Las múltilpes relaciones del Grupo Aval con la multinacional pueden afectar su reputación, pero difícilmente golpearán sus finanzas
Sarmiento Angulo con Odebrecht, si no gana empata
A pesar de que el Grupo Aval de Luis Carlos Sarmiento Angulo, y especialmente su banca de inversión Corficolombiana, tenía relaciones muy cercanas con la corrupta multinacional brasileña Odebrecht, todo indica que va a salir totalmente indemne del escándalo.
Por ahora ha tenido un golpe en su reputación, que ha llevado a que la acción de Corficolombiana haya perdido este año una quinta parte de su valor y sea la más desvalorizada en la Bolsa de Colombia, mientras que otras dos compañías del Grupo Aval, de Luis Carlos Sarmiento, están en el top 10 de las más golpeadas. Pero los expertos dicen que las acciones se van a recuperar por los resultados de las compañías del grupo en sus muchos otros negocios.
Además, el Grupo está tan blindado que la desvalorización de lo que tenían invertido con Odebrecht suma menos de 150 mil millones, 102 mil de Corficolombiana (una cuarta parte de sus utilidades del 2016) y 45 mil millones de Aval (apenas el 2 por ciento de sus 2,2 billones de pesos de utilidades en ese mismo año).
Pero, sobre todo, la liquidación del contrato de la Ruta del Sol facilitará que los bancos recuperen lo que le habían prestado a la compañía de Odebrecht y Corficolombiana -que se ganó la concesión gracias a un millonario soborno - , y que la banca de inversión de Aval también recupere lo que invirtió en ese proyecto.
Acá está explicado en detalle cómo, a pesar de ser socios de Odebrecht en la empresa que pagó los dos sobornos y de haber ayudado en la estructuración del otro meganegocio de la brasilera en Colombia, que también está en líos, el Conglomerado puede salir del problema sin perder un peso o por lo menos, muy pocos.
Antes del escándalo
Luis Carlos Sarmiento: A través de la Organización Luis Carlos Sarmiento Angulo (Olcsa), el hombre más rico del país controla el Grupo Aval y la Casa Editorial El Tiempo.
Grupo Aval: El Grupo Aval es uno de los principales grupos económicos del país, medido por su valor en Bolsa vale unos 25 billones de pesos, aunque maneja activos por unos 216 billones.
Tiene intereses en varios sectores pero mayor fortaleza en el financiero, donde a través de la administradora de fondo de pensiones Porvenir controla más o menos una cuarta parte de las pensiones de los colombianos, la banca de inversión Corficolombiana, cuatro bancos, cuatro fiduciarias, una comisionista de bolsa, una compañía de leasing y dos almacenes generales de depósito.
Su presidente es Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, hijo de Sarmiento Angulo.
Bancos: Aval es dueño del 68,7 por ciento del Banco de Bogotá, el 72,3 del Banco de Occidente, 93,7 del Popular y 19,9 de AV Villas, que son alrededor de una cuarta parte del sistema bancario del país
Corficolombiana: La banca de inversión de Aval (entre Grupo Aval y sus bancos suman el 58 por ciento de las acciones), es la empresa que concentra todas sus inversiones distintas a las financieras, además de que maneja grandes cantidades de dinero (el llamado negocio de tesorería) y es una banca de inversión para terceros.
Por ejemplo, controla la cadena de hoteles Estelar o el negocio de construcción y concesiones viales a través de varias empresas, que sumadas la convierten en la operadora y constructora de carreteras más grandes del país.
Entre esas carreteras está su asociación (a través de su filial Episol) con Odebrecht, que data de 2009, para buscar la concesión de uno de los tramos de la Ruta del Sol, una de las vías más importantes que concesionó el gobierno de Álvaro Uribe en sus 8 años de mandato, pues conecta a Bogotá con la Costa Caribe.
Esa asociación, que lideró su entonces presidente José Elías Melo, fue fundamental para el negocio de infraestructura pues le dio a Corficolombiana una experiencia en megavías que no tenía y que fue útil para los siguientes proyectos como las vías 4G del gobierno Santos (tiene cuatro proyectos, dos como único socio y dos como socio mayoritario junto a la española Iridium).
Los préstamos de los banco de Aval a Ruta del Sol II: Varios de los bancos de Aval (la Silla no pudo individualizar la información) le prestaron a Ruta del Sol II, la compañía concesionaria de propiedad de Corficolombiana y Odebrecht, para que desarrollara ese proyecto. En total, a 31 de diciembre le habían prestado alrededor de 1,2 billones de pesos , y para el 31 de enero, la concesionaria llevaba más de un mes sin pagar, según explicó Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez.
Ruta del Sol II: Esta compañía es la concesionaria que se benefició del soborno que pagó Odebrecht en 2009 al entonces viceministro de transporte y director encargado del difunto Inco de Álvaro Uribe, Gabriel García Morales, para asegurar la victoria en la licitación del tramo 2 de la Ruta del Sol.
Sus accionistas son dos empresa del grupo Odebrecht, con el 62,01 por ciento; Episol, de Aval, con el 33 por ciento; y CSS, de los hermanos Solarte, con el 4,99 por ciento.
Ruta del Sol estaba encargada de rehabilitar y construir la doble calzada entre Puerto Salgar (en Cundinamarca) y San Roque (en el Cesar), que suman en 528 kilómetros. También debe manejar y hacerle mantenimiento a la carretera durante 30 años.
Para eso, los socios debían poner 245 mil millones de pesos (de 2008, es decir, actualizados según la inflación), ya fuera de su bolsillo o con préstamos de los bancos, recibían aportes anuales de la Nación (vigencias futuras) y le sumaban la plata de los cinco peajes que hay sobre la carretera.
En total, La Nación iba a poner casi 3,6 billones de pesos del año 2008 entre 2011 y 2025, el contrato iría hasta 2030, y la construcción debía terminar en 2016 - pero solo va un 64 por ciento de avance.
Esas cifras cambiaron con la adición de la transversal Río de Oro - Gamarra, por la que Odebrecht pagó otro soborno en 2014, durante el gobierno Santos. Con esa adición el contrato terminaría antes, en 2023, al igual que los aportes de la Nación; y se crearon dos nuevos peajes sobre la Transversal.
Las acciones de Corficolombiana en Ruta del Sol II: Episol, la filial de Corficolombiana, se asoció con Odebrecht para participar en la licitación de la Ruta del Sol. Lo hizo sin tener la mayoría de acciones, que le dieran el control de la compañía. Eso es algo inusual en Corficolombiana, pero no tenía la experiencia suficiente para concursar como administrador futuro de la concesión, y los brasileños sí.
Al final, Episol debía poner unos 81 mil millones de pesos de capital.
Navelena: Esta empresa fue la ganadora de la licitación que hizo Cormagdalena para las obras que deben hacer navegable el Río Magdalena, un proyecto varias veces aplazado. En él, Odebrecht tenía el 87 por ciento y la colombiana Valorcon, de la familia Gerlein, el 13 por ciento.
Tenían concesionada la navegación por ese río durante 13 años y medio, hasta 2027, con inversiones y gastos por 2,5 billones de pesos, de los que la Nación debía poner casi 1,3 billones.
Las obras no han iniciado porque Navelena no ha conseguido el cierre financiero (es decir, los compromisos de bancos de prestarle todo el dinero que necesita para la obra).
El apoyo de Corficolombiana a Navelena: La banca de inversión de Aval ayudó en la estructuración financiera (conseguir los recursos de los bancos) de Navelena, un esfuerzo que fracasó por cuenta del escándalo.
Ese contrato ya se cumplió y Corficolombiana obtuvo sus pagos, sin importar si el contrato termina caducado por la imposibilidad de lograr el cierre financiero o no.
La fiduciaria de Aval en el contrato de Navelena: Fiduciaria de Occidente, una filial del Banco de Occidente, se ganó el contrato para manejar una fiducia en garantía para el contrato. Es decir, recibe los recursos del contrato para garantizar que se paguen cuando toque y a quien toque.
La Fiduciaria manejaba 174 mil millones a septiembre de 2016, la cifra más reciente que pudimos obtener, que debían venir de 130 mil millones de Ecopetrol, el departamento de Antioquia y regalías, y de 87 mil de los socios de Navelena.
La Fiduciaria manejará esos dineros y cobrará su comisión por hacerlo, sin importar si el contrato termina caducado por la imposibilidad de lograr el cierre financiero o no.
Odebrecht: La multinacional brasileña, una de las constructoras más grandes de ese país, regresó a Colombia en 2009 con varios contratos grandes, después de haber hecho varios en la década de los años noventa, como la ferrovía La Loma - Santa Marta para el transporte de carbón, la planta de tratamiento de aguas residuales de Cañaveralejo en Cali y la de Salitre en Bogotá, la represa de Hidromiel.
Como resultado de una investigación por corrupción en Brasil, llamado Lava Jato http://lavajato.mpf.mp.br/entenda-o-caso y que arrancó en 2014, desde el año pasado entró en problemas en todo el mundo, con su presidente Marcelo Odebrecht y varios directivos detenidos en Brasil.
El escándalo llegó a Colombia en diciembre, después de meses de discusiones sobre los efectos en el país de las decisiones de la justicia brasileña, y sobre todo la condena a Marcelo Odebrecht, la cabeza de la constructora, en Brasil.
El 21 de diciembre el Departamento de Justicia de Estados Unidos hizo público un acuerdo con Odebrecht y varios de sus ejecutivos en los que éstos aceptaban haber pagado sobornos en 12 países por más o menos 788 millones de dólares en pagos de sobornos, incluyendo Colombia.
Acá aceptaron pagar 11 millones de dólares, 65 por la adjudicación de un tramo de la ruta del Sol en 2009, y 4,5 por la de una adición a esa misma concesión, en 2014.
Las acciones de Odebrecht en Navelena: Odebrecht, como socio mayoritario, ha manejado la empresa, y estaba obligado a invertir directamente más de 75 mil millones de pesos y a conseguir préstamos por otros 600 mil.
Las acciones de Odebrecht en Ruta del Sol II: Odebrecht regresó a Colombia en 2009 con este negocio y el del túnel Tunjuelo - Canoas en Bogotá. Su participación mayoritaria se dio gracias a que tenía la experiencia para ganar la licitación, y lo puso a administrar la sociedad y a invertir unos 160 mil millones de pesos de capital inicial.
Después del escándalo
Línea bancos - Ruta del Sol II: A pesar de que los bancos de Aval le prestaron a esa empresa de la que el mismo grupo era accionista importante, todo indica que está blindada frente a las consecuencias del escándalo.
Tienen altas expectativas de recibir su dinero de vuelta porque el acuerdo que alcanzaron la concesionaria y la ANI para liquidar el contrato hace una semana establece que se va a liquidar rápido para pagarle a los empleados y proveedores, y para “cubrir con recursos de la concesión las deudas con el sector financiero “.
En la liquidación el Estado revisa cuánto valen a todos los bienes que recibe de la concesionaria de Odebrecht y Episol -desde las carreteras hasta la plata en bancos- y le resta la plata que le ha ha girado al concesionario. Con lo que quede, le debe pagar a los bancos los 2,4 billones que les deben, incluyendo los 1,2 billones de Aval.
Según Dinero hay 1,5 billones de pesos para hacer pagos inmediatamente. Como 100 mil millones de irían primero a proveedores y empleados, quedarían 1,4 para los bancos, de los que los bancos de Sarmiento recibirían la mitad. Así, de entrada su hueco sería de 500 mil millones y no de 1,2 billones.
El billón que faltaría para pagarle a los bancos se giraría en varios contados, que se programarán con el Ministerio de Hacienda. Al final, los bancos recuperarían su dinero.
Incluso si esa devolución se demora, el impacto no es muy grande.
Según explicó Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez hace dos semanas, si no les han pagado ni un peso a 31 de diciembre tendrían que incluir en su contabilidad unas probables pérdidas (provisiones de cartera, en términos contables) por unos 120 mil millones de pesos.
Pero como esas pérdidas se deducen de impuestos, el impacto sobre las utilidades sería de unos 54 mil millones de pesos, un impacto mínimo para un titán que arroja más de 2 billones de pesos en utilidades.
Línea Corficolombiana - Ruta del Sol II: El 33 por ciento de la banca de inversión en la concesionaria no está perdido. De hecho, seguramente se va a recuperar, aunque el pago puede tardar algún tiempo.
Si la liquidación arroja un saldo a favor de los dueños de la concesión (porque al cruzar las cuentas los activos que reciba la Nación valgan más que lo que le pagó al concesionario por ellos, y sigue quedando plata después de pagarle a proveedores, empleados y bancos), Corficolombiana recuperaría sus 235 mil millones de pesos.
Lo más probable es que eso ocurra. De hecho, el acuerdo entre la ANI y la concesionaria para la liquidación del contrato calculó esa plata y definió que sí se va a pagar, aunque dejó un interrogante sobre el valor exacto que dependerá de lo que se encuentre en el proceso de liquidación, en el que se revisan las obras que hizo la concesionaria y su valor.
Aunque probablemente sea menos plata para Corficolombiana, podría llegar incluso a ser más.
La idea es que esa plata quedaría congelada por si hay más pleitos entre la concesionaria y el Estado, pero incluso en ese caso Corficolombiana la recuperaría en cuatro de años.