Al meterse en la lista al Senado garantiza que su partido sobreviva y hace más viable el futuro de los Ni-Ni. Sin embargo, tiene el desafío de mantener cautivos a los polistas de a pie ante el temor que les puede generar Fajardo.
Robledo salva al Polo, pero le falta alinear a las bases con Fajardo
Al declinar su aspiración presidencial en favor de Sergio Fajardo, el senador Jorge Enrique Robledo vuelve de nuevo a ponerse al frente de la lista del Polo y probablemente, como es su mayor elector, lo salve otra vez de hundirse por no alcanzar el umbral y así correr el riesgo de perder su personería jurídica.
Sin embargo, aún está por verse si, con Fajardo como candidato, las bases del Polo, que desde su perspectiva de izquierda han visto al exalcalde de Medellín como un neoliberal cercano al establecimiento, se mantendrán firmes con la coalición de los Ni-Ni hasta la primera vuelta presidencial.
Un acto realista
La decisión de no aspirar la tomaron Robledo y Claudia López después de que, como contó ella, “fue imposible llegar a un acuerdo sobre la consulta en marzo” para definir quién sería el candidato de los Ni-Ni, que era la opción que los dos senadores preferían.
Fajardo le apostaba a una encuesta, que le convenía porque es el que más marca de los tres.
Por otra parte, aunque después de ganar una tutela que les permitía hacer una lista de coalición al Senado estudiaron esa posibilidad, primaron las dudas jurídicas sobre esa figura, que aún no está reglamentada.
Fueron inquietudes sobre todo de los verdes, nos dijo un dirigente del Polo que conoció las negociaciones de primera mano. En el partido de izquierda, sin embargo, también se alejaron de esa posibilidad cuando conocieron que la apuesta de los verdes para la cabeza de lista era Antanas Mockus.
Una lista cerrada de coalición le hubiera permitido al Polo meter a sus aspirantes al Senado sin necesidad de que estuviera Robledo, ya que también hubiera sido impulsada por figuras verdes de peso y algunos fajardistas.
Ahí hubiera cabido sin problema Aurelio Suárez, que ya había comenzado a recorrer el país porque era la carta para remplazar a Robledo en caso de que éste siguiera en la carrera presidencial.
Pero ante la dificultad para ponerse de acuerdo sobre esa lista, se decidió que verdes y Polo fueran separados, con lo que el Polo se arriesgaba mucho porque, aunque Aurelio probablemente recogería buena parte de la votación de Robledo, difícilmente lograría los 191 mil votos que su amigo sacó en 2014 y fueron determinantes para que alcanzara el umbral el partido, que sacó en total 541 mil votos a Senado.
Robledo decidió entonces que se mantendría en el Senado (además, estaba marcando muy por debajo de Fajardo y Claudia en las encuestas), y el sábado en la tarde se lo comunicó al Ejecutivo Nacional del Polo.
Fue la segunda vez en la que se bajó del bus de la candidatura presidencial, pues ya lo había hecho, también para que el partido alcanzara el umbral, en 2014, cuando la candidata fue Clara López después de que Robledo declinó su intención de ir a una consulta con ella.
El lunes, después de inscribirse de nuevo al Senado, Robledo dijo: “cuando empezamos (la coalición) dijimos que estaríamos en el puesto en que nos tocara estar en este proyecto y estamos cumpliendo”.
En todo caso, más allá del cálculo electoral para mantener a flote al Polo, en su decisión también cuenta que Robledo cree sinceramente en Sergio Fajardo y confía en que impulsado por la coalición tiene posibilidades reales de pelear la Presidencia, más allá de las diferencias ideológicas. Además porque también es consciente de que con Fajardo puede ampliarse la base de votantes hacia el centro.
Así lo dijo él esta semana y se lo reiteró a La Silla Cachaca Sergio Fernández, candidato a la Cámara e integrante del Moir, el movimiento del que proviene Robledo.
Pero eso le impone otro desafío a Robledo: el de convencer a las bases del partido de que voten por Fajardo y no se vayan con Clara López o Gustavo Petro.
El reto con las bases
Sergio Fernández nos dijo que la decisión de Robledo ha sido bien vista en el partido porque cuando el Polo lo eligió candidato presidencial se planteó hacer una coalición que vaya más allá de la izquierda y porque la alianza con Claudia y Fajardo “siempre se ha visto con buenos ojos” porque tiene posibilidades.
Sin embargo, hay síntomas de que el respaldo de las estructuras de base del partido no está tan claro, como el anuncio de la concejal del Polo en Medellín, Luz María Múnera, de que no hará campaña por Fajardo por considerarlo neoliberal.
En el partido también se ha ventilado, según conoció La Silla Cachaca por una fuente de adentro, que será difícil convencer las bases de senadores como Alberto Castilla (de Norte de Santander y que lidera dentro del Polo una facción conocida como Poder y Unidad Popular que tiene estructuras sindicales y agrarias) e Iván Cepeda (que ha sido cercano al Partido Comunista y con el representante Alirio Uribe lidera el colectivo Vamos por los Derechos).
Y es que a pesar de que las conversaciones vienen desde hace cerca de seis meses, para todos los polistas no es fácil de digerir la figura de Fajardo ni mucho menos que Robledo se haya bajado del bus tan rápido.
Como nos dijo el edil Mauricio Avellaneda, de la localidad de Puente Aranda: “yo y mis colegas sentimos mucha tristeza de que el Polo no llegue a primera vuelta con candidato propio, como ha sido lo usual. Cuando anunciaron la coalición la apoyamos, pero como no hubo un proceso democrático para escoger el candidato quedamos desconcertados. En este momento no sabemos por qué el Polo respalda a un candidato que ha sido visto como ficha del ‘Sindicato antioqueño’”.
El temor es que, entonces, los votantes polistas busquen otras alternativas de izquierda, como Petro. Un temor fundado en la medida en que, como lo recuerda Wilson Borja, secretario de formación del Polo y también candidato a la Cámara, las encuestas que han medido por cuál candidato votarían los militantes del partido revelan que la mayoría lo haría por Petro.
Fernández dice que son conscientes de eso, pero al tiempo admite que tienen que ser pragmáticos: “sabemos que Fajardo no es de izquierda, pero nosotros, más que apostarle a la unidad de la izquierda, somos más partidarios de la tesis de la unidad de los colombianos, y no tanto de un programa de izquierda como de uno de sentido común, que vele por los derechos de la gente”.
Hacer calar ese discurso en su gente dependerá mucho del programa que Robledo negocie con Fajardo y Claudia. Por eso será clave el próximo miércoles, cuando lo hagan público el acuerdo al que llegaron y se conozca qué logró poner y en qué cedió cada uno.