Más allá de la insistencia para que se lance a la Presidencia, queda la duda de si el hoy rector de Los Andes es tan buen candidato como lo pintan.
Mientras Alejandro Gaviria duda en voz alta, César Gaviria aprieta desde la sombra
El martes un grupo de jóvenes, algunos de ellos de las Juventudes del Partido Liberal, creó en redes sociales el ‘Movimiento Estudiantil Alejandro Gaviria Presidente 2022-2026’, y ayer varios congresistas liberales le pidieron oficialmente que sea el candidato del partido.
Los guiños para convencerlo de lanzarse con el trapo rojo son tan evidentes que las cuentas institucionales del partido han estado dedicadas a promocionar las notas periodísticas y los mensajes que promueven esa idea de esa precandidatura. Todas esas movidas han tenido el visto bueno de la cabeza del partido, el expresidente César Gaviria.
A pesar de la insistencia roja y de otros sectores independientes (como los verdes), el hoy rector de Los Andes ha dicho que, por ahora, no está interesado en la política electoral.
Así lo dijo, por ejemplo, en una entrevista la semana pasada en Zona Franca en la que dijo que no ve "en su futuro, ni ahora ni nunca, la política electoral".
Pero el domingo volvió a abrir esa puerta en una entrevista el domingo con Los Danieles, ante la pregunta de Daniel Coronell de si tocaba ya descartarlo para el 2022, respondió que “no tiene una respuesta definitiva, sino una especie de ambivalencia”.
Una ambivalencia que ha expresado reiteradamente, en una intensa agenda de medios con, al menos, cuatro entrevistas o conversatorios públicos solo en la pasada semana.
Además de esa incógnita queda la duda de si, en verdad, Alejandro Gaviria es tan buen candidato como lo están pintando sus promotores. Nunca se ha medido en unas elecciones, defiende con vehemencia posturas liberales en un país con ideas conservadoras, y, más allá de algunos círculos, su viabilidad electoral sigue siendo una incógnita.
Lo es también si su eventual candidatura le ayudaría a César Gaviria a mantener el control en el partido, ante la salida de varios sectores inconformes y la inclinación de otros por acercarse a una alianza con la derecha.
De Gaviria para Gaviria
La última vez que el expresidente César Gaviria se reunió con su bancada del Congreso fue en noviembre pasado para explicar que iban a votar por Carlos Arturo Ramírez en la elección de magistrados de la Comisión Nacional de Disciplina Judicial.
Pero eso no significa que no esté tirando línea sobre movidas para el 2022, como la eventual precandidatura de Alejandro Gaviria.
A través del chat de Whatsapp que tienen los congresistas y que administra el secretario general del partido, Miguel Ángel Sánchez, han llegado dos mensajes en clave que, según nos comentaron cinco congresistas, representan esa línea.
El primero fue antes de Navidad cuando corrió el rumor de que el expresidente Gaviria estaba explorando alianzas con el uribismo. En el chat no solo se compartió el comunicado oficial del partido sino también varios artículos de prensa negando esos encuentros y descartando de tajo cualquier alianza con el Centro Democrático.
El segundo es el de esta semana. El secretario del Partido Liberal compartió notas de prensa sobre cómo el liberalismo se identifica con Alejandro Gaviria y lo quiere como su candidato presidencial.
Para reforzar ese mensaje, el Secretario del partido está usando su cuenta personal como se ve acá.
“Todo ese movimiento de posicionamiento no se hace sin el consentimiento del presidente del Partido que es el doctor Gaviria”, nos dijo uno de los cinco congresistas consultados que pidió no ser citado porque el único autorizado para hablar de las presidenciales es Gaviria.
Buscamos al expresidente Gaviria a través de sus asesores pero no obtuvimos respuesta.
Si bien la estrategia de comunicación del expresidente Gaviria es críptica, hay evidencia de que los congresistas que son más cercanos a él la han sabido leer.
Ayer los representantes a la Cámara Harry González (Caquetá), Juan Carlos Losada (Bogotá), Juan Fernando Reyes (Valle), Alejandro Vega (Meta) y José Luis Correa (Quindío), firmaron una carta pidiéndole al Rector de los Andes que sea el candidato oficial del partido.
“Es que el doctor Alejandro es de pensamiento liberal, coincide en nuestras luchas. Lo hizo como ministro cuando se opuso al glifosato, y lo hace ahora con debates como la renta básica, la defensa del medio ambiente, la legalización de la marihuana”, nos comentó González.
Alejandro unifica al liberalismo que César divide
Los cinco representantes se montaron al bus que viene empujando desde el año pasado el senador Iván Agudelo. Bus al que también se subieron, aunque por otra puerta, sectores de juventudes liberales como el ‘Movimiento Estudiantil Alejandro Gaviria Presidente 2022-2026’ que se creó esta semana.
Detrás de ese movimiento está la activista Marla Gutiérrez quien es el enlace nacional de jóvenes del Partido Liberal. Según dijo todo nació de manera espontánea y no por directriz del expresidente Gaviria.
“Me parece maléfico que piensen que para que un joven actúe debe estar detrás un expresidente. (…) Detrás de esto no está Gaviria, no he hablado con él. Es un tema que nació del deseo de los jóvenes”, dijo.
Que ya haya sectores del partido identificados con la idea de la candidatura de Alejandro Gaviria de entrada ya es un triunfo para el expresidente Gaviria por varias puntas.
Porque el Exministro de Salud es una figura que no divide y puede atraer a liberales que coquetean con la disidencia, como Luis Fernando Velasco o Guillermo García Realpe, quienes desde hace tiempo se vienen quejando de la manera en que César Gaviria toma las decisiones del partido.
“Con Alejandro no hay reservas, es una buena carta, ponderada, académica, capaz y con experiencia y si se llega a dar su llegada creo que podría generar un sentimiento de unidad”, nos comentó García Realpe.
Sin embargo, aún hay mecánicas internas que pueden condicionar la llegada de Alejandro Gaviria al tarjetón Liberal.
Por ejemplo, hay un sector de la bancada que es del Caribe y ha planteado la posibilidad de una alianza con Alejandro Char, si es que el exalcalde de Barranquilla decide lanzarse. En ese grupo están los senadores Mauricio Gómez, Fabio Amín, Lidio García, Mario Castaño y Jaime Durán.
Es una posibilidad que el expresidente Gaviria dejó abierta en las elecciones regionales de 2019, cuando los liberales y los Char se juntaron para apoyar a Elsa Noguera a la Gobernación de Atlántico, como contamos en esta historia.
Lo otro es definir si el expresidente Gaviria está dispuesto a llevar al partido a una consulta de centro, teniendo en cuenta las diferencias que tiene con otras figuras que están ahí como Sergio Fajardo.
En las elecciones de 2018, Gaviria culpó a Fajardo de no permitir una coalición de centro-izquierda. Según dijo en una carta el Expresidente, Fajardo “quería una coalición con el candidato de la Calle, pero no con el Partido liberal al que descalificó de una manera tajante y ofensiva. Tomamos entonces la decisión de ir, sin alianzas para la primera vuelta, a defender las ideas que nos son más fundamentales”.
Por eso mientras se despejan esas dudas, los focos siguen apuntando a lo que decida o no Alejandro Gaviria, quien en medio de esta intensa campaña, por lo menos, no le ha dado un no explícito al Partido Liberal.
La incógnita
Más allá de la insistencia de los liberales y de los demás sectores de centro, no es claro que Alejandro Gaviria sea un buen candidato presidencial.
Antioqueño, de 54 años, el hoy rector de los Andes ha tenido una larga trayectoria pública: en Federación Nacional de Cafeteros, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y el Ministerio de Salud.
Cuando era ministro de esa cartera, en el 2017, fue diagnosticado con un cáncer del cual se recuperó favorablemente y escribió un libro sobre esa experiencia.
También se ha convertido en un intelectual que ha escrito libros y artículos académicos que tratan temas tan variados como literatura, economía, salud pública y el problema de la política de drogas. Por más de una década, además, Gaviria fue columnista de El Espectador, y miembro de su comité editorial.
En estos años, también ha defendido ideas liberales como el ateísmo y la legalización de las drogas; ideas que, en Colombia, no son muy populares y podrían restarle votos.
La última Gallup, la encuesta más creíble en el país porque tiene una misma metodología hace más de 20 años, muestra que sólo el 25 por ciento de los colombianos está de acuerdo con la legalización.
El ser ateo también puede jugarle en contra. Esto se ha convertido en un blanco que los políticos de derecha buscan aprovechar. Por ejemplo, en la campaña presidencial del 2010, el entonces candidato uribista, Juan Manuel Santos, usó esta carta para atacar al candidato verde Antanas Mockus. “Tengo lo que Mockus no tiene: creo en Dios”, dijo Santos en una entrevista para el diario El Mundo de España.
Gaviria también ha vivido en carne propia estos ataques. Por ejemplo, en 2017, cuando era ministro de Salud y declaró públicamente ser ateo, fue atacado por el entonces precandidato presidencial de la derecha Alejandro Ordóñez.
El ministro ateo salió del clóset y queda claro el porqué este gobierno promueve la cultura de la muerte. @NoticiasCaracol pic.twitter.com/vwq11dkyzn
— Alejandro Ordóñez (@A_OrdonezM) April 19, 2017
Además de sus posturas, Gaviria tiene en contra el hecho de que nunca ha participado en una elección popular, y ha sido medido por pocas encuestas. En la última de Invamer, de hace dos semanas, registró un 25 por ciento de favorabilidad y 12 por ciento de desfavorabilidad , numeros que resaltan que poca gente lo conoce.
“Todavía no sabemos lo que Alejandro Gaviria significa políticamente. No sabemos lo que él representa para la gente. ¿Es un candidato liberal? ¿Es un candidato de la región?¿Es un candidato de la academia? No lo sabemos. Hace falta medir qué es lo que piensa la gente de él, no sólo lo que piensa un círculo”, le dijo a La Silla Vacía César Caballero, director de la encuestadora Cifras y Conceptos.
Esto no necesariamente es malo, pues ya ha pasado que personas que nunca habían participado en elecciones hayan sacado una gran votación.
El caso más cercano es el del presidente Iván Duque que, sin haberse medido políticamente (fue elegido senador en 2014 en una lista cerrada impulsada por Álvaro Uribe), sacó en las pasadas presidenciales poco más de diez millones de votos.
La primiparada electoral de Gaviria podría pesar, incluso sin llegar a las elecciones presidenciales. Teniendo en cuenta que Gaviria podría entrar a competir en una consulta de centro, con políticos que ya han demostrado que tienen una alta votación. Sobre todo Fajardo, amigo de Gaviria, ideológicamente similar, también antioqueño, y con quien tendría que competir por votos, que Fajardo en el pasado ha demostrado que tiene.
En las últimas presidenciales, Fajardo, con casi 20 años de experiencia en la política, sacó poco más de cuatro millones 500 mil votos y tiene una estructura montada (de concejales, una representante y, principalmente, voluntarios que lo han acompañado por años) en varias de las principales ciudades del país que se activa cada vez que emprende una aventura electoral.
Esta estructura, ya armada y consolidada, sería uno de los grandes obstáculos que tendría que sortear Gaviria para llegar a ser candidato.
Sin embargo, esto no significa que, a priori, Alejandro Gaviria sea un mal candidato.
El hecho de que, desde las últimas presidenciales, la favorabilidad de Fajardo venga en picada (su favorabilidad pasó de 67 por ciento en agosto de 2018 al 40 en la última Gallup) podría darle impulso a una candidatura suya entre los sectores de centro y centro-izquierda.
“Si, con una campaña en medios y en redes sociales, logra enganchar al ciudadano común y corriente de las ciudades, convertir a los jóvenes en electorado, y crear el tema central de la campaña, podría ser un candidato con chances”, le dijo a la Silla el analista Héctor Riveros.
El fuerte de Gaviria sería, al igual que el de muchos candidatos alternativos, la población urbana que, en Colombia, es cada vez mayor.
“En Cartagena tiene mucho para crecer. Su desventaja serían los pueblos o municipios. No solo por la molestia que hay en la ciudad con los políticos tradicionales, es, también, por el deseo de ver algo nuevo o distinto a lo que hay hoy”, nos dijo un político liberal de Bolívar.
Además, hay cualidades propias de Alejandro Gaviria que lo convierten en un posible buen candidato. Así lo cree Eugenie Richard, investigadora de la Universidad del Externado, experta en comunicación y marketing político.
“Es una persona que ha mostrado su lado humano. Esto es clave en unas elecciones presidenciales en las que la gente suele votar por la persona y no por los partidos. Fue un ministro de Salud, esto va a pesar en la postpandemia. Padeció un cáncer, lo superó y escribió un libro sobre su experiencia”, nos dijo.
Hasta que defina si deja o no la Universidad de los Andes y se lanza, la viabilidad de una candidatura suya seguirá siendo una incógnita. Según lo que nos contó un congresista verde, lo que saben en el partido es que él ha dicho que daría una respuesta a mediados del año.
Por ahora, el tema de Gaviria será el plato fuerte de la especulación política. Mientras sea una incógnita si finalmente se va a lanzar, si lo haría con los liberales, si se mete en una consulta de centro, y si lo hace, qué tan fuerte sería su candidatura.