Hace dos semanas, el gerente del Incoder Rey Ariel Borbón le pidió la renuncia a dos subgerentes y dos directores de la entidad que maneja las tierras en el país y que es clave en el proceso de paz. A tres de ellos les aceptó la carta y a uno de ellos, que le había puesto una fecha posterior porque tenía un viaje de trabajo programado, lo declaró insubsistente. Curiosamente esta madrugada toda la planta del Incoder recibió una tarjeta institucional en la que agradecen a esos cuatro ex altos funcionarios -los únicos de la cúpula del Incoder que no habían llegado con él- por su “gran aporte al Instituto”.
Porque te quiero, te aporrio
El día después de elecciones y primer día sin ley de garantías, el gerente del Incoder Rey Ariel Borbón le pidió la renuncia -como contó La Silla- a dos subgerentes y dos directores de la entidad que maneja las tierras en el país y que es clave en el proceso de paz. A tres de ellos les aceptó la carta y a uno de ellos, que le había puesto una fecha posterior porque tenía un viaje de trabajo programado, lo declaró insubsistente.
Curiosamente esta madrugada toda la planta del Incoder recibió una tarjeta institucional en la que agradecen a esos cuatro ex altos funcionarios -que eran precisamente los únicos de la cúpula del Incoder que no habían llegado con Borbón- por su “gran aporte al Instituto”, y por “su trabajo impecable y profesionalismo” que permitió a la entidad “alcanzar grandes logros”.
Como ha contado La Silla, Borbón ya había hecho un primer remezón en la cúpula del Incoder al llegar a mediados de enero y a una semana del inicio de la ley de garantías. En esa carrera contra el reloj, había cambiado a dos subgerentes y cuatro directores. Casi todos los que llegaron son políticos de carrera conservadores y huilenses, como él y su padrino político, el senador Hernán Andrade.
Al igual que sucedió con el primer remezón, varias personas del sector agrario temen que el gerente del Incoder escoja a sus reemplazos con un criterio más político que técnico. Lo que evidencia la tarjeta es que, en cualquier caso, fue una echada que al final quiso ser muy amable.