El llamado de la Fiscalía a Juan Carlos Granados para que responda por el caso Odebrecht es un golpe a la coalición mayoritaria en el Concejo de Bogotá, que lo eligió, y le da combustible a la oposición para las locales de 2019.
El Contralor imputado: otro impulso para la centro izquierda cachaca
Juan Carlos Granados, Contralor de Bogotá.
La imputación de cargos y la medida de aseguramiento que pedirá la Fiscalía para el Contralor de Bogotá, Juan Carlos Granados, por presuntas irregularidades en contratos con los que habría favorecido a la corrupta multinacional brasilera Odebrecht cuando fue Gobernador de Boyacá, políticamente es un golpe más a los partidos tradicionales en la ciudad en un año en el que la centro izquierda les sacó ventaja en la ciudad y se fortaleció de cara a las elecciones locales del año entrante.
El Contralor está metido en el caso Odebrecht desde que en noviembre de 2017 el excontratista y testigo Federico Gaviria le dijo a la Fiscalía que Granados había recibido 200 millones de pesos de esa empresa a través de su aliado político Plinio Olano (que ya fue llamado a juicio), con el fin de financiar la campaña a la Gobernación de Boyacá en 2011.
Esa mención era lo único que lo involucraba y le hacía ruido, y desde entonces él se cuidó de salir a medios, que poco volvieron a hablar del tema.
Hasta que ayer el caso revivió con la posibilidad de que lo pongan preso. La Fiscalía anunció que el 29 de octubre le imputará concierto para delinquir e interés indebido en la celebración de contratos, ya que, agregó, tiene suficientes pruebas de que él “estaría involucrado en posibles irregularidades en su condición de candidato a la Gobernación, además de otros hechos similares supuestamente cometidos como primer mandatario de dicho departamento”.
Nada de de eso tiene que ver con Bogotá, pero como todo ha reventado mientras ocupa su cargo como Contralor, el coletazo político de la imputación de cargos puede sentirse en la ciudad, con miras a las elecciones locales del año entrante.
El coletazo
La responsabilidad política de elegir a Granados recae sobre los partidos de centro derecha que, en su mayoría, pretenden unirse para sacar un candidato único a la Alcaldía.
Granados fue elegido en el Concejo con el voto de 35 de 45 concejales, entre los que estuvieron los nueve de Cambio Radical, los seis liberales, los seis del Centro Democrático, los cuatro de La U, los tres conservadores, el de Libres, el de Opción Ciudadana y cinco de los seis de Alianza Verde.
Esos partidos, a excepción de los verdes, se unirían para la Alcaldía en 2019, con lo que el factor Granados les puede jugar en contra ante la opinión pública, sobre todo si se tiene en cuenta que, como contamos en La Silla Cachaca, lo eligieron a pesar de que le fue mal en la prueba de conocimientos para acceder al cargo, y una vez él se posesionó, los retribuyó con burocracia.
Y de los partidos que lo eligieron, la responsabilidad mayor es para Cambio Radical, que como parte de los acuerdos que hizo la coalición mayoritaria del Concejo fue el encargado de proponer un candidato a la Contraloría para que luego fuera respaldado por las demás fuerzas. Y sugirió a Granados, un exgobernador aliado de Germán Vargas Lleras.
Por eso el golpe a Granados es otro golpe para Cambio, que, como contamos, la tiene cuesta arriba para las locales del año entrante después de obtener menos de lo que esperaba en las legislativas en Bogotá, de la debacle electoral del tan cachacho Vargas Lleras y de que al alcalde Enrique Peñalosa, al que avalaron, le haya sido imposible repuntar en las encuestas la imagen negativa que proyecta ante la gente.
Ya un concejal de Cambio, Yefer Vega, pidió la renuncia del Contralor, y se le sumaron otros que también votaron por él: Lucía Bastidas, de Alianza Verde; la liberal María Victoria Vargas, y el concejal cristiano Marco Fidel Ramírez, de Opción Ciudadana. (De los que no votaron por él le pidieron que renunciara Jorge Torres, de los verdes; Manuel Sarmiento, del Polo y Juan Carlos Flórez, de la ASI).
Lo que está por verse en los próximos días es si hay un desmarque tan grande como la coalición que lo respaldó o si, como hace un año que lo salpicaron por primera vez, sigue manteniendo el respaldo mayoritario de ese bloque político.
Se quede solo o no, la oposición ya comenzó a recordar quiénes fueron los que lo eligieron, con el fin de que los castiguen el año entrante, como lo hizo el representante a la Cámara por Bogotá David Racero, de Colombia Humana, el movimiento que lidera Gustavo Petro:
Estos fueron los Concejales de #Bogotá y los partidos políticos que eligieron a Juan Carlos Granados como Contralor Distrital, hoy llamado por la Fiscalía a audiencia de imputación de cargos por caso Odebrecht. Ojalá no lo olviden al momento depositar su voto en 2019. pic.twitter.com/MPOuM31qHN
— David Racero (@DavidRacero) October 17, 2018
Otro revés para la derecha con la situación de Granados es que Gustavo Petro puede sacar réditos.
Desde que llegó al cargo, el Contralor y subalternos suyos fallaron en tres ocasiones contra el exalcalde por presuntas irregularidades que habría cometido como mandatario, relacionadas con la implementación del sistema de aseo y la rebaja de tarifas de Transmilenio (ésta fue suspendida).
De ahí salieron multas contra Petro por unos 300 mil millones de pesos.
Petro siempre interpretó eso como una persecución con la que el jefe político de Granados, el exvicepresidente y máximo líder de Cambio Radical, Germán Vargas Lleras, pretendía sacarlo de la campaña presidencial.
Ahora el dedo acusador lo tienen el exalcalde y sus seguidores, que ven cómo Petro pudo ser candidato y pasar a segunda vuelta, mientras Granados ha quedado expuesto ante la picota pública.
Hasta ahora el Contralor ha negado su participación en cualquier irregularidad, y el 29 de octubre será la Corte Suprema la que decida si permite que afronte el proceso judicial en libertad u ordena detenerlo.
Cualquiera sea el caso, el manto de duda ya lo puso la Fiscalía y, en plena precampaña electoral, eso tendrá sus consecuencias.