, Odebrecht habría pagado 50 mil millones de pesos a los Buldozer, pues para este contrato habrían aumentado el número de congresistas.
Según la Fiscalía, en esa vuelta, además de los Buldozer originales, participaron el exsenador liberal Álvaro Ashton (detenido por parapolítica), los exsenadores de La U Martín Morales (condenado por homicidio, narcotráfico y parapolítica) y Sandra Villadiego y el representante conservador Ape Cuello.
Casi un año y medio después de esta compulsa de copias, la Corte ordenó la captura de Guerra.
El golpe a los Guerra
Pese a que, para el momento de los hechos que detalla la Fiscalía, Toño Guerra tenía un camino político distinto al de sus hermanos, pues estaba con el santismo, su caída es un golpe mediático al clan.
De hecho, horas después de la noticia de la medida de aseguramiento, por redes ya muchos destacaban la relación familiar.
El señor Antonio Guerra de la Espriella, que la Corte pide sea capturado por sobornos de #Odebrecht, es hermano de senadora del Centro Democrático María del Rosario Guerra, y del señor Joselito Guerra de la Espriella, persona de inmensa confianza del expresidente @AlvaroUribeVel https://t.co/SgTIOv53oo
— Yohir Akerman (@yohirakerman) 21 de marzo de 2019
Después de eso, y si la investigación avanza o se produce una condena, es posible que siempre que Charo Guerra se refiera a Odebrecht sus opositores le recuerden el nombre de su hermano.
Eso sucede en momentos en los que los Guerra de la Espriella terminaban de salir de las cenizas.
Los Guerra son una familia tradicional de Sucre que fue decisiva en la fundación del departamento y llegó a poner gobernadores, concejales, asambleas y congresistas.
Sin embargo, como contamos, perdieron gran parte de su poder cuando el exsenador Álvaro ‘el Gordo’ García (condenado a 40 años de cárcel por su participación en la masacre de Macayepo) irrumpió en la política local y la dominó por casi dos décadas.
Por esos mismos años, a finales de los noventa, Joselito fue condenado por enriquecimiento ilícito, estafa y falsedad en documento privado dentro del proceso 8.000; lo cual marcó la caída del clan.
No obstante, vía su relación con el expresidente Álvaro Uribe, del cual Joselito es uno de sus grandes amigos y Charo fue ministra de Comunicaciones del 2006 al 2010, los Guerra han venido reencauchándose en los últimos años.
En el 2014, Charo Guerra fue la segunda en la lista cerrada del recién nacido Centro Democrático.
Fue elegida y, en el pasado cuatrienio legislativo, se destacó por su trabajo en el Congreso. Fue autora de 82 proyectos de ley, lideró varios debates de control político y, en general, es reconocida como una técnica.
Este reconocimiento le valió para ser una de las precandidatas presidenciales del uribismo y, cuando Iván Duque fue elegido por medio de encuestas, lo apoyó desde el inicio.
Con la llegada de Duque a la Presidencia, los Guerra se han fortalecido burocráticamente tanto a nivel nacional como en su natal Sucre.
Como contamos en La Silla Caribe, dos personas cercanas a Charo fueron nombradas en cargos del Alto Gobierno: Juan Manuel Daza en el Viceministerio de Relaciones Políticas (quien renunció para asumir la curul del exrepresentante uribista Samuel Hoyos) y Juan Daniel Oviedo en la dirección del Dane.
En Sucre, como también contamos, el gobernador Édgar Martínez de Cambio Radical les dio la Secretaría de Salud (en cabeza de Patricia Chica) y, en Sincelejo, el alcalde por firmas Jacobo Quessep les dio la Secretaría del Interior (en cabeza de Luis Fernando Arroyo).
Del mismo modo, hace un mes fue nombrada una persona del grupo de los Guerra de la Espriella en la dirección de la Unidad de Víctimas en Sucre: el psicólogo Isaac Hernández, un viejo militante del Centro Democrático en Sucre.
Además de esto, como lo contamos, los Guerra harán parte de una coalición con los grupos políticos del alcalde Quessep, del exrepresentante de La U Nicolás Guerrero y del grupo local de los Pérez Santos para poner un candidato a la Gobernación que le compita al cuestionado exrepresentante Yahir Acuña, quien ha dicho que se lanzará en fórmula con el exsenador Mario Fernández que va por la Alcaldía sincelejana.
De hacia dónde avance el caso de Toño Guerra dependerá la dimensión del coletazo a sus hermanos.