Piedad va un paso adelante de Marcha para su candidatura

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A la líder de izquierda Piedad Córdoba le falta conseguir el sí de su movimiento, Marcha Patriótica, si quiere lanzarse a la presidencia. 

Aunque muchos medios tomaron el juramento que le hizo la líder de izquierda Piedad Córdoba a la tumba de Fidel Castro en Cuba como su lanzada oficial a la Presidencia y ella salió después a decir que solo lo hará hasta que haya consenso entre los sectores progresistas, “un gran acuerdo ciudadano”, la sola noticia fue una sorpresa total en su movimiento Marcha Patriótica.

Dos fuentes de Marcha le contaron a La Silla por aparte que ella no ha hablado de que quiera lanzarse dentro del movimiento y para hacerlo, primero tendría que hacerse una consulta para graduarla como candidata.

“Lo mío es espiritual, no es un proyecto político y es muy importante la unidad. Sin ello, son solo veleidades” dijo Córdoba a La Silla.

Si decide lanzarse, cosa que a juzgar por el juramento a su admirado Fidel y por la campaña que ya le hace su hijo Juan Luis Castro Córdoba en Twitter ya es casi un hecho, primero tiene que conseguir la candidatura de Marcha Patriótica.

La sorpresa

Piedad ya estaba un paso más cerca del 2018 con el fallo de del Consejo de Estado de agosto del año pasado que le tumbó la inhabilidad que le puso el anulado procurador Alejandro Ordóñez.

 

No solo quedó más cerca jurídicamente. Como el Consejo de Estado decidió que su destitución del Senado fue injusta, el Estado le debe pagar todo lo que dejó de ganar como senadora entre el 3 de noviembre de 2010, cuando salió de su curul, y el 19 de julio de 2014, cuando se terminaba su periodo.

Y eso es la módica suma de unos mil millones de pesos fresquitos para poner la cuota inicial de su campaña.

Pero a pesar de estar más cerca y tener la plata al menos para arrancar, decía que quería dedicarse a impulsar una constituyente con “sectores progresistas y alternativos”, más que a ser candidata.

Por eso dentro de Marcha fue una sorpresa su anuncio.

Sobre todo porque dentro de ese movimiento que agrupa, según sus propios cálculos, más de dos mil organizaciones en todo el país, la discusión sobre quién será su candidato no se ha dado y ella no había contado que quería lanzarse.

“Aquí no nos contó y para que tenga el apoyo de todos, primero tiene que consultarlo”, dijo a La Silla una alta fuente de Marcha que pidió que no lo citáramos para evitar problemas con ella.

“Piedad tiene un liderazgo propio. Eso es indiscutible y dentro de Marcha le hemos preguntado si quiere lanzarse y hasta el momento nos había dicho que no había tomado ninguna decisión”, nos dijo Andrés Gil, dirigente de Marcha.

La primera reunión que ya tienen agendada para hablar del 2018 y de “todo los temas electorales”, según Gil, es el 8 de febrero.

Ellos están metidos de lleno en apostarle al “gobierno de transición” que propuso Timochenko,  máximo líder de las Farc, y que básicamente significa juntar a todos los sectores que están con el Acuerdo de Paz en un solo programa que implemente lo pactado.

En esa reunión quieren hablar “más que nombres, de propuestas que queremos que vayan en ese programa”, dijo a La Silla Gil. “De eso y de todo lo electoral”, agregó.

Como contamos,lo “electoral” para Marcha en este momento son las 16 circunscripciones especiales que crea el Acuerdo para que regiones apartadas, azotadas por la guerra, puedan tener representantes a la Cámara.

Por eso el movimiento está concentrado en que sus 30 comités departamentales hagan reuniones con líderes de Juntas de Acción Comunal, organizaciones sociales y de víctimas y movimientos que no están dentro de Marcha (como Fenalpaz que agrupa a organizaciones sociales en el Magdalena Medio), para arrancar a pensar en alianzas electorales.

Esa estrategia de mover a sus bases en las regiones le abona terreno al candidato que decidan y Piedad tiene una ventaja adicional.

Ella es la líder de Poder Ciudadano, una de las tres vertientes que tiene Marcha. Las otras dos son el Partido Comunista y la Coordinación Nacional de Organizaciones Agrarias y Populares, Conap.

Poder Ciudadano heredó las bases de la llamada Izquierda Liberal, un movimiento que salió del partido Liberal y que lideró Piedad cuando Marcha nació en 2012.

Tiene presencia sobre todo en Tolima, Valle del Cauca, Santander y Tumaco (según sus cálculos propios están en 28 departamentos) y aunque no se sabe exactamente cuánta gente mueve, para ese entonces reunía a 1.500 personas y hoy tiene más de diez mil seguidores en Twitter. En Bogotá tienen presencia, según ellos, en 18 localidades. 

A pesar de esa crecida, las pocas veces que Poder ha apoyado candidatos no les ha ido tan bien.

Cuando Juan Luis Castro Córdoba, el hijo de Piedad, se lanzó al Senado por el Partido Liberal hace tres años se quemó con apenas 23.492 votos.

Lo mismo pasó cuando Poder Ciudadano avaló a Diego Alexander Angulo, excandidato a la alcaldía de Tumaco, para una curul afro en el Congreso. Se quemó con 4858 votos.

Por eso para Piedad es clave que fuera de Poder Ciudadano, las otras vertientes de Marcha también se le sumen porque buena parte de las organizaciones del movimiento están metidas sobre todo en la Conap.

“Poder Ciudadano es más un movimiento alrededor de ella (Piedad), que una estructura. Sin eso es difícil sumar votos” dijo a La Silla una fuente de Marcha.

Fuera de Marcha, Córdoba puede cosechar apoyos en otras bases que aunque no son del todo de ella, sí son afínes.

Las otras bases

Piedad tiene de donde sumar apoyos, y bastantes, en tres sectores: las víctimas, los afros y las bases de las Farc.

Con las víctimas puede cosechar décadas de trabajo en pro de un acuerdo con las Farc y sobre todo porque haciendo cuanta gestión fue necesaria para facilitar la liberación de secuestrados, logró que muchas familias se reencontraran, incluyendo las de los soldados y policías en manos de la guerrilla.

Con los afros, es una líder reconocida, no solo porque ha dado la pelea por defender sus curules en el Congreso, como lo hemos contado, sino también porque para ellos: “ella es de las poquitas que puede unificar el activismo afro, que está tan fraccionado” dijo a La Silla Ray Charrupi,  líder de la organización afro Chao Racismo.

Con las Farc, aunque hasta ahora ninguno de sus líderes ha reaccionado al anuncio de ella en Cuba, el solo hecho de que haya sido facilitadora de liberaciones durante años, habla de su grado de cercanía con la guerrilla. Además porque pocas colombianas han tenido una relación tan estrecha con Hugo Chávez y el gobierno de Venezuela, que ella.

Cercanía que, según dos fuentes conocedoras de las Farc, puede servirle para sumarle los votos de la base social de la guerrilla, que en todo caso, no son muchos.

“Las Farc, si le va bien, pone 300 mil votos. Eso no alcanza para nada”, nos dijo una fuente. La otra fue más optimista y habló de 500 mil.

Pero más allá de esas bases potenciales, si Piedad de verdad va por la unidad como dice, también tendría que sentarse con otros precandidatos de izquierda como el senador del Polo, Jorge Enrique Robledo, de centro-izquierda como la senadora de Alianza Verde, Claudia López y el exgobernador de Antioquia Sergio Fajardo, e incluso con figuras del establecimiento y de su antiguo partido Liberal como el jefe negociador del Gobierno Humberto de la Calle, para hacerle un contrapeso real a un candidato de derecha.

Todo esto suponiendo que ya cuenta con el aval de su movimiento.








 

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