Tambalea la coalición liberal en Bucaramanga

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La bancada liberal en el Concejo de Bucaramanga tiene a 10 concejales. Todos a excepción de Uriel Ortiz están en la fotografía. Imagen: Tomada de redes sociales.

Acuerdos que no se cumplieron, pelea de egos y la división para las legislativas serían los tres factores que podrían dejar sin gasolina a la aplanadora liberal en el Concejo.

Desde que arrancó el año, la coalición liberal del Concejo de Bucaramanga, que con 10 de las 19 curules está en oposición a Rodolfo Hernández, ha puesto a funcionar su aplanadora a toda máquina. Pero en las últimas semanas, parte de sus ruedas están amenazando con andar solas.

 

Los acuerdos que no se cumplieron

Al mismo estilo del acuerdo de los representantes Alejandro Carlos Chacón y Miguel Ángel Pinto para la Presidencia de la Cámara, cuando arrancó el 2016 la coalición liberal en el Concejo de Bucaramanga pactó repartir las presidencias de esa corporación en períodos de seis meses.

El acuerdo se hizo porque el día de la definición de los cargos varios concejales liberales anunciaron su intención de ser presidentes del Cabildo y como no había cama para tanta gente la fórmula más salomónica que encontraron fue repartir las mesas directivas por semestre.

“La prelación se la daban a los que habían obtenido la mayor votación. Entonces los fijos eran Henry Gamboa, Jaime Beltrán, Nancy Lora y Wilson Mora. A los otros cuatro que querían los acomodaron más adelante. Ese acuerdo fue como para no pelear desde tan temprano”, le dijo a La Silla un concejal liberal.

El acuerdo para el primer año quedó así: Henry Gamboa, quien obtuvo 7.623 mil votos (la cuarta votación) sería el presidente los primeros seis meses, y René Garzón, quien venía de ser Secretario del Interior de la cuestionada administración de Lucho Bohórquez, se quedaba con ese cargo el segundo semestre.

Estos acuerdos a los que llegaron para dar participación a todas las vertientes que dentro de las toldas rojas entraron al Concejo y que estando fuera del gobierno se quedaron sin cómo manejar las clientelas que por años habían tenido en la Alcaldía de Bucaramanga, le dio efectividad a la oposición porque estaban cohesionados.

Hasta inicios de julio el tema no había dado mayor discusión entre los rojos porque, según tres concejales liberales, Gamboa estaba consultando son sus abogados cómo debía renunciar a la presidencia del Concejo y eso les daba tranquilidad a quienes estaban interesados en los acuerdos.

Sin embargo,  en las últimas semanas la tónica cambió. Gamboa anunció que no se iba a retirar porque motivar su renuncia en un acuerdo político sería ilegal y podía poner en juego su curul.

El argumento no cayó para nada bien en algunos de los concejales liberales que estaban detrás de la repartija de la presidencia porque ese es un cargo que además de darle un baño de popularidad al que lo ostenta, da potestad de manejar la agenda de los proyectos, poner el orden del día, priorizar los debates  y disponer del presupuesto del Concejo que el último año, en medio de denuncias de medios, creció en más de $1.100 millones cuando por ley debía aumentar solo $268 millones.

Tres abogados le confirmaron a La Silla que fundamentar una renuncia de una dignidad como la presidencia de una corporación en un acuerdo político es ilegal, debido a que por ley ese cargo es de un año; sin embargo, también dijeron que Gamboa hubiera podido salir del cargo con cualquier otro argumento.

“En casos como estos, lo más común es que se haga por motivos personales”, explicó uno de los abogados.

El hecho de que Gamboa hubiera ignorado esa posibilidad, ya generó una ruptura que aunque para cuatro concejales liberales que hablaron con La Silla no es de fondo, para un sector de la coalición sí lo es.

“Para mí lo de la coalición ya no va más. O se repiensa lo que vamos a hacer o empiezan las divisiones”, le dijo a La Silla uno de los concejales que estaba dentro de los acuerdos.

La pelea de los egos

Esa repartición de las presidencias del Concejo también está amarrada a otro factor entre los liberales.

Como contó La Silla, hay varios que están pensando en saltar a la Cámara en 2018 o que incluso quieren buscar la Alcaldía de Bucaramanga en 2019 y por esa razón quieren tener un champú mediático que los ponga a sonar antes de lanzarse al ruedo electoral.

Los casos más visibles por ahora son los de Wilson Mora, quien si nada cambia sería la fórmula de Édgar ‘El Pote’ Gómez quien quiere saltar de la Cámara al Senado; el de René Garzón, quien quiere ir a la Cámara pero aún no tiene fórmula y el de Jaime Andrés Beltrán, quien no ha decidido si buscará la Alcaldía o se lanzará al Congreso.

Ese trasfondo, sumado a que la opinión local ha empezado a cuestionar la falta de efectividad de la oposición para proponer y no solo cuestionar lo que consideran se está haciendo mal, también le movió el piso a la aplanadora liberal.

Los proyectos se presentan en conjunto porque benefician a todos con las calificaciones de Concejo Cómo Vamos

Concejal liberal

La Silla supo que ayer hubo una reunión de los liberales en la que  se hicieron cuestionamientos porque uno de los liberales – René Garzón- había presentado proyectos sin incluir a toda la bancada.

“La costumbre, y así se ha movido el partido siempre, es que los proyectos se presentan en conjunto porque benefician a todos con las calificaciones de Concejo Cómo Vamos”, le dijo un concejal liberal a La Silla.

La discusión, según contaron otros tres concejales, es por figuración. “Cada uno tiene sus egos y es normal que eso se presente”, aseguró uno de los corporados.

El problema está en que si no logran conciliar esos egos más adelante podría haber nuevas rupturas en la bancada, que ha logrado hacer un efectivo control político y que ha permitido que por primera vez en ocho años, haya un concejo en Bucaramanga que le está haciendo seguimiento a los pasos del Alcalde con independencia, o acrecentar las que ya existen.

Las divisiones por el Congreso

Como si fuera poco, otro factor -aunque con menos fuerza- empezó a jugar.

Si bien para que se calienten las legislativas de 2018 aún hace falta un año, los 10 concejales liberales ya están escogiendo bandos.

Así como están las cosas hoy, y según se lo confirmaron a La Silla tres liberales: Uriel Ortiz, Martha Antolinez, Sonia Navas, Nancy Lora y Henry Gamboa apoyarían a Miguel Ángel Pinto a la Cámara de Representantes.  De ese grupo solo los tres primeros apoyarían a Horacio Serpa al Senado.

Por su parte, Javier Ayala, Dionisio Carrero y René Garzón irían al Senado con Jaime Durán y con su fórmula que no está decidida aún (Garzón quiere serlo). Adicionalmente Durán contaría con el respaldo de Lora y de Gamboa.

Por otro lado, Wilson Mora -como ya lo contamos-  iría como coequipero de Édgar ‘El Pote’ Gómez;  y Jaime Andrés Beltrán, quien tradicionalmente se ha elegido con los votos de iglesias cristianas estaría entre la exfiscal Viviane Morales (senadora de Bogotá que es de su misma línea religiosa) y Jaime Durán.

Esa división puede entrar a jugar si no hay puntos de encuentro para compensar los compromisos de las presidencias, debido a que quienes no están de acuerdo con la ruptura de los acuerdos, le anticiparon a La Silla que empezarían a presionar con los congresistas.

En caso de que ese escenario se presente, podría poner a tambalear las mayorías liberales en el Concejo, que pese a que además cuenta para efectos de la oposición con dos curules más (Opción Ciudadana y Mais), con solo tres que se salgan de esa línea podrían dejar sin motor a la aplanadora.

La puja hasta ahora comienza, del resultado de las negociaciones internas de los próximos días dependerá el fortalecimiento de los liberales o el inicio de su debacle.

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