El exalcalde intenta aprovechar su experiencia para ganar votos, pero llega sin capital político. Si la campaña se polariza puede valorizarse como tercería, el mismo camino que busca Carlos Fernando Galán, con quien quisiera aliarse.
Lucho busca el mismo camino de Galán
El exalcalde de Bogotá Luis Eduardo ‘Lucho’ Garzón estaba hasta hace unos meses como comentarista de un programa de variedades en televisión y, sin que mediaran mayores especulaciones, hace 20 días anunció que se lanzará de nuevo a la Alcaldía.
Lo hará “sin partido y sin plata”, como él mismo admite, y apostándole a ser una tercería entre las coaliciones que se están forjando de centroizquierda y centroderecha, algo que posiblemente lo lleve a dialogar (y buscar una alianza) en algún momento con Carlos Fernando Galán, que tiene una apuesta similar.
Lucho arranca sin que sea claro si su candidatura es viable y con el ruido de una compulsa de copias que ordenó hace un mes un juez para que se investiguen posibles irregularidaded que cometió por la firma en su Alcaldía de un contrato de reparación de vías por el que ya fue condenado Samuel Moreno.
Sin embargo, llega tratando de posicionar un mensaje de político que tiende puentes, que lo puede llevar a valorizarse en caso de que la campaña se polarice mucho.
Con historia, pero sin votos
La llegada de Lucho a la campaña fue sorpresiva porque se dio en un momento en que ya parecía claro cuál sería el ramillete de candidatos, en su mayoría trabajando desde el año pasado.
También llamó la atención porque, aunque él tiene una historia ya labrada en Bogotá como el primer alcalde de izquierda (gobernó entre 2004 y 2007 a nombre del Polo) y el que le dio un énfasis palpable a la política social con su programa de gobierno “Bogotá sin indiferencia”, hoy no tiene un capital político claro.
Después de salir del Polo y de los verdes y de ser Ministro de Trabajo de Juan Manuel Santos, terminó en En marcha, el movimiento de liberales disidentes liderado por Juan Fernando Cristo, que apenas está en construcción y que no tiene vínculo alguno con los seis concejales o con el representante a la Cámara del Partido Liberal en Bogotá.
Lucho, sin embargo, ya comenzó a armar un programa de la mano de asesores como Edna Bonilla, profesora de la Nacional que fue su Secretaria de Hábitat; Jorge Iván González, también profesor de esa universidad que fue asesor de Gustavo Petro; y Pedro Rodríguez, que fue Comisionado Nacional del Servicio Civil en el segundo gobierno de Santos.
Y también ya hace correrías por el sur, y ha comenzado a reunirse con sindicatos, vendedores informales y transportadores, sectores sociales “con los que siempre he trabajado”, nos dijo, y con quien lo está conectando gente que hizo parte del equipo de trabajo de su hijo Eduardo en la campaña de éste a la Cámara en 2014.
Cómo no agradecer a todas estas mujeres de @sindistritales1 por su lucha permanente, por su valentía. Bogotá,#TerritorioDeDerechos @maltescut1 pic.twitter.com/fU142MsCF5
— Lucho Garzón (@luchogarzon) March 9, 2019
Hoy los vendedores ambulantes de #Usme propusieron que el próximo gobierno cree la Secretaría de la Informalidad, un aporte a la formalización. ¡Apoyémoslos! #BogotáTerritorioDeDerechos pic.twitter.com/5GCva5CSlI
— Lucho Garzón (@luchogarzon) March 9, 2019
Al tiempo, nos dijo que se ha sentado a manteles con empresarios de alto perfil con los que trató como Alcalde, aunque prefirió no mencionar quiénes.
El caso es que su apuesta es precisamente la de mostrarse como el candidato capaz de evitar la polarización porque le apuesta a unir sectores como esos.
Eso no es nuevo porque, como contamos, es la esencia de la campaña y, por ejemplo, está en el discurso de Claudia López y Antonio Navarro (Alianza Verde), Carlos Fernando Galán (que aspirará por firmas o por el Nuevo Liberalismo si le dan personería jurídica), Ángela Garzón (Centro Democrático) y Miguel Uribe (firmas).
López, sin embargo, ya dejó ver que no se iría con él porque considera que ya pasó su hora, mientras que, después de defender el proceso de paz como integrante del Gobierno Santos, tampoco se iría a la alianza en la que esté el uribismo.
“Sería extraordinario un encuentro Galán-Garzón, sin decir que eso esté cuadrado”, le dijo a La Silla Cachaca.
Galán, que aún no se lanza, no habla abiertamente de su candidatura, pero como contamos, tiene la idea de convertirse en una tercería, que es el escenario en el que quiere jugar Lucho.
Como estrategia, para cualquiera de los dos sería preferible que la candidatura verde se la ganara Claudia López, bajo la premisa de que ella, que terminaría liderando la coalición de centroizquierda, tiende a polarizar más que Antonio Navarro, y ellos como adalides del centro podrían captar votantes que no se identifiquen con el tono confrontacional de ella (a pesar de que desde que se lanzó a López se le ha notado el esfuerzo por aplacarlo y por posicionar un discurso de unidad).
Al menos Lucho se vende como el que siendo alcalde del Polo, fue capaz de dialogar con el Presidente de entonces, Álvaro Uribe; el que fue capaz de aliarse con Enrique Peñalosa y Antanas Mockus para la Ola verde, y el que luego se la jugó por la paz que promovió un presidente de derecha como Santos.
Con López, Lucho ve más posibilidades de crecer y de valorizarse para una posible alianza, que con un Navarro como candidato, pues éste también está posicionando un perfil de político componedor y tiene la capacidad de atraer sectores de derecha.
La semana entrante, cuando dice que lanzará en forma su candidatura, se dilucidará mucho mejor a qué le apunta Lucho.