La estrategia de Alberto Rojas para volver a la Constitucional

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Alberto Rojas tiene toda una estrategia judicial para volver a la Corte Constitucional. No solo con una tutela en el Consejo de Estado, como reveló Semana.com, sino con otra movida en Consejo Superior de la Judicatura. Si Rojas gana en alguno de los dos escenarios, podría volver a la Constitucional.

La cosa es así. Después de que una sala de tres conjueces y una magistrada del Consejo de Estado tumbó su elección, Rojas puso una tutela ante la Sección Primera de ese mismo tribunal, en la que alega que le violaron el derecho al debido proceso porque quien podía anular su elección era la Corte Suprema y no el Consejo de Estado.

Esa tutela tiene la dificultad de que los magistrados tienen que declararse impedidos, porque ellos ternaron a Rojas hace un año, y por eso seguramente también va a terminar en manos de conjueces.

En paralelo, Rojas elevó una solicitud al Consejo Superior de la Judicatura para que dirima la pregunta de quién podía anular su elección, si el Consejo de Estado o la Corte Suprema. Eso es insuual por dos motivos.

Primero porque esas discusiones, que se llaman conflictos de competencia, normalmente llegan al Consejo de Estado porque dos jueces dicen que son quienes deben conocer un caso (como los debates entre los jueces penales y los jueces penales militares por los “falsos positivos”) o porque ninguno quiere hacerlo y se tiran la pelota. Esta vez no la plantean los jueces (la Corte y el Consejo de Estado) sino un afectado por una decisión.

Segundo, normalmente esos conflictos se dan cuando los procesos están andando pero en este caso ya hubo fallo.

Además, esta decisión también se estrelló con un problema. El caso le tocó al magistrado Néstor Osuna para preparar la ponencia, pero éste se declaró impedido porque su elección como magistrado está demandada en el Consejo de Estado, y la decisión podría afectarlo.

Así que por ahora los impedimentos tienen demorada la estrategia de Rojas. Pero con amigos en el Congreso y en las Altas Cortes, esta historia no se ha acabado.

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