No se sabe mucho del coronavirus, pero con los patrones que ya ha identificado la ciencia, Colombia tiene algunas ventajas frente a países como China e Italia.
Lo que se sabe sobre el comportamiento del coronavirus y cómo queda parado el país
La rápida expansión del coronavirus por todo el mundo ha hecho que virólogos, epidemiólogos y salubristas se pongan en la tarea de entender los patrones de comportamiento de la enfermedad, es decir, cómo opera según entornos y poblaciones distintas.
Si bien es mucho lo que todavía queda por saber sobre cómo actúa el coronavirus, algunos patrones ya se han identificado preliminarmente, y estos estudios muestran en qué medida el clima, la demografía, ciertas condiciones de salud y algunos factores institucionales hacen más propensa o no a la población de un país frente al virus. Así está parada Colombia en cada una de estas áreas:
Clima
El nuevo coronavirus emergió durante la temporada de invierno del hemisferio norte, lo que ha llevado a muchos a pensar que con temperaturas más altas (como las de algunas regiones de Colombia) este podría disiparse.
Efectivamente, se sabe que muchos virus infectan a más personas en temperaturas frías, pero los científicos no saben precisamente por qué pasa esto.
La mejor hipótesis que se tiene es que los virus en general no sobreviven bien a temperaturas cálidas y húmedas (pero las que con certeza los matan suelen ser muy altas, aproximadamente de 60 grados centígrados).
Aún así, realmente no existe evidencia que permita concluir que el coronavirus se reduciría también con cambios en la temperatura o en las estaciones.
Un artículo reciente de la revista Science llega a esta conclusión, diciendo que si bien al menos 68 enfermedades infecciosas aparecen o desaparecen según la estación, no es claro que vaya a ser el caso del coronavirus, pues falta información para determinarlo, pero además porque los pocos estudios que hay muestran que el virus se puede transmitir claramente en climas cálidos y húmedos.
Por ejemplo, sabemos que hoy el coronavirus se sigue expandiendo en países como Malasia (673 casos), donde actualmente tienen temperaturas promedio de 29 grados, lo que sugiere que las temporadas calurosas no necesariamente lo detienen.
En Colombia, algunos casos han aparecido en ciudades de tierra caliente, como Neiva, Palmira y Cúcuta. De hecho, la Organización Mundial para la Salud (OMS) afirmó recientemente que este coronavirus puede ser transmitido en todas las áreas, incluyendo aquellas con climas cálidos y húmedos, de modo que por ahora no nos da ninguna ventaja particular frente a la enfermedad tener climas tropicales.
Pero como escribió el periodista Pablo Correa recientemente, si bien es más claro que los climas cálidos y húmedos no parecen ser una barrera para la transmisión del virus, un estudio publicado recientemente (aunque aún bajo revisión) indica que no hay que descartar la posibilidad de que sí podría comportarse de manera distinta en el trópico, pues la mayor parte de las infecciones del virus en el mundo se han reportado en la franja climática que va de los 5 a los 11 grados. Esto implicaría que, si el estudio es correcto, el virus no va a poder extenderse tanto en lugares del país que están por encima de esas temperaturas, pero el estudio es muy preliminar y todavía falta ver qué pasa cuando comience la primavera en Europa para ver si el coronavirus se comporta diferente.
Comportamientos y factores de salud
Los estudios sobre factores comportamentales asociados con el empeoramiento de la enfermedad están todavía en una etapa muy temprana, pero se sabe que las altas tasas de fumadores, al tener comprometida la salud de sus pulmones, pueden contribuir a agravar la enfermedad.
En Colombia, con datos de 2017, se sabe que el 8,3 por ciento del total de muertes del país estuvo asociado al consumo de cigarrillo. Muchas más muertes por cigarrillo se dan al año en Italia (13 por ciento) y en China (21 por ciento), que son los dos grandes focos de la enfermedad hasta ahora, lo que nos pone en una relativa ventaja frente a ellos.
Hay otros factores asociados, como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes o la hipertensión, que han estado presentes en los casos más graves de coronavirus, donde también tenemos cierta ventaja.
El estudio de una de las revistas académicas más importantes de medicina en el mundo (The New England Journal of Medicine) dice que en el caso chino la presencia de enfermedades coexistentes era más común entre los pacientes con los casos más graves de coronavirus que en los que no eran tan graves.
Esto es generalmente lo que pasa con otros virus respiratorios. Por ejemplo, las personas que tienen gripe aviar, pero tienen una enfermedad adicional, tienen tres veces más posibilidades de requerir cuidados intensivos, que los que no tienen ninguna otra afección.
Según el Centro Chino para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la tasa de fatalidad del Coronavirus era 0,9 por ciento para personas que no tenían otras condiciones de salud. Pero aumentó al 10,5 por ciento para aquellos con enfermedades cardiovasculares, 7 por ciento para las personas con diabetes y 6 por ciento para las que tenían enfermedades respiratorias crónicas.
Colombia sale mejor parada en estos puntos respecto a los países que han tenido la mayor parte de los infectados, como China o Italia. En materia de enfermedades cardiovasculares tiene un menor porcentaje de muertes por estas causas (en China son 42% y en Italia 34%, mientras que en Colombia son el 29% sobre el total de muertes prematuras).
Y lo mismo vale para las enfermedades respiratorias. En Colombia, las enfermedades respiratorias representaron el 4 por ciento del total de muertes en 2016, pero en China el 14 por ciento de las muertes fueron por enfermedades asociadas a obstrucciones pulmonares.
Pero si bien hay menos riesgos de que aparezcan casos de personas con afecciones pulmonares en nuestro país, otros factores como la contaminación ambiental predisponen a la aparición de infecciones respiratorias, las cuales ponen en un peligro más alto a personas con el virus.
Finalmente, un factor comportamental que ha resultado decisivo en la propagación del virus es si las personas acatan o no las medidas de aislamiento. En el caso de Corea, por ejemplo, como mostró un estudio reciente explicado gráficamente por la agencia de noticias Reuters, el 80 por ciento de los casos diagnosticados de coronavirus fueron desencadenados por dos grandes focos de transmisión, los cuales podrían estar vinculados a un único paciente (el paciente 31). Un reporte del Imperial College en Londres, publicado el 16 de marzo, usa modelos epidemiológicos que han informado las decisiones de política pública en Inglaterra y otros países y muestra que politicas de mitigación como el distanciamiento social y la cuarentena para personas que viven junto a casos sospechosos, pueden reducir el pico de demanda en servicios de salud en 2/3 partes, y las muertes en la mitad.
Ambos estudios muestran la importancia de tomar prontamente medidas de aislamiento para evitar la temprana propagación del virus.
Demografía
Se sabe que el coronavirus le pega, sobre todo, a los viejitos.
En China, con datos del CDC, la tasa de mortalidad total del país por el coronavirus era del 2 por ciento la semana pasada. Del total de las personas fallecidas por coronavirus, el 0,2 por ciento tenían entre 10 y 39 años, mientras que el 14 por ciento eran personas mayores de 80 años.
Esto pasa principalmente porque con la edad incrementa el riesgo de que el sistema respiratorio deje de funcionar ante una infección viral.
El caso de Italia es diciente en este sentido. Italia tuvo una tasa de mortalidad más aterradora que la de China: 6,6 por ciento la semana pasada. Italia es justamente el país con el mayor número de personas mayores (más de 65 años) en Europa. La edad media del país es de casi 46 años.
Esta condición demográfica, sumado al desborde del sistema de salud del país, en el que los médicos se han visto obligados a priorizar el tratamiento de personas con mayor expectativa de vida (jóvenes), explica las elevadas tasas de mortalidad en esta población: la mayor cantidad de personas que ha muerto en Italia por el coronavirus tiene una edad que se ubica en la franja de los 70 a los 79 años.
Nuestra pirámide demográfica es, en ese sentido, mucho más conveniente. La media de edad del país es de 30 años y el porcentaje de nuestra población que tiene más de 65 años es el 9 por ciento, mientras que en Italia es el 27 por ciento.
Pero como el caso italiano fue un cóctel letal entre una población envejeciendo y un sistema de salud colapsado, también hay que medir la capacidad de respuesta institucional.
Respuesta institucional
Muchos expertos han señalado que más preocupante que el número total de infectados es cuántos de ellos están infectados al mismo tiempo, pues la atención de tantas personas puede colapsar el sistema de salud.
Una forma de medir qué tan preparado está para lidiar con la enfermedad puede ser en términos del número de camas con las que cuenta el sistema de salud para atender enfermedades.
En este tema nos rajamos porque Colombia tiene alrededor de 63 mil camas repartidas alrededor de la red de hospitales y centros de salud (aunque son realmente alrededor de 13 mil camas entre cuidados intensivos e intermedios, y no más de 9 mil exclusivas para intensivos). Aún suponiendo que se usaran todas las camas y que no se necesitara ni una sola de ellas para atender cualquier otro tipo de enfermedades, esto quiere decir que tendríamos un promedio de 1.7 camas por cada mil habitantes.
En países que están preocupados por su capacidad de cobertura, como Estados Unidos, hay un promedio de 2.8 camas por cada mil personas.
Y aquellos que han tenido grandes números de hospitalizados, como Corea del Sur y Japón, cuentan con 12 camas por cada mil habitantes. Claro, sus poblaciones no son tan grandes, pero aún en China, que es un gigante demográfico, cuentan con 4.3 por cada mil personas.
Qué tan grave o no es esta carencia de camas dependerá de qué porcentaje de los casos confirmados requiera hospitalización y cuidados intensivos. En China fue el 15% de los casos, pero en Italia más de la mitad de los casos requiere hospitalización.
Otra forma de medir si el sistema está preparado para responder es sabiendo qué tan rápido se pueden procesar las pruebas para detectar si alguien tiene o no el virus. Como contamos en esta historia, Colombia tiene un laboratorio para la detección autónoma del virus, el primero certificado en Latinoamérica, que permite tener las pruebas en 9 horas. Es decir, 2400 pruebas a la semana, aunque actualmente el Gobierno está trabajando para habilitar otros centros de testeo, y la Secretaría de Bogotá ya cuenta con uno.
Corea del Sur y Taiwan han tenido, hasta ahora, las experiencias más exitosas de manejo del virus, y en ambos casos fue clave la realización masiva de test de laboratorio para determinar si estaban o no infectadas las personas y así controlar la expansión del virus. Con datos del 11 de marzo, Corea había realizado 189 mil pruebas, muy por encima de las 49 mil de Italia o las 17 mil de España. Si usamos los datos de lo que puede hacer el laboratorio del Instituto Nacional de Salud, le tomaría alrededor de 70 semanas (más de un año) llegar a los números de Corea, de modo que todavía se hace necesario ampliar la capacidad de las instituciones para hacer muchas más pruebas de detección en el país.
*Esta historia contó con la revisión y aportes de Zulma Rueda, médica, epidemióloga y profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad Pontificia Bolivariana.