En su gira por Huila, Caquetá y Putumayo, Petro ratificó que llena plazas a punta de espontáneos.
Petro mostró que tiene cómo crecer en la tierra del No
Ante una multitud que llevaba más de tres horas mojándose por esperarlo, el candidato Gustavo Petro explicó en Florencia, una ciudad uribista, cómo es que piensa reemplazar al petróleo: sacó un aguacate. A las pocas horas en Huila, otro bastión del uribismo, llenó la plaza Santander de Neiva. Les pidió a las miles de personas que fueron a verlo que prendieran las linternas de sus celulares para luego decirles que ese aparato que nadie soltó para tomarle fotos, era un producto hecho a punta de cerebro, no de músculo, y que era decisión del país elegir entre “un gobierno del futuro que le apueste a todos los cerebros” y “un gobierno del pasado que privilegia a unos cerebros sobre otros”, refiriéndose al candidato del uribismo, Iván Duque.
Así, llenando una plaza entre espontáneos y gente que pagó por verlo y con un discurso que le apuesta a la polarización porque se muestra como la única opción viable distinta a la derecha, Petro mostró que en uno de los bastiones del uribismo y de la maquinaria vargasllerista de los González Villa, tiene de donde crecer.
El detrás de cámaras de la marcha
Detrás de la foto y de los videos que el candidato puso en su Twitter mostrando la plaza Santander repleta de gente -como acostumbra hacer para reforzar el mensaje de que él llena plazas a punta de espontáneos- hubo todo un trabajo de coordinación para mover a la gente y la ayuda del empresario transportador Armando Cuellar, que hace parte del comité logístico de la campaña.
Cuellar, como contó La Sur, es el gerente de la Cooperativa Motorista Coomotor, la empresa de transporte más grande del sur del país y supimos por dos fuentes del comité petrista que ayudó poniendo buses y chivas en varios municipios del Huila para llevar y traer a la gente.
Que un empresario lo esté apoyando de frente es un hecho curioso teniendo en cuenta que el lugar común en el país es que ese sector le tiene miedo, como lo hemos reporteado en departamentos como Santander o Valle del Cauca, donde no hay empresarios con él.
Pero los buses no fueron gratis. La Silla Sur supo haciendo reportería en dos municipios que fue la misma gente la que puso la plata para pagarlos.
En Algeciras, que queda a una hora larga de Neiva, comenzó a circular en Facebook días antes del evento un mensaje que confirmaba el apoyo de Coomotor y decía “adquiere tu cupo por solo 10.000 pesos”.
John Smith Rincón, el coordinador de los buses en ese municipio, le contó a La Silla que en total salieron cuatro buses de allá. “La gente pagó su asiento por verlo. De los cuatro buses, solo uno no se llenó porque quedaron libres seis cupos”, nos dijo.
En Garzón, un municipio al centro del departamento, los petristas hicieron ‘vaca’ y organizaron una lechona para pagar el bus. Coomotor y Cootranshuila (otra empresa transportadora que también está con Petro) les pagó el pasaje de ida y con lo que juntaron ellos pagaron el pasaje de vuelta.
Así fue como la plaza de Neiva se llenó de gente de otros lados. Llegaron delegaciones de sitios como Baraya, Suaza, Aipe, Pitalito y hasta un grupo de indígenas de Belalcázar, un municipio en el Cauca que queda al pie de La Plata, en el Huila.
Eso le ayudó a reforzar su mensaje contra las maquinarias porque mientras en otras campañas a la gente le pagan por ir a llenar la plaza, aquí hubo gente que sacó de su bolsillo para ir a verlo.
Al empujón de Coomotor se sumó el de los profesores agrupados en la Asociación de Institutores Huilenses, Adih, que es el sindicato de profesores del departamento y varios de sus directivos, que se movieron desde la consulta por Petro, volvieron a hacerlo invitando a la gente a salir.
También se notó el empujón de Verdes que se salieron de la campaña de Sergio Fajardo en el departamento como Miguel Rodríguez, uno de los fundadores del partido Verde en el Huila y miembro de la dirección nacional.
Y del lado de los jóvenes, los que más se movieron fueron los del comité petrista de la Universidad Surcolombiana. Ese comité, que lideran cinco estudiantes y en total suman 30 personas activas, se dedicó desde antes del evento a explicarle en los salones a los estudiantes las propuestas de Petro y se dividieron tareas (desde los afiches y el voz a voz hasta hacer los contactos con dirigentes políticos de izquierda) para sacar, según sus propios cálculos, dos mil estudiantes a marchar desde la universidad a la plaza el viernes.
“La ventaja del comité es que hay una organización que no surgió por la campaña, sino que viene de atrás”, le explicó a La Silla Juan Camilo Ortiz, miembro del comité.
Pero la plaza no solo la llenaron estudiantes, transportadores y profesores, sectores donde Petro siempre ha encontrado simpatizantes. También vimos a muchas personas mayores que coincidieron en decirnos que estaban con él “porque es el único que tiene propuestas para la tercera edad y no va aumentar la edad de jubilación ni nos va quitar las pensiones”, como nos dijo uno.
Incluso vimos gente que pidió permiso para salir temprano de sus trabajos como Lilí, una empleada doméstica que oyó atenta las casi dos horas de discurso. Un discurso en el que candidato de la ‘Colombia Humana’ dobló su apuesta por la polarización.
El discurso
El eje del discurso de Petro es que el país ha estado gobernado por una clase política tradicional, que según él, le interesa mantener un status quo de desigualdad social, corrupción, violencia e ignorancia académica y que hoy representa el candidato uribista, Iván Duque. Mientras él representa la “resistencia” a ese poder gobernante y la ruptura.
“Hay dos caminos. La línea que va hacia atrás, a la constitución del 86, sin derechos, sin cortes, sin independencia judicial, donde la clase dirigente se siente con el derecho divino a gobernar, o el camino del futuro, del siglo XXI, de las energías limpias y el saber generalizado”, dijo.
Y luego citó el pasaje de la Biblia que relata la hazaña de Moisés. “O nos devolvemos al faraón, a Uribe, o partimos las aguas del mar con alguien que no viene de linajes, que ha resistido, un hombre del común”, dijo.
Con esa idea de que solo hay dos caminos, algo que además quedó en evidencia porque en ningún momento habló de Sergio Fajardo ni de Humberto De La Calle, que también son alternativas a la derecha, Petro le apuesta a un discurso que “explicita el conflicto de clases existente”, como dijo a La Silla Académica Luciana Cadahia, profesora de la Universidad Javeriana e investigadora del populismo.
Un discurso que ‘heredó’, según Petro, de las propuestas de grandes liberales como Alfonso López Pumarejo, Jorge Eliécer Gaitán y el huilense Rodrigo Lara Bonilla. Referencias con las que envió un mensaje a los sectores liberales que se han ido acercando a su propuesta, como está pasando en Putumayo.
Por eso, las emociones que priman en el sur para votar por él es que lo ven como un candidato sinceramente preocupado por los pobres y como un político alternativo capaz de enfrentarse a la clase política tradicional.
El reto va ser traducir esas emociones y plazas llenas en votos en una región donde el discurso uribista desde las pasadas presidenciales, el plebiscito y la consulta del 11 de marzo, ha demostrado ser más fuerte en las urnas.