Para las mamás, ser de la primera línea de atención del covid ha sido un esfuerzo titánico

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Las mujeres ya asumen de manera desigual las labores del hogar y el cuidado de los hijos.  Pero para las que trabajan en la primera línea de atención del covid, el esfuerzo que ha implicado ha sido titánico.

Cielo Ferrer es enfermera jefe en Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Manuel Uribe Ángel de Medellín. Desde que inició la pandemia, atiende dos UCI de pacientes aislados por covid y otra de pacientes críticos no covid. También es mamá de un niño de dos años al que todavía lacta. 

Antes de la pandemia, Ferrer atendía a los pacientes de cuidados intensivos y, dependiendo de si tenía turno de día o de noche, llegaba a su casa a cuidar a su bebé. Pero desde que el covid llegó a Colombia, en marzo de 2020, ser mamá y enfermera se volvió más difícil. 

Ella pensó que quizás ya era el momento de dejar de lactar pero dado el estrés que ya implicaba atender pacientes graves y el miedo a infectarse, sintió que no era capaz de asumir lo que implica destetar al bebé. Entonces, decidió seguir. Hoy evalúa la posibilidad de tomar medicamentos para dejar de producir leche y hospedarse durante una semana, sin su hijo, en uno de los hoteles dispuestos para el personal de salud en el programa Por los que nos cuidan, de Fontur y los gobiernos locales.

“Cómo será el cansancio que estamos pensando en hacer eso”, dijo.  

El caso de Ferrer visibiliza una realidad que no es nueva: las mujeres ya asumen de manera desigual las labores del hogar y el cuidado de los hijos.  Pero para las que trabajan en la primera línea de atención del covid, el esfuerzo que ha implicado ha sido titánico.

Durante la pandemia, los días de descanso pasaron a ser días disponibles. Como tantos compañeros se contagian, los que están en la primera línea –hombres o mujeres– se están doblando en turnos también.

“Esto ha sido un revolcón en todo sentido”, dijo Cielo.

Las mujeres en la primera línea de atención de la pandemia

En las áreas de enfermería, auxiliares de enfermería y terapias respiratorias, que son las que están involucradas directamente con los pacientes graves de Covid19, más del 85 por ciento son mujeres. 

“Como muchos de los trabajos que ejercemos, tenemos rol de cuidadoras y estamos más expuestas al covid porque pasamos más tiempo con los pacientes”, dijo a La Silla Vacía Lina Triana, presidenta de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas.

Según el último informe del Instituto Nacional de Salud, son 42.177 los casos de covid del personal de salud. Los más afectados son los auxiliares de enfermería, con 10.818 casos. Un área en la que la mayoría, el 87 por ciento, son mujeres. 

“La mayoría de personas que se han contagiado son auxiliares de enfermería, la mayoría son mujeres”, dice Roberto Baquero, presidente del Colegio Médico Colombiano. “Las mujeres están mucho más expuestas porque son las que más están en contacto con los pacientes”.

Por eso, muchas mujeres en la primera línea de atención han tomado la decisión de aislarse dentro de sus propias casas, se han alejado de sus hijos y sus parejas o han adoptado protocolos de bioseguridad que implican nuevas formas de relacionarse con sus seres queridos. 

“Esta pandemia me ha obligado a estar lejos de mis papás porque los enfermo y se mueren”, contó Danys Mejía, quien es compañera de trabajo de Cielo Ferrer y jefe de enfermería del Manuel Uribe Ángel.  Ella dirige entre cinco y siete auxiliares de enfermería en cada UCI del hospital. Y tiene dos hijos, ambos menores de 10 años, y vive con sus papás, ambos adultos mayores. 

Danys cuenta que su trabajo le ha implicado pasar tiempo fuera de casa, no tener contacto directo con sus papás, usar tapabocas la mayoría del tiempo también en su hogar y evitar los abrazos. Un asunto que no es menor cuando la pandemia le pone de frente la fragilidad humana todos los días y a todas horas.

Danys le contó a La Silla que después de trabajar se toma cerca de hora y media en bañarse, lavar el uniforme y desinfectar sus cosas, hasta “que me sienta segura para mis hijos”. Después, se sienta a revisar con ellos los cuadernos del colegio, a ayudarles a hacer las tareas y a jugar con ellos.

Marilyn Cahuana, enfermera en el área de cuidado crítico en el mismo hospital y madre de dos hijas de 11 y 2 años optó durante los primeros meses de la pandemia de mantener distancia frente a ellas. Pero fue tan duro que tuvo que acudir a un psicólogo. 

“Me dio migraña, náuseas, incluso visión borrosa”, le dijo a La Silla. "Pero en la práctica me fui acostumbrando a ese estilo de vida que nos tocó".

El estallido de un problema viejo

Esa doble jornada, según el Dane, ya es más dura para las mujeres; ellas invierten 7 horas y 14 minutos al día en trabajo doméstico y de cuidado no remunerado mientras los hombres invierten 3 horas y 25 minutos al día en las mismas actividades. Pero, con el covid, para las mujeres en la primera línea de atención esta disparidad se ha hecho muy evidente.

“La pandemia ha exagerado lo que de verdad sucedía”, dice Lina Triana. 

No es fácil para muchas de ellas, sin embargo, tratar de discutir este tema con sus superiores, porque los cargos decisorios en el sector salud los ocupan en su mayoría hombres. 

Según un estudio de la Comisión Interamericana de Mujeres de la OEA, en el área de la salud en Latinoamérica, mientras las mujeres representan el 70 por ciento de la fuerza laboral, solo ocupan cargos decisorios de la misma área en un 25 por ciento.

Y, en todo caso, ellas sienten que no quieren que les apliquen excepciones.

“Todo el personal, hombres o mujeres, tenemos las mismas normas. No es válido que yo le pida a mi jefe entregar el turno antes porque debo lactar a mi hijo”, le dijo a La Silla Cielo Ferrer. 

 

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