Tumaco: la cara triste de la democracia

Imagen

Con este artículo, La Silla arranca una serie de tres historias para ver las elecciones desde la perspectiva de los valores prevalentes y del entorno democrático de uno de los municipios más golpeados por el conflicto y por la pobreza, que es Tumaco.

Mientras en el país, según la encuesta Ipsos publicada hoy, cada vez más colombianos creen en la salida militar para acabar con la guerrilla, en Tumaco, donde se vive la guerra todos los días, la apuesta a favor de alternativas diferentes a esa es total.

Con este artículo, La Silla arranca una serie de tres historias para ver las elecciones desde la perspectiva de los valores prevalentes y del entorno democrático de uno de los municipios más golpeados por el conflicto y por la pobreza, que es Tumaco.

Una encuesta realizada la semana pasada por Cifras y Conceptos en tres zonas del país, entre ellas Tumaco, arroja la siguiente foto comparativa entre municipios de Córdoba, Antioquia y Tumaco:

La salida no es militar

Tumaco es uno de los lugares más violentos del país. El riesgo de morir asesinado en este puerto es entre cuatro y cinco veces mayor que el promedio nacional con más de 2500 personas asesinadas en los últimos 15 años. Las Farc han sido el actor armado predominante del municipio y ahora también están las bandas criminales. Sin embargo o quizás por eso, los tumaqueños no creen en la salida militar para derrotar a la guerrilla.

El escepticismo se mantiene

A pesar de que la gente en Tumaco es totalmente escéptica a la salida militar, tampoco le tiene toda su fe puesta al proceso de paz. Solo un tercio cree que las negociaciones en La Habana llegarán a un feliz término, la misma proporción que cree que fracasarán. Es interesante que en Tumaco, la mitad de los encuestados considera que el desecalamiento del conflicto y la dejación de armas es el reto más significativo para el municipio en un escenario de posconflicto junto con el desarrollo rural.

El escepticismo se mantiene

A pesar de que la gente en Tumaco es totalmente escéptica a la salida militar, tampoco le tiene toda su fe puesta al proceso de paz. Solo un tercio cree que las negociaciones en La Habana llegarán a un feliz término, la misma proporción que cree que fracasarán. Es interesante que en Tumaco, la mitad de los encuestados considera que el desecalamiento del conflicto y la dejación de armas es el reto más significativo para el municipio en un escenario de posconflicto junto con el desarrollo rural.

Lo peor es la droga

Según la Fundación Ideas para la Paz, la violencia en Tumaco tiene como principal motor la gran cantidad de cultivos ilícitos dentro del territorio y la lucha por el control del negocio entre las Farc y las bandas criminales. Hace un año, el 10 por ciento de los cultivos ilícitos en Colombia estaban allí. Eso quizás explique que a lo que más le temen los tumaqueños sea a tener un vecino drogadicto, seguido de un narcotraficante. Supera con creces a las personas reinsertadas.

 

El clientelismo en su máxima expresión

 

Estos son los datos más preocupantes de la encuesta. La mayoría de tumaquenses consideran rutinaria la compraventa de votos, la aceptación de sobornos por parte de políticos y funcionarios y descreen de la vocación de servicio de los políticos. Aún así, o quizás por eso, el 93 por ciento dice haber votado en las últimas elecciones locales y el 81 por ciento en las presidenciales.

Corrupción, el peor mal

En un municipio donde el desgreño administrativo y la pobreza son la norma, 9 de cada diez tumaqueños consideran que la corrupción es un problema que afecta el municipio y casi en la misma proporción consideran que es un problema grave o muy grave.

Igual, son optimistas

Aunque la percepción de corrupción es grave, aunque no le tienen tanta fe al proceso de paz, y aunque la violencia contra la mujer es crónica, la mayoría de los tumaqueños son optimistas frente a su futuro personal aunque mucho menos que frente al futuro del país. Aún así tienen menores expectativas que el promedio de los colombianos.

¿Estado fracasado?

Ante esta percepción tan negativa de la política, la cereza del pastel es la casi nula confianza en las instituciones, aunque esta aumenta ligeramente a medida que va de las entidades locales a las nacionales. Aunque el gobierno nacional se raja como un todo, algunas instituciones tienen una imagen muy favorable como el Sena y el ICBF, que doblan en imagen favorable la de la Presidencia de la República y triplican la de las veedurías ciudadanas y los jueces.

Esta serie es hecha en alianza con:

 

 

Compartir
0