Carlos Fernando Sánchez

Carlos Fernando Sánchez

Candidato a la Gobernación de Santander

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Carlos Fernando de Jesús Sánchez Aguirre es el candidato del movimiento político Santander En Serio a la Gobernación de Santander, con el respaldo del parapolítico Hugo Aguilar; líder supremo de dicho grupo.  

Sánchez Aguirre viene de una familia reconocida en la región que siempre se ha movido en las aguas del poder.

Su padre, Héctor Sánchez Camacho, fue congresista y líder del Partido Conservador en Santander, y su madre, Ligia Aguirre de Sánchez, fue directora de la Sociedad de Mejoras Públicas y presidenta de la junta directiva de la poderosa Fundación Cardiovascular, donde Sánchez ocuparía una silla después.

Antes de que Sánchez iniciara la carrera pública que hoy lo tiene de candidato, estuvo por mucho tiempo trabajando en el sector privado. Principalmente en Vanguardia Liberal, el principal periódico de Santander, donde fue Director de Publicidad y Mercadeo durante varios años. También en la Universidad de Santander, Udes, dirigiendo la revista Contexto.

Es hasta 2004 cuando el ahora candidato da sus primeros pasos ‘en serio’ en el camino hacia la política.

El entonces gobernador Hugo Heliodoro Aguilar Naranjo, a quien había apoyado y prestado servicios en campaña, y quien se hizo hecho elegir en 2003 con la ayuda de los paramilitares (de acuerdo a sentencia de la Corte Suprema de Justicia), lo nombró Director de la naciente Corporación Parque Nacional de Chicamocha (Panachi).

Esta entidad se creó con el fin de gestionar la que se convertiría en la obra cumbre de la administración Aguilar Naranjo, el Parque Nacional del Chicamocha. Y, precisamente desde su Dirección, Sánchez Aguirre se posicionó como el líder de la construcción del Parque que fue inaugurado en diciembre de 2006.

De ahí en adelante, la Corporación Panachi, bajo la batuta del mismo Sánchez, se convirtió en el eje central de los mega-proyectos de desarrollo turístico en la región, tema que a la postre surgió como la bandera programática del denominado clan Aguilar, del ahora exgobernador Hugo y de sus hijos el senador Mauricio Aguilar y el actual gobernador Richard Aguilar.  

Así, desde Panachi, y durante 10 años (en el mandato de Aguilar padre y de sus sucesores, Horacio Serpa y Aguilar hijo), hasta su renuncia en 2014, Sánchez Aguirre estuvo a cargo de la asesoría, planificación, estructuración y posterior administración de diferentes proyectos turísticos financiados con recursos de la Gobernación de Santander. Su protagonismo fue particularmente notorio en los gobiernos Aguilar donde el tema fue prioridad, y no tanto en la administración liberal de Horacio Serpa.

En la década al frente de la Corporación, Sánchez desempeñó sus labores en medio de múltiples críticas por cuestiones de transparencia, debido a la naturaleza de la entidad, y por problemas (atrasos y sobre costos) en la ejecución de las obras que ésta planificó (y en ocasiones contrató).

La Corporación Panachi es una entidad constituida con un patrimonio mayoritariamente público (del departamento de Santander) pero con régimen jurídico de derecho privado. Dicha condición le permite contratar con el Estado a través de convenios administrativos sin mediar licitaciones y, a su vez, utilizar los recursos públicos que reciba de esos convenios sin someterse a la normatividad de contratación estatal.

Sumado a esto (por la misma característica jurídica ya citada), las utilidades y rendimientos obtenidos de los parques que administra, los maneja de manera autónoma, sin compensación alguna al departamento. Y además, la condición de Corporación les ha servido, por ejemplo, para justificar la evasión de controles por parte de la Contraloría General, como la misma Contraloría lo denunció en un informe a finales del año pasado.  

En cuanto a los principales proyectos que Sánchez Aguirre lideró, el Parque Nacional de Chicamocha ($56.000 millones), el Acuaparque de Panachi ($11.000 millones) y el Ecoparque el Santísimo ($60.248 millones), los tres presentaron atrasos y sobre costos significativos.

En el más reciente, el del Santísimo, inaugurado hace dos meses y financiado con regalías, la Corporación – dirigida entonces por Sánchez – se encargó inicialmente de elaborar los diseños y estudios. A finales del año pasado, la Contraloría General encontró que, precisamente en dicha etapa, se habría vulnerado el principio de planeación contractual y administrativa porque los estudios técnicos resultaron “inadecuados”.

Los sobrecostos en el Santísimo fueron superiores a 15 mil millones de pesos, equivalentes al 25 por ciento del costo total final (alrededor de 60 mil millones).  

Fuera de estos problemas en la ejecución de las mega-obras que gestionó, la recurrencia de unos pocos contratistas en los procesos de construcción de las mismas también ha puesto a Sánchez bajo la lupa de los medios.

Particularmente el nombre de Roberto Rodríguez Ruiz, uno de los contratistas beneficiados por las obras de Panachi y del Ecoparque, y quien públicamente está acompañando la campaña de Sánchez a la Gobernación.  

Ya en su campaña por la Gobernación, fuera de contar con el súper contratista Rodríguez, y con su padrino Hugo Aguilar, Sánchez también tiene el respaldo del Senador Mauricio Aguilar (el hijo de Hugo) y su fórmula en la Cámara la Representantes María Eugenia Triada.

Además, antes del día electoral, podría aglutinar el apoyo del Centro Democrático (o terminar en la campaña del candidato uribista Iván Aguilar Zambrano). Esto después de un pacto entre el expresidente Uribe y Hugo Aguilar, que está por cumplirse, para llegar unidos a la jornada definitiva.

En términos de apoyos políticos su mayor debilidad ha sido no contar con el apoyo de la línea del gobernador en ejercicio, Richard Aguilar, el otro hijo de Hugo. El grupo del Gobernador puso a su propio candidato, el ex congresista Holger Díaz por el Partido de La U.

Más allá de este lado enclenque, el transcurso de la campaña de Sánchez, como su vida ‘pública’ en Panachi, no ha estado exento de polémica. Desde que se lanzó a finales de 2014, afronta un proceso de inhabilidad por presunta doble militancia, ya que un sector del partido Opción Ciudadana asegura que él fue miembro de la Dirección Nacional del mismo y no renunció a tiempo para lanzarse por firmas. El candidato lo ha negado de manera insistente y ganó una tutela que obligó a Opción Ciudadana a oficiar que Sánchez no fue directivo ni perteneció a dicho Partido. Sin embargo, Sánchez perdió otra tutela, contra una decisión del CNE mediante la cual el máximo organismo electoral no accedía a la solicitud de revocar el acta de conformación de Opción (en la que Sánchez figura como militante). La polémica sigue abierta, y está pendiente un pronunciamiento de fondo del Consejo frente a la inhabilidad. 

En su defecto, la propia recolección de firmas también levantó controversia, porque Sánchez logro la impresionante gestión de recoger más de 200 mil firmas en menos de un mes.

También, ha recibido críticas desde el Palacio Amarillo de la Gobernación, donde alegan que el candidato no puede usar el nombre del movimiento ‘Santander en Serio’ para hacer proselitismo, por ser esta denominación parte del título del Plan de Desarrollo.

Sin embargo, su correría política por Santander, de la mano Hugo Aguilar, sigue marchando y, en términos programáticos y publicitarios, siguiendo el discurso estrella de su padrino, su mejor argumento de campaña es seguir apostándole al desarrollo del turismo.

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CONEXIONES

Serpa es lider más visible del liberalismo; competencia del movimiento político en el que Carlos Fernando Sánchez milita.

Hugo Aguilar es el padrino político de Carlos Fernando Sánchez.