A pesar de la oposición del ex vicepresidente al proyecto que vota hoy el Concejo, no es seguro que la bancada de Cambio Radical siga su línea.
La valorización de Peñalosa pone a prueba el liderazgo cachaco de Vargas
Germán Vargas Lleras. Foto: Tomada de www.semana.com
El ex vicepresidente Germán Vargas Lleras, máximo líder de Cambio Radical, publicó ayer una columna en El Tiempo en la que hizo oficial su oposición al proyecto de valorización que presentó el Alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, y que vota hoy el Concejo en último debate.
Eso, sin embargo, no significa que la bancada de ese partido vaya a dar su voto negativo, a pesar de que tiene la capacidad de hundir la iniciativa y de que la semana pasada publicó un comunicado diciendo que tal y como está, no la va a respaldar.
Desde el jueves quedó claro que la mayoría de concejales puede dar su brazo a torcer y terminar favoreciendo los intereses de Peñalosa, de quien Vargas está cada vez más distanciado a pesar de que lo avaló con Cambio en 2015; y al tiempo mostrarán si la voz del ex candidato presidencial sigue teniendo la influencia de antes o si, como ya empezó a ocurrir en el Congreso, aquí también la respetan pero no al punto de seguirlo a pie juntillas.
Por ahora prevalece lo segundo.
El cambio de postura
El martes de la semana pasada los nueve concejales de Cambio Radical se reunieron con Vargas y acordaron, según quedó en un acta, que dadas las inquietudes sobre el proyecto, con el que Peñalosa pretende recaudar 900 mil millones de pesos para hacer obras, “todos (...) deberán votar (...) negativamente”. (Vargas no es nombrado en el acta, pero lideró el encuentro).
Vargas está en contra del cobro, pero la decisión obedeció a una votación entre los concejales que fue reñida: por el voto negativo estuvieron cinco: Roberto Hinestrosa, Juan Felipe Grillo, César García, Pedro Julián López y Yefer Vega; y por el positivo, cuatro: Julio César Acosta, José David Castellanos, Jorge Lozada y Rolando González.
El acta concluyó con un punto en el que advirtieron que si la Alcaldía les absolvía dudas podían cambiar de opinión.
Sin embargo, hasta el jueves, día de la votación en plenaria, la decisión de Cambio Radical seguía siendo en contra y así lo dio a conocer públicamente el vocero de la bancada, Yefer Vega.
Con sus nueve votos en contra (es la bancada más numerosa) tenía la capacidad de hundir la valorización, lo que significaría una segunda derrota para Peñalosa en este asunto porque a mediados del año pasado, cuando lo presentó por primera vez, ni siquiera alcanzó a ser votado en comisión dadas las dudas que presentaron, entre otras, la bancada de Cambio.
Pero a la hora de votar, siete de los nueve concejales de Cambio se salieron del recinto. Sólo quedaron el vocero Vega y Castellanos.
Rolando González le dijo a La Silla Cachaca que se salieron porque apelaron al último punto del acta y buscaron espacios para que la Alcaldía les absolviera sus inquietudes y peticiones, como que las obras sólo las empiecen a cobrar cuando se hayan firmado sus actas de inicio y que si las obras resultan más costosas no se cobrará otra valorización sino que la Alcaldía cubrirá lo que falte con recursos propios.
“Nos salimos porque, sencillamente, mientras no nos den una respuesta favorable o desfavorable no tomaremos una decisión puntual”, le dijo a La Silla Cachaca el concejal Rolando González.
Al salirse no se comprometían con un voto, pero esa jugada sí tuvo un efecto favorable a Peñalosa porque los artículos del proyecto ya no requerían que los aprobaran con 23 votos (una mayoría que no tenía Peñalosa, que sólo cuenta con 21), sino con 19 (una que sí tiene gracias al respaldo de otros partidos como La U, la mayoría del verde, los conservadores, los liberales, el MIRA, Opción Ciudadana y Libres).
Y fue en medio de esa situación que a pesar de que Vega y Castellanos votaron negativo, se alcanzaron a aprobar el título y 7 de los 25 artículos.
Fue un primer guiño de esos concejales a Peñalosa y a su vez una toma de distancia de Vargas.
Dado el antecedente del acta de la reunión con el ex vicepresidente, las suspicacias empezaron.
Primero porque cambios de fondo no se le pueden hacer al proyecto, pues el reglamento no permite hacerlos en plenaria.
Y segundo porque, según le dijeron a La Silla dos concejales de dos partidos distintos, lo que está haciendo la mayoría de Cambio es proteger su burocracia en el gobierno de Peñalosa, bajo la premisa de que el Alcalde no se las mantendría si le hunden el proyecto por segunda vez.
La Silla Cachaca no pudo probar eso porque ningún concejal de los que se retiró lo acepta, aunque es claro que Cambio sí tiene representación en el Gobierno, con el Secretario de Hábitat, Guillermo Herrera, y el Gerente de la Caja de la Vivienda Popular, Lino Roberto Pombo, así como en alcaldías locales, como hemos contado.
Además, por ejemplo, Julio César Acosta nos dijo que desde que se hundió el proyecto el año pasado, la Alcaldía los ha escuchado para modificarlo, algo que también dijo Peñalosa hace poco.
“Hoy el proyecto no contempla un solo peso para estudios y diseños, que antes se cobraban y luego no se hacían las obras porque no eran viables. La opción de dar plazos para pagar también es de Cambio Radical”, nos dijo Acosta. Por eso él, personalmente, está de acuerdo con aprobarlo.
En cualquier caso, éste no alcanzó a ser aprobado el jueves y la votación fue aplazada para hoy, con el antecedente de la columna de ayer de Vargas Lleras, en la que le pide a Peñalosa ser “consciente de la imposibilidad de imponer un solo tributo más a los bogotanos” y ejecutar primero lo que le han aprobado en cupo de endeudamiento, alianzas público privadas y venta de activos, que va por los 20 billones de pesos.
La sesión comenzará a las 9 de la mañana y la bancada se reunirá antes para tomar una decisión sobre, finalmente, cómo votar.
La prueba para Vargas
Se espera que, así como la semana pasada, Cambio Radical salga de la reunión con una posición unificada a favor o en contra del proyecto que por reglamento sus concejales deben cumplir.
Si gana el Sí, Vargas se habrá quedado solo. Si gana el No, tendrá un espaldarazo, pero deberá esperar el tejemaneje de la sesión porque no se descarta, como nos dijo Acosta, que haya concejales que opten de nuevo por salirse.
En todo caso, que esto esté ocurriendo no es tanto una muestra de que, como en cualquier partido, hay posiciones diversas, sino más que esa voz portentosa que hace una década definía qué hacía su partido ahora tiene un poder más limitado, sobre todo después de la debacle de su campaña presidencial este año.
Es algo que ya viene pasando en el Congreso, como contó La Silla Vacía, y que en Bogotá tiene la particularidad de que puede marcar el camino del partido en 2019, alejado de esa figura, pero entonces más cercano a la continuidad de Peñalosa.