Al aplazar de nuevo las fechas para abrir y adjudicar la licitación, la discusión sobre el tipo de metro que debe construirse en Bogotá se meterá, otra vez, en la disputa por la Alcaldía.
Peñalosa mete el metro en la campaña de 2019
El Alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, y el Gerente de la Empresa Metro, Andrés Escobar Uribe. Foto: Alcaldía de Bogotá.
Como lo anticipó La Silla Cachaca, el Alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, incumplió su promesa de abrir este lunes 6 de agosto la licitación para construir el metro de Bogotá. El nuevo plazo es diciembre, con lo que no sólo puso una nueva fecha por séptima ocasión en casi tres años, sino que hará inevitable que el metro sea un eje del debate en la campaña a la Alcaldía en 2019.
Los nuevos plazos
Ayer, Peñalosa, junto al Presidente saliente Juan Manuel Santos, firmó tres créditos por 196 millones de dólares con el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y el Banco Europeo de Inversiones, que son los que prestarán la mayor parte de los 4.400 millones de dólares que cuesta la obra.
Por otra parte, también comenzó el proceso de selección del contratista, con la precalificación de las empresas interesadas en construir el metro. Fue ahí donde se conocieron las novedades sobre la licitación.
La precalificación es una etapa en la que esas firmas manifiestan su intención de pujar por quedarse con el contrato, para que el Distrito evalúe si cumplen con unos requisitos mínimos de experiencia y capacidad para hacer la megaobra.
“És una fase preliminar”, precisó Peñalosa. “Si todo sale bien, a más tardar en diciembre debe abrirse la licitación propiamente dicha, en la que podrán participar las empresas precalificadas favorablemente”.
Con eso, el Alcalde puso por séptima vez una fecha para abrir ese proceso. Ese fue el primer cambio.
Eso podrá hacerse cuando por fin publiquen los pliegos de condiciones, el documento en el que deben constar los requisitos mínimos que deben cumplir las empresas interesadas y las características técnicas, legales y financieras de la forma como se va a contratar la construcción del metro.
Mientras los publican, “seguiremos mejorando los estudios”, anunció el Gerente de la Empresa Metro.
Este fue otro anuncio, ya que de esa manera ratificó, como se conoció la semana pasada, que efectivamente los consultores contratados para hacer los estudios (la firma francesa Systra y la colombiana Ingetec) tendrán más tiempo para terminar su trabajo. El contrato que inicialmente firmaron con ellos preveía terminar esos estudios a finales de 2017, así como estructurar y acompañar la licitación en los meses siguientes.
Que de eso quedan asuntos pendientes quedó ratificado, además, en la respuesta a un derecho de petición que dio a conocer esta mañana el concejal del Polo Manuel Sarmiento, en la que la Empresa Metro dice que a julio pasado aún estaban en ejecución varias fases de ese contrato.
De ahí que Peñalosa no afirme a rajatabla que todos los estudios están terminados, sino, como lo dijo esta mañana ante las preguntas de los medios: “Tenemos todos los estudios que se requieren para la etapa en que vamos” (que es la de firmar los créditos con los bancos).
El tercer anuncio fue sobre la fecha para conocer al ganador de la licitación. De acuerdo con el Alcalde, será en agosto de 2019, es decir, tres meses más de lo planteado en la más reciente prórroga al contrato con Systra e Ingetec, que dice expresamente que esa meta era mayo de 2019.
Que sea agosto del año entrante significa que, con lo previsible que puede resultar cualquier retraso una vez abran la licitación, la obra no estará contratada para cuando esté más caliente la campaña política para la Alcaldía, que terminará en octubre de 2019 con la elección de un nuevo alcalde.
A un metro de la campaña
Bajo los primeros cálculos que hizo Peñalosa de abrir la licitación a finales de 2016, la construcción de la obra hubiera comenzado entre 2017 y 2018, con lo cual la discusión sobre cómo hacer el metro, ya con la primera piedra puesta, perdería peso en la contienda por la Alcaldía de 2019 porque el costo de hacer campaña prometiendo parar la obra sería muy alto.
Con los nuevos plazos, ese panorama cambia porque es muy probable que cuando Bogotá elija un nuevo alcalde, si es que ya se ha abierto la licitación, aún no se habrá puesto la primera piedra, ya que la idea es que la empresa ganadora, una vez le adjudiquen el contrato, elabore unos diseños finales para poder hacer la construcción.
Por eso, si la licitación se adjudica en agosto de 2019, en octubre (tan solo dos meses después), cuando sea elegido el reemplazo de Peñalosa, puede que los movimientos de tierra no hayan comenzado.
Y eso incentivará hacer política a costas del metro.
El exsenador Antonio Navarro, que seguramente querrá postularse por la Alianza Verde para ser el candidato de la Coalición Colombia (que también incluye al Polo y Compromiso Ciudadano) ya dijo que prefiere el metro subterráneo y sólo hará el metro elevado si Peñalosa lo deja contratado.
Su campaña, entonces, puede tener un incentivo para presionar a la administración, por ejemplo haciendo énfasis en las posibles inconsistencias o inconveniencias del proyecto elevado, o en la necesidad de acelerar el proceso después de tanta prórroga con la advertencia de que él pueda aprovechar cualquier posibilidad de hacerle cambios.
Además, él o cualquier otro candidato que aglutine a la centroizquierda, también tendrá la presión de los sectores más duros que lo respalden y pidan que frene la obra.
Del otro lado, el candidato de la centroderecha puede tener la posibilidad de decir que, así el proyecto esté retrasado, para entonces estará muy avanzado con respecto a cualquier otro que se haya estructurado antes, y lo preferible sería la continuidad.
“Iniciar una nueva discusión sobre si es elevado o subterráneo es condenar a los bogotanos a otra década sin una solución de fondo”, le dijo a La Silla Cachaca el concejal uribista Diego Molano, que quiere lanzarse a la Alcaldía. “El proyecto de metro con las tres troncales alimentadoras (Avenidas Ciudad de Cali, Boyacá y 68) debe ser defendido. Sobre eso debería haber un pronunciamiento y consenso entre varios sectores políticos. Más bien hay que comenzar a planear y financiar la segunda línea de Metro”.
Por eso, los aplazamientos de Peñalosa en este proceso no sólo son autogoles que él se ha metido constantemente, sino que terminarán por azuzar el debate sobre quién debe reemplazarlo.