Ospina relanza su campaña en Cali (y otras tres claves de su huelga)

Silla Pacífico

Ospina en su anuncio en la plaza Jairo Varela. Foto: Facebook.

Impulsar un discurso de víctima de una persecución judicial le ayudaría a mantener vigente su imagen por encima de la de presunto corrupto.

El anuncio del candidato verde (y de tres partidos más) a la Alcaldía de Cali, Jorge Iván Ospina, de entrar en una huelga de hambre tras el anuncio de la Fiscalía de llamarlo a audiencia de imputación de cargos, es el relanzamiento de su campaña a 15 días de elecciones, ahora bajo la imagen de víctima de una persecución judicial.

El caso tiene que ver con la firma de un contrato por 466 millones de pesos que firmó la Alcaldía de Ospina, a través del entonces secretario General, Pedro Barco, con la empresa Visión Digital, que fue formada dos días antes de la inscripción del contrato.

El representante de Visión Digital es el publicista Guillermo Lombana, uno de los poderosos del círculo del principal contendor de Ospina, Roberto 'Chontico' Ortíz, quien en 2007 estuvo en la campaña de Ospina.

Acompañado por centenares de Gatos (sus grupos de apoyo, claves de sus bases en los barrios) y políticos con maquinaria y votos, Ospina hizo el mediático anuncio con un discurso donde acusó a algunos medios y a su principales competidoresen la campaña de estar detrás de esa presunta persecución.

Acá, los cuatro efectos clave de su discurso:

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Hace la de Uribe y Petro: usa un caso en su contra para favorecerse electoralmente 

Con todos los matices y las diferencias en los casos, Ospina aplicó la misma táctica que usó hace 48 horas el senador Álvaro Uribe tras la indagatoria en la Corte Suprema de Justicia por un proceso de presuntos falsos testigos, y el senador Gustavo Petro cuando salió de la Alcaldía de Bogotá: el llamado a audiencia a imputación de cargos es un eslabón de una campaña en su contra cuando es uno de los punteros en la carrera por la Alcaldía de Cali.

“No es justo que me quisieran graduar a mí de corrupto, de que soy irresponsable para lo público. He sido servidor público desde hace 25 años”, dijo Ospina en medio de su discurso en la plaza Jairo Varela.

Esa plaza es particularmente simbólica para su movimiento político, toda vez que allá inició sus tertulias en diciembre en precampaña, y es donde lleva a cabo la huelga de hambre.

La acusación de la Fiscalía es un rabo de paja para los Verdes, partido que tiene en Cali una de las dos más grandes apuestas electorales de las locales (la otra es Bogotá), porque su discurso anticlientelista y anticorrupción choca con las circunstancias de Ospina.

En eso podría tener efectos el argumento de la persecución judicial, pues Ospina insiste en que detrás están las élites caleñas y grupos opositores a su proyecto político.

“Hay grupos de poder que quieren secuestrar la democracia para ellos (..) Estamos acá para decirle a Colombia que la justicia se debe poner al lado de la democracia”, dijo, y también que solo levantará su huelga de hambre “cuando (las élites) reaccionen”. 

Como no es probable que éstas tomen responsabilidad de los hechos por los que Ospina los acusa, ni es fácil saber exactamente quién podría hablar a nombre de "las élites", esa huelga la prolongará y seguramente tendrá impacto mediático, amplificando su imagen de víctima en los quince días que quedan de campaña.

Más cuando ese discurso lo replican sus aliados de todas las corrientes políticas, incluidos políticos con maquinaria como la congresista Norma Hurtado, de La U de Dilian Francisca Toro.

A su lado aparecieron ayer políticos del grupo Nueva Generación (el de Dilian) como el senador José Ritter López; el senador Roy Barreras; la veterana concejal liberal Clementina Vélez (quien tiene grupo propio y puestos en la Administración); o el excandidato Alex Durán, quien recientemente adhirió a la campaña.

Con todo eso, y también en una táctica similar a la de Uribe y Petro, pidió a sus seguidores mantener la campaña por él en las calles, para continuar mostrando la fuerza que lleva punteando encuestass, y con bases y partidos de su lado.

 
 
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Vincula directamente a sus ‘enemigos’ con el proceso judicial y una campaña negra

Una constante en el discurso de Ospina es su teoría de que hay grupos políticos y económicos alineados en una campaña negra que deriva en la imputación: señaló a su más inmediato competidor Ortíz, al diario El País y al candidato fajardista, Alejandro Eder.

Los tres son la cara visible del discurso que ha movido en campaña Ospina, de combatir los intereses que dice que tienen las élites caleñas, como la urbanización de Pance y Jamundí. Eso porque los dos candidatos y el medio son financiados por poderosos grupos económicos.

A Ortíz, el candidato del uribismo, Cambio Radical, godos y Mira, Ospina lo acusó además directamente de estar detrás de la campaña negra en su contra.

Dijo que “no le quedaba duda” de que el video falso que salió a inicios de septiembre señalándolo de ser el candidato de las disidencias de las Farc “viene de parte de él”. De hecho, cuando entrevistamos a Ospina en nuestro ciclo de Tertulias, hizo esas mismas esas acusaciones. Días después, en el mismo espacio de entrevistas, Ortíz negó tener nexo con ese video.

Ayer Ospina indicó que en el diario La Razón (que como contamos, Ortíz financia), hay “miles de páginas en mi contra”; y que días después del video Ortíz habría pagado publicidad en su contra en el diario El País. 

El ruido alrededor de Ortíz y las campañas negras viene en parte porque el jefe de publicidad de su campaña es Guillermo Lombana, a quien como contamos le rondan ruidos de esas estrategias en campaña electoral, que él niega.

El segundo acusado por Ospina fue el diario El País, el de mayor circulación en el Valle, propiedad de la poderosa familia Lloreda y con el que desde la década pasada tienen cazada una pelea pública.

El último round fue cuando Ospina pidió a El País retractarse por indicar que la Procuraduría le tenía abiertos más de 60 procesos (información que sacó en una nota de febrero), ya que el ente había tenido un error de digitación al responder un derecho de petición.

“De acá no me levanto hasta que el periódico El País rectifique y adelante una comunicación seria”, dijo, vitoreado por sus seguidores.

Precisamente, en su edición de ayer El País contó las cuatro investigaciones de la Fiscalía a Ospina. 

El País fue un duro contradictor de Ospina cuando fue Alcalde (2008-2011) y reveló las alianzas que hizo en esa época con el condenado parapolítico Juan Carlos Martínez y el destituido exgobernador Juan Carlos Abadía. Además, públicamente el director de información del diario, Diego Martínez Lloreda indicó el año pasado que "personalmente" haría lo posible para que Ospina no volviera a la Alcaldía.

En esa misma línea de atacar a las élites, señaló al aspirante fajardista Alejandro Eder, cuya familia es dueña del Ingenio Manuelita y como contamos ayer reporta financiación de otros ‘cacaos’ caleños. Aunque no lo relacionó directamente en la pelea con El País, sí lo metió en la ‘colada’ de la campaña negra y el caso: “necesito decirle al señor Ortíz y al señor Eder que lo mío es con dignidad y respeto”.

 
 
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Muestra puntos extraños del caso en su contra

Ospina redondeó su imagen de víctima de una persecución judicial señalando que el proceso no se movió por doce años y reventó en plena campaña política. “Esperaron a que tuviéramos 45 por ciento de favorabilidad e intención de voto, que estuviésemos a la puerta de la victoria, con la intencionalidad de hacernos daño”, dijo.

Además señaló que los anuncios del proceso los ha filtrado la Fiscalía a los medios: primero, cuando la decisión que tomó en mayo de imputarle cargos fue anunciada en julio -cuando ya tenía dos avales- y que ahora, a dos semanas de las elecciones, se supo, vía otra filtración a medios, la fecha de la audiencia, que será tres semanas después de las votaciones.

Para ayudar a cimentar la imagen de persecución política, Ospina citó este detector que le pasamos a una imagen que venía rondando en redes desde hace 15 días en el que se anunciaba una supuesta fecha de la audiencia, pues en la reportería la Fiscalía nos dijó que no había aún fecha. 

Así mismo, mostró posibles irregularidades en el tema de tiempos: “no fue enviado a la Corte (cuando fue Senador), no fue discutido apropiadamente”. 

Tampoco es tan claro el delito. Según nos dijo el publicista Lombana, “pedí crear una sociedad sin mi nombre y se creó Visión Digital. Por el cambio de razón social dicen que la empresa no tenía experiencia”.

Ospina dice que denunció a la Fiscalía que el contrato era irregular, “y ahora, doce años después, ¿pretenden hacerme de ese contrato, culpable?”. Aunque el contrato igual se lo dieron. 

Por lo que dieron a entender Ospina y su abogado Eduardo Castillo en el discurso de ayer, parte de la estrategia de defensa será recordar que Ospina delegó la contratación a su secretario, Pedro Barco, quien también está investigado (igual que Lombana).

 
 
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Hace una apuesta que le puede servir a él o a sus rivales

Mantener su huelga de hambre hasta el día electoral podría favorecer a Ospina al mostrarse como una víctima del establecimiento político y económico de Cali. Más porque dice que ese establecimiento atenta contra la paz que él representa,y que tiene apoyo de bases sociales que harán su campaña. 

Pero, a quince días de elecciones, el caso patea el tablero electoral y podría impulsar a sus más cercanos opositores, Ortiz y Eder, quienes podrían usar a su favor la mancha de Ospina y advertir una eventual crisis en la gobernabilidad de la ciudad si sale elegido.

Si bien el llamado a juicio no indica una sentencia contra Ospina, sus opositores podrían poner en duda el futuro de la institucionalidad caleña si la justicia lo condena y debe dejar la Alcaldía.

Esa sombra podría favorecer a Ortiz para arrebatar votos tanto de sectores populares, que le pelea directamente a Ospina, como atraer nuevos apoyos de políticos que están con el candidato verde.

Y a Eder porque podría tener el momento político que hasta ahora no ha tenido para reforzar su discurso de candidato sin maquinarias o cuestionamientos judiciales, que lo impulse como tercería dentro del voto de opinión caleño que solo se hace visible el día de elecciones, como han mostrado en el pasado resultados sorpresivos como la vcitoria de Maurice Armitage hace cuatro años.

 

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