Se cocina tormenta entre Roy y Dilian

El senador vallecaucano Roy Barreras no sólo tiene su mira puesta en la campaña presidencial del 2018, donde aspira que su partido, La U,  lo aclame como su único candidato aprovechando el divorcio entre el Presidente Juan Manuel Santos y su ex Ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón. También se está moviendo para quedarse con un cargo clave en el Congreso y que por compromisos le corresponde al grupo político de su coterránea, la Gobernadora Dilian Francisca Toro.  

Se trata de la presidencia de la comisión primera de Senado para el último año del Congreso, que es una de las comisiones más apetecidas porque por ahí se tramitan todas las reformas constitucionales y leyes estatutarias, entre otras, y siempre se ha dicho que por ahí pasan los congresistas presidenciables y los más mediáticos.

Aunque en el último año del Congreso usualmente reina el ausentismo porque los congresistas están haciendo campaña, el que se viene pinta más movido. No sólo con la ampliación del fast track recortado por la Corte por seis meses (hasta noviembre) y las nuevas reglas.  Sino porque todavía faltan proyectos para aterrizar el Acuerdo con las Farc como la reglamentación de la justicia transicional, la reforma política, las circunscripciones especiales o una parte de la reforma rural.

En teoría, según los acuerdos pactados en el primer año del Congreso entre los partidos mayoritarios de la coalición de Gobierno, ese puesto le corresponde a La U y específicamente al senador vallecaucano Roosvelt Rodríguez, que hace parte de la bancada de la Gobernadora del Valle Dilian Francisca Toro.

Sin embargo, La Silla Pacífico confirmó con tres fuentes (dos senadores de esa comisión y un representante del Valle del Cauca), que Roy Barreras se quiere quedar con el puesto. Eso significa “un malestar lógico para Dilian”, según una de esas fuentes, que nos contó que la Gobernadora ya le había dicho al Presidente que si es así, “ella se margina” de la candidatura presidencial de La U.

Para lograrlo, Barreras necesita que antes del 20 de julio, todos los senadores de la Comisión Primera lo aclamen, empezando por sus propios copartidarios de La U.

Eso, por ahora, no pinta fácil. No sólo porque significa romper los compromisos entre los partidos sino oponerse al poder de la Gobernadora del Valle en el Congreso, donde es una súper poderosa que tiene no sólo una bancada propia (un senador y tres representantes) sino línea directa con el Presidente.