Uribe en Antioquia: mucho fervor, poca campaña

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A menos de dos meses de las elecciones, en Antioquia sigue habiendo mucho más fervor por Uribe que decisión e información para apoyarlo electoralmente.

Álvaro Uribe Vélez es de lejos el político más reconocido en su natal Antioquia y es allí donde el ex presidente tiene más opciones no solo de sacar una gran votación para su lista al Senado sino de conseguir una buena participación a la Cámara. Sin embargo, después de recorrer dos de las regiones más uribistas de ese departamento La Silla encontró que en Antioquia hay mucho más fervor por Uribe que decisión e información de cómo apoyarlo electoralmente, lo que puede terminar en cientos de miles de votos perdidos para el Centro Democrático.

En el Oriente, una de las regiones más uribistas de Antioquia y la segunda más poblada de Antioquia (con unos 250 mil votantes potenciales) fuimos a La Ceja. Se trata de un próspero pueblo de unos sesenta mil habitantes, a una hora de Medellín. En la plaza central hay estacionamiento al aire libre, pero los cupos están llenos y en las esquinas hay enjambres de motocicletas parqueadas.

"Ese señor es un teso”, “Por Uribe pa’ las que sea”, “Eh, claro que lo apoyo” fueron algunas respuestas sobre el candidato Uribe de comerciantes y pensionados, que estaban en tertulia, a la sombra de grandes árboles en el centro de la plaza.

Pero al preguntarles si iban a votar por él, quedó claro que, por lo menos allá, la campaña del uribismo no ha calado: "¿Y es que va a volver a ser Presidente”, “Ah, yo no sabía que era candidato”, dijeron varios. Casi ninguno lo identificaba con algún partido: “No, yo no sé de qué partido es”, “¿Cómo así su partido?”.

Recibimos respuestas similares en Rionegro, un municipio más grande, más rico y más urbano del Oriente, y en el mismo Medellín. “Ah, el partido de Uribe no importa”, dijo un taxista que se declaró uribista.

Pero sí importa. El Centro Democrático tiene menos de dos meses para lograr que el uribismo se convierta en votos.

Uribe, el eje de la estrategia

En el Centro Democrático saben que su gran activo es Uribe Vélez. El primer reto que se han planteado -según le dijeron a La Silla sus líderes- es igualar Uribe y Centro Democrático. Con eso, calculan sacar entre 500 y 750 mil votos al senado en Antioquia - es decir, alrededor de uno de cada dos votos por candidatos.

Para lograrlo, se enfrentan a varios desafíos.

“Hay candidatos de los partidos de la Unidad Nacional que van a los pueblos y dicen que siguen siendo uribistas. Tenemos que explicarle a la gente que el único uribismo real es el que está en el Centro Democrático” le explicó a La Silla un dirigente de ese movimiento en Antioquia. Precisamente eso fue lo que hizo el mismo Uribe en diciembre, cuando en Andes, en el Suroeste, criticó al representante a la Cámara de La U Juan Felipe Lemus.

“La forma de hacerlo es con un mensaje muy claro: Uribe igual Centro Democrático” fue como lo puso Juan Fernando Jaramillo, el gerente de la campaña en ese departamento.

Para eso, la escasa publicidad que ya sacaron buscar reforzar esa identidad. Por ejemplo, así se ven los carteles que identifican la sede del Centro Democrático en el barrio Belén, una zona de clase media, en Medellín.

Foto: Juan Esteban Lewin

Las recientes vallas, que están en Bogotá y en Medellín, son aún más claras:

Foto: Juan Esteban Lewin

Pero esa labor pedagógica se ha demorado. “Nos hace falta la publicidad, es urgente recibirla,” le dijo a La Silla Gustavo Botero, líder uribista de La Ceja.

“Tavo”, como se refiere a sí mismo, es un ferviente uribista. En las últimas semanas ha organizado reuniones del hoy candidato al Senado en la Ceja, Sonsón, Abejorral y otros municipios del Oriente. "Esos pueblos son todavía más uribistas que la Ceja porque hubo más violencia", explica. Despachando desde Billares, un restaurante y taberna en el marco de la plaza de La Ceja, nos presentó su visión del problema de la falta de publicidad.

Como el movimiento se enfocó en lograr un logo que dijera “Uribe” o “Uribismo” en el tarjetón, solo hasta la semana pasada comenzaron a poner las primeras vallas en las ciudades grandes y sacaron las primeras cuñas radiales, y apenas el viernes lograron que el Consejo Nacional Electoral les aceptara un logo.

“Los dueños de este negocio son uribistas. Y tienen carteles liberales, conservadores, de La U”, explica "Tavo". Nos dio una vuelta por la plaza de La Ceja, en medio del ruido de las motos y de los saludos de conocidos y amigos de "Tavo".

Alrededor de la plaza encontramos propaganda de otros partidos, como los afiches de Jaime Garzón, candidato liberal a la Cámara, en una cafetería.

Foto: Juan Esteban Lewin

“¿Si ve esos balcones que están desocupados? Esos son muy uribistas. No dejan poner propaganda de otros”, explica con una sonrisa de picardía. “Pero ya es mucha la publicidad de los otros partidos. Tenemos que arrancar pronto y podemos sacar la mitad de los votos en la Ceja”, concluye.

Esa ausencia de publicidad puede explicar que las personas que consultamos en la plaza no supieran ni que Uribe era candidato. Aunque Uribe tiene programadas dos giras más en Antioquia, a fines de enero y de nuevo a finales de febrero, la duda es si esas giras son suficientes para que el mensaje quede claro./p>

El otro problema que están enfrentando los uribistas en estos pueblos es que la publicidad se va a seguir concentrando en la figura del ex presidente y ningún otro candidato está moviendo su campaña.De hecho, con la excepción de Wilson Córdoba en Urabá, los candidatos a la Cámara no van a aparecer en las propagandas. Y eso, aunque puede ayudar a vincular la imagen de Uribe con el Centro Democrático, plantea uno de los mayores puntos débiles del movimiento: sus resultados para las Cámara. Y eso es clave porque, según sus propios cálculos, poco más de la mitad de los votos en Antioquia vendrán de estructuras políticas y no de la opinión.

La importancia de la Cámara

Las giras de Uribe, por exitosas que sean, no reemplazan el trabajo permanente que tienen los equipos políticos de otros partidos, que ya tienen a sus candidatos y a sus concejales y diputados trabajando todas las semanas, haciendo reuniones y encuentros.

“Este pueblo es uribista. Quizás un poco menos que otros de Oriente, como Marinilla, El Santuario o La Ceja. Pero uribista”, nos dice un concejal de Rionegro que pidió que no diéramos su nombre, porque está avalado por otro partido pero le va a hacer campaña al Centro Democrático, un fenómeno que se puede empezar a repetir en el resto de Antioquia, especialmente entre los conservadores. “Lo que pasa es que necesitamos esa publicidad ya”, repite las quejas de Tavo. “Y que los candidatos a la Cámara salgan más, que los candidatos al Senado vengan, hagan reuniones. Que conozcan a la gente y la gente los conozca.”

“Yo creo que esos candidatos están muy cómodos porque sienten que el presidente Uribe los va a arrastrar, y por eso no aparecen por acá. Trabajan la mitad de él ¡y deberían trabajar el doble!”, dijo otra de las personas que entrevistamos, un líder uribista del Suroeste.

Esa región es clave porque állí fue donde nació Uribe, donde él y su primo Mario Uribe -condenado por parapolítica- hicieron su trayectoria política, y donde el Centro Democrático puede tener más fuerza. Uribe estuvo allí a fines de diciembre, logró convocatorias importantes en pueblos como Andes, Jardín y Salgar

Foto: cortesía Centro Democrático de Antioquia

Por eso, la expectativa es que se quede con un porcentaje grande de los votos de esa subregión.

Pero incluso allí la campaña a la Cámara no ha despegado. “La lista cerrada nos quita fuerza”, le explicó a La Silla otro uribista que estuvo cerca de ser candidato. “Eso desmotiva a todos los que están abajo para hacer campaña, porque calculan que no van a quedar y por eso no le meten la ficha".

"Tavo" lo explica a su manera. “Ningún candidato es de por acá, pero yo le he dicho a uno que venga, porque acá tiene familia. Unos de sus primos ya está trabajando con Cambio Radical, y él podría venir y traerlos. Pero hasta ahora no ha venido y todo este uribismo sigue en el aire”.

Además, algunos sienten que la lista es muy del Valle de Aburrá y no de las regiones, lo que le quita fuerza en los pueblos. “Acá la gente no conoce a los candidatos. Si hubiera alguien con más fuerza regional, sería más fácil hacer campaña en los barrios y las veredas”, dijo el concejal de Rionegro.

Eso crea una desventaja frente a los otros partidos, que tienen candidatos de las regiones y llevan años haciendo política en ellas. Por ejemplo, en el Norte es muy conocido el conservador César Eugenio Martínez y en Oriente el representante de La U Elkin Ospina le está haciendo campaña a Álex Flórez.

Foto: Juan Esteban Lewin

“Ah, si Uribe va al Senado yo voto por él. Pero a la Cámara voy a votar por el de Elkin Ospina”, explicó un habitante de La Ceja. “Voy a votar por Jaime Garzón (un candidato liberal a la Cámara) y por Uribe, pues”, explicó otro de Rionegro. Es decir, una combinación en la que los votos a la Cámaras van a la Unidad Nacional y los del Senado a la lista uribista.

La estrategia del Centro Democrático para superar esa situación es entregarle a cada candidato a la Cámara, y a los antioqueños en la lista al Senado, una región, municipios o comunas de Medellín para que se encarguen de ellas en los próximos meses. Como “padrinos”, deben asegurarse de que haya una presencia fluida y de que se cumplan las metas de votación. Mejor dicho, deben convertir la pasión por Uribe en votos por el Centro Democrático.

Para eso tendrán la ayuda de comités municipales, que según Leonardo Agudelo, coordinador de giras en Antioquia, ya existen en 66 municipios.

Esa repartición se hizo la semana pasada, y este fin de semana se crearon seis comités en el Suroeste. En las próximas semanas esperan crear más.

Pero aún así todavía los frenan las distancias internas.

¿Mucho conservador?

En Antioquia el grueso de los cuadros del Centro Democrático viene de tres fuerzas políticas que hasta ahora eran rivales: el grupo conservador de Fabio Valencia Cossio (llamado Coraje), el del ex gobernador Luis Alfredo Ramos (Equipo Colombia) y el del senador de La U Juan Carlos Vélez, más algunos grupos más estrictamente uribistas.

Pero esta mezcla no se refleja en todas partes. Para "Tavo", para el concejal de Rionegro y para otros dos uribistas que consultamos, la lista a la Cámara es muy conservadora: la cabeza es el ex senador ramista Óscar Darío Pérez, el segundo es Santiago Valencia, hijo de Fabio Valencia Cossio, y la tercera es Regina Zuluaga, ex concejal de Medellín por el ramismo.

Esa marca conservadora aleja a las personas que se sienten liberales uribistas, según explicó el concejal de Rionegro. “Esa fue la decisión que se tomó. Ahora lo que tenemos que explicar es que ellos son los de Uribe”, explicó uno de los consultados.

En todo caso ese carácter conservador dificulta que la lista tenga éxito en zonas liberales, como el occidente de Antioquia, o en grupos sociales que no se sienten cercanos a esos grupos políticos. Eso hace más probable que la gente solo vote por Uribe al Senado.

Como lo señaló el analista Francisco Gutiérrez en la entrevista que le hizo La Silla a comienzos del año, así el uribismo arrase en el Senado si su presencia en la Cámara es casi nula el poder del grupo del ex presidente en el Senado se verá mermado dado que cualquier ley tiene que pasar por ambas cámaras.

“Con esos comités, además del trabajo, vamos viendo quién está con nosotros y quién no. Los que quieran llegar después de nuestro éxito en marzo, bien puedan, pero que sepan que tienen que respetar la fila,” explicó Hernán Darío Saldarriaga, líder uribista del suroeste.

Y aunque el fervor uribista alimenta con razón este optimismo, aún es mucho lo que les falta para que esa emoción se convierta en votos a Senado y, sobre todo, a la Cámara

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