Roberto Prieto, el hombre de la reelección

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Fue Roberto Prieto quien inscribió oficialmente la candidatura de Santos y desde entonces ha dejado claro que será él quien llevará las riendas de la campaña de reelección.  Una movida que descoloca a la Fundación Buen Gobierno pero que responde a las quejas que han tenido hasta ahora los partidos de la Unidad Nacional.

Ayer se reunieron los miembros de la Fundación Buen Gobierno con Santos. Al final de la reunión, se anunció que Juan Fernando Cristo entrará a reemplazar a María Emma Mejía, que va como embajadora a la ONU.

Roberto Prieto es el hombre que le ha manejado a Santos sus campañas políticas desde la primera vez que el ahora Presidente pensó que tenía un chance de llegar a la Casa de Nariño. Eso fue en 1997. Esta vez no será la excepción.

El lunes, fue Prieto quien inscribió oficialmente la candidatura del Presidente-candidato y desde entonces ha dejado claro que será él quien llevará las riendas de la campaña de reelección.  Una movida que descoloca a la Fundación Buen Gobierno -pues Prieto no hace parte de ella- pero que responde a las quejas que han tenido hasta ahora los partidos de la Unidad Nacional con el liderazgo de Germán Vargas.

“Cada área de la campaña tiene una autonomía pero no pueden ser ruedas sueltas. Al final, la última decisión es la del gerente. Yo le dije al Presidente, yo soy todo menos un gerente de papel”, explicó Prieto a La Silla Vacía. Dijo que Buen Gobierno producirá insumos programáticos para la campaña como lo hizo en la última Juan Carlos Echeverry.

El estratega

Prieto se conoció con Santos hace muchos años cuando se dedicaba a la planeación estratégica de medios. Hdescubierto un nicho interesante administrando la pauta en las radios locales, como Radio Guatapurí, a las que los candidatos presidenciales normalmente no prestaban mucha atención.

Prieto tenía 30 años y en 1997 Santos lo llamó para ofrecerle la gerencia administrativa de su campaña preelectoral dentro del Partido Liberal.  El gerente de esa fugaz campaña era Germán Cardona, el primer ministro de Transporte de este gobierno.

Prieto será quien dirija la campaña de reelección de Santos.

Luego del fracaso de ese intento, Santos invitó a Prieto a la Constituyente Liberal y luego lo puso como director de la Fundación Buen Gobierno durante cuatro años.

Fue el director administrativo de la campaña de la U al Congreso en el 2006 y en el 2010 y en abril de ese año recibió de Santos, ya como candidato de ese Partido, la misión de remodelarlo.

Como lo contó La Silla en su momento, Prieto y Santos le dieron un revolcón al partido, que hasta ese momento era una mera máquina electoral impulsada por la popularidad de Santos pero sin una verdadera estructura política.

También fue parte del vuelco que Santos le dio a su campaña cuando a tres semanas de la primera vuelta iba perdiendo en las encuestas contra Antanas Mockus.

Sin embargo, apenas ganó Santos y organizó su equipo de Gobierno no nombró a Prieto como secretario general de Presidencia, cargo al que aspiraba Prieto, según dijo una fuente de la U que conoció de cerca la campaña en esa época.

Una posible razón es que Prieto tiene un proceso en la Fiscalía por incumplir una condena laboral que impuso la Corte Suprema de Justicia en contra de la empresa Radiodifusores Unidos S. A., firma de la cual era representante legal, por el despido injustificado de dos trabajadores, según reportó El Espectador.

Santos mandó a Prieto, en cambio, como representante de Colombia ante el BID en donde estuvo tres años. Un cargo que el mismo Prieto le pidió al Presidente, ya que llevaba 10 años en Estados Unidos y quería seguir viviendo allá. 

El poder desde lejos
Prieto suele trabajar de la mano del Gordo Bautista, quien también entra a la campaña de reelección de Santos.
Juan Mesa, el ex Alto Consejero de Comunicaciones de Santos y actual director de la Fundación Buen Gobierno ha tenido diferencias con Prieto en el pasado.

El estratega estuvo lejos del Gobierno, pero conservó influencia por ejemplo en algunos nombramientos claves, sobre todo con miras a la reelección, pues son entidades que manejan el grueso del gasto social. El actual director del Departamento de Prosperidad Social, Gabriel Vallejo, es un candidato que él propuso. También sugirió el nombre de Marco Aurelio Zuluaga, el actual director del Instituto de Bienestar Familiar.

Aunque no lo nombraron por iniciativa suya sino porque había ayudado en la campaña de Santos, también es muy cercano a él Luis Fernando Arboleda, el director de Findeter. Esta entidad tiene toda la contratación del agua y un régimen privado de contratación lo que convierte a esta entidad en un apetecido fortín electoral.

Marketmedios, la empresa que maneja el hermano de Prieto, pero que todo el mundo asocia con él, también ha logrado importantes contratos en el gobierno de Santos, lo que ha generado incomodidad entre miembros del círculo santista, que consideran que por ser una empresa de la familia del ex gerente de la campaña tiene vara alta con las entidades del Estado. 

Una Unión Temporal entre Marketmedios, Aviatur y otras tres empresas se ganaron un contrato de 55 mil millones de pesos para organizar toda la logística de la Cumbre de las Américas. Marketmedios también estuvo a cargo del lanzamiento  de la Marca País, entre otros grandes eventos de este gobierno.

Hace tres meses, Prieto volvió al país. En un principio lo hizo para montar con su hermano una firma de consultoría política pero terminó nuevamente del lado de Santos.

Recién llegado, en una reunión con el Presidente en Palacio, Prieto le hizo a Santos una evaluación de su gobierno, que no fue nada halagadora. Le dijo que lo tenían aislado, que era un gobierno lejano del pueblo, que había un corto circuito con la dirigencia política a la que no había tratado estratégicamente, que no había "buen gobierno" y que había maltratado a mucha gente que les había ayudado en campaña.

Santos debió recibir bien las críticas porque su reacción fue pedirle a Prieto que se convirtiera en su gerente de campaña de reelección.

Desde este nuevo cargo, Prieto tiene el desafío de poner a andar a toda la Unidad Nacional en función de la reelección de Santos. Un desafío que no era fácil desde la Fundación Buen Gobierno, con Germán Vargas a la cabeza, ya que los demás partidos sentían que estaba aprovechando esta posición para fortalecer su propio partido Cambio Radical.

La pregunta del millón ahora es cómo será la relación entre Prieto y Vargas Lleras y Mesa, que se suponía eran la punta de lanza de la campaña de reelección.

Con Mesa la relación es profesional pero distante porque aunque Prieto dice que él le hizo sus críticas a Santos personalmente y que es lo mismo que ha dicho públicamente, estas también quedaron por escrito (según Prieto porque a él le gusta llevar lo que va a decirle al Presidente por escrito para no “gaguear”).

Ese escrito, según contó una fuente que conoció el episodio, lo conoció Juan Mesa, que era en ese momento Secretario General de Palacio y se dio por aludido porque había estado a cargo de varias de las estrategias criticadas por Prieto. Por eso la llegada del nuevo gerente a la campaña dio pie para que quienes los conocen a ambos anticipen que habrá bastante tensión.

Mesa y Prieto no son amigos pero una fuente que los ha visto trabajar juntos en los últimos días dice que la relación entre ellos fluye. “Al final del día hay tanto por hacer en esta campaña que no hay tiempo para problemas personales”, dijo.

Con Vargas Lleras, la idea es que no se pisen los cables pero tres personas que los conocen a ambos y con quienes habló La Silla dicen que a la postre será inevitable por la forma como ambos ejercen su liderazgo.

A Prieto le gusta tener el control total y en las pasadas campañas una de las cosas que ha hecho es centralizar toda la financiación, lo que en la práctica significará que las decisiones importantes de campaña pasarán por sus manos. Y Vargas Lleras no está acostumbrado a tener jefes y difícilmente aceptará seguir instrucciones que no vengan directamente de Santos.

Entonces ahora que arranca la campaña reeleccionista formalmente la gran incógnita es si la llegada de Prieto es el comienzo del fin de la Fundación Buen Gobierno.

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