El empresario Alberto Ríos Velilla, nacido en Medellín, ha hecho una exitosa carrera con empresas de servicios públicos.
Es dueño de las compañías de basuras Servigenerales y Aseo Capital (cuyas acciones vendió en 2012 pero recompró en 2014) y de parte de las empresas de energía Enerpereira y Enertolima. En esta última fue socio de una empresa controlada por los primos Nule, quienes luego fueron condenados penalmente por delitos cometidos en otros negocios. Servigenerales además es socio de Empresas Públicas de Armenia, EPA, en la empresa Aquaseo, que es el operador del acueducto de Magangué y Tumaco.
Estuvo en la operación del aseo en una parte de Bogotá con la empresa Aseo Capital hasta comienzos de 2018, cuando la alcaldía de Enrique Peñalosa adjudicó una nueva licitación para la prestación del servicio en la que la firma de Ríos no ganó. Y también esa empresa fue una de las propietarias del Cupic, la firma que hasta la alcaldía de Gustavo Petro hizo la facturación del aseo.
El negocio del aseo es uno de los más grandes de la ciudad (asciende a 2,5 billones de pesos) y Ríos fue la voz de los privados que más se sintió en la pelea con la administración Petro en 2012, negándose a entregar los camiones recolectores que Petro decía que eran de propiedad pública. Finalmente, un tribunal de arbitramento les dio la razón a los privados y el Consejo de Estado confirmó esa decisión.
Su poder no se limita a lo de su propia posición económica.
Alberto Ríos Velilla es el hermano de los empresarios Javier, Carlos y Rubén Ríos Velilla, quienes lideran la empresa Inversiones Alsacia, dueña de uno de los operadores de Transantiago, el sistema de transporte masivo de Santiago de Chile, aunque entró en quiebra.
Es el novio de la periodista de Caracol Radio Darcy Quinn y el padre de Felipe Ríos, ex concejal de Bogotá y excandidato a la Cámara de Cambio Radical.
Y es amigo íntimo de Germán Vargas Lleras.
La familia Ríos Velilla también fue socia en Transmilenio y en el Sitp.
Después de ser amigo íntimo por muchos años del abogado Jaime Lombana (con quien compartió casa cerca de Cartagena), en 2011 rompieron su relación.
En 2020, su empresa Enerpereira y el fondo de inversión Latin American Capital crearon una filial que se llama Aire y se quedaron con la prestación del servicio de energía en Magdalena, La Guajira y Atlántico, como reemplazo de la liquidada Electricaribe.