Papá vs. hijo en Valledupar

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Uno de los clanes más poderosos que ha tenido el Cesar, con poder en lo local y lo nacional, venido a menos luego del escándalo de la parapolítica, podría retornar a la Alcaldía de Valledupar en octubre porque tiene pies en dos campañas fuertes. La particularidad es que padre e hijo juegan divididos. Al menos por ahora.

Uno de los clanes más poderosos que ha tenido el Cesar, con poder en lo local y lo nacional, venido a menos luego del escándalo de la parapolítica, podría retornar a la alcaldía de Valledupar en octubre porque tiene pies en dos campañas fuertes. La particularidad es que padre e hijo juegan divididos. Al menos por ahora.

Por petición expresa del expresidente Álvaro Uribe, Sergio Araújo es la carta del Centro Democrático y se enfrenta al exconcejal Jaime González, el candidato del vargasllerismo cesarense que va respaldado por Álvaro Araújo Noguera, padre de Sergio, el actual alcalde, el exsenador condenado por parapolítica Mauricio Pimiento y el empresario Alfonso ‘Poncho’ Mattos.

Exministro y excongresista que ha hecho política desde los años 70, el viejo Araújo Noguera tiene influencia en la actual Alcaldía por cuenta de su vieja alianza con el alcalde Fredys Socarrás. Los dos políticos militaron juntos en ALAS, el partido que fundó el hijo de Araújo y hermano de Sergio: el exsenador Álvaro Araújo Castro, condenado por parapolítica.

En esa orilla se ha mantenido, a pesar de la lanzada al agua de su hijo Sergio, quien no tiene mayor trayectoria política.

Una fuente conocedora nos contó que, aunque sus hijos siguen con el uribismo en cuyos gobiernos obtuvieron poder, Araújo Noguera no está dispuesto a irse con ellos a hacer oposición y arriesgarse a quedarse sin participación en la Alcaldía. Tampoco se quiere quedar por fuera del bus presidencial del vicepresidente Germán Vargas Lleras, a quien muchos en Valledupar sienten como una carta ganadora en 2018.

Además de eso, el patriarca Araújo ha argumentado en algunos círculos políticos vallenatos que no se monta en la campaña del Centro Democrático porque Uribe no apoyó suficientemente a su familia cuando en 2007 comenzaron las investigaciones judiciales en contra suya y de su hijo Álvaro, las cuales le costaron a su hija María Consuelo la salida de la Cancillería.

Ese año la Corte Suprema de Justicia expidió orden de captura en contra de Álvaro Araújo Noguera y su hijo Álvaro Araújo Castro, quien en ese momento era senador y debió renunciar a su curul, porque ambos eran acusados de tener vínculos con 'Jorge 40' y por su presunta participación en el secuestro del empresario Víctor Ochoa Daza.

Araújo Noguera fue capturado un año después en Venezuela tras haber estado prófugo, pero absuelto de los cargos por falta de pruebas en 2009. A su hijo también la justicia lo absolvió del secuestro, pero lo condenó por parapolítica.

El viejo Araújo también ha dicho, nos aseguraron varias de las personas consultadas para esta historia, que no lo convencía desde el comienzo la candidatura de Sergio porque con ella volverían -como ha ocurrido- los señalamientos en contra de la familia por parapolítica.

En un informe publicado hace unas semanas, la Corporación Paz y Reconciliación calificó a Sergio Araújo como uno de los 140 candidatos avalados para las locales de octubre que representan a fuerzas cuestionadas.

En ese documento se dice que la familia Araújo Castro “ha sido señalada de haberse aliado con paramilitares en Cesar” y se recuerda la condena por parapolítica de Álvaro, hermano de Sergio, y una investigación al exministro por presuntos vínculos con 'Jorge 40'.

En respuesta, Sergio Araújo citó a una rueda de prensa para contar con un video inédito su versión sobre la participación que tuvo en la desmovilización del Bloque Norte de las AUC.

Y aunque es obvio que el apellido de la otrora poderosa familia Araújo recobraría protagonismo y poder en cualquiera de las dos eventuales alcaldías que apoyan, el pulso por estos días de campaña va en serio.

Hasta ahora la rivalidad entre ambos proyectos se ha evidenciado vía Twitter. Sergio Araújo denunció hace un par de semanas que la expedición del decreto con el que la administración de Fredys Socarrás reglamentó la publicidad electoral fue un ataque en contra de su proyecto político. Esto porque en uno de los artículos quedó prohibida la utilización de vallas electrónicas o pantallas.

En una seguidilla de trinos, el candidato uribista le preguntó al alcalde si prohibía las vallas con wifi gratis que él le había comentado semanas antes para favorecer a su candidato o porque era una iniciativa que a él no se le había ocurrido.

A todos estos elementos políticos se suma una disputa familiar que La Silla confirmó con dos fuentes de primera mano y que tiene que ver con que la nueva pareja del exministro no es aceptada por sus hijos.

Ese malestar tiene tintes políticos porque el viejo Araújo puso a su cuñado, Asdrúbal Rocha, en la Secretaría de Educación de la Alcaldía, en representación de su grupo político. Un asunto que no ha caído bien en la familia.

Hasta antes de 2007, cuando la Justicia ordenó las investigaciones en contra de Álvaro hijo y Álvaro papá, los Araújo eran el grupo poderoso de ese departamento.  

Para aquella época eran los dueños de la Gobernación en cabeza de Hernando Molina Araújo (primo de Sergio), quien no terminó su periodo por haber sido detenido por parapolítica y posteriormente condenado; tenían seis curules en el Congreso con Alas - Equipo Colombia, partido que el exsenador Araújo Castro cofundó, y participaban en el gabinete uribista con María Consuelo Araújo como Canciller. Antes, durante el gobierno de Andrés Pastrana, habían tenido de ministra de Cultura a la asesinada Consuelo Araújo, La Cacica (hermana del viejo Araújo).

Desde entonces y tras sus líos judiciales, sus históricos rivales políticos, los Gnecco Cerchar, se han convertido en los amos y señores del departamentos con tres de cuatro representantes, la Gobernación y 23 de 25 alcaldías. Hace poco, además, sellaron una alianza con el vargasllerismo vía su candidato a la Gobernación: Franco Ovalle, el mejor amigo de Vargas Lleras en el Cesar, como lo contó La Silla.

El poder de los Gnecco da para tanto que llevan tres candidatos a la Alcaldía: a Tuto Uhía, quien fue secretario de la administración del gobernador Luis Monsalvo Gnecco; a Andrés Arturo Fernández, quien es primo del gobernador y tiene el aval de Opción Ciudadana, y hasta tienen injerencia en la campaña de Jaime González.

La conexión con González es vía el representante Fernando De La Peña, empresario del chance que se lanzó al Congreso como fórmula del senador José Alfredo Gnecco.

Con las maquinarias de la administración municipal y de los Gnecco engrasadas, la candidatura de Sergio Araújo es vista por las fuentes que consultamos como una quijotada porque solo le apuesta al voto de opinión, que no es muy sólido en Valledupar. Nuestras fuentes nos aseguraron, además, que los líderes barriales, quienes son los que suelen conseguir los votos, están repartidos entre las campañas de Jaime González y Tuto Uhía.

Más allá del pulso familiar, está de por medio una competencia entre el vargasllerismo y el uribismo y la posibilidad de los Araújo de comenzar a recobrar el protagonismo que perdieron hace una década.

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