Uno de los triunfos más significativos de Gustavo Petro es el que alcanzó en Barranquilla, en donde sus seguidores ya barajan posibles nombres para pelear la Alcaldía en 2019.
La Colombia Humana ya tiene precandidatos para competirle a Char
Además de Bogotá, uno de los triunfos más significativos de Gustavo Petro en las presidenciales en las que quedó de segundo es el que alcanzó en el Atlántico y su capital Barranquilla, las joyas de la corona electoral que es el Caribe.
Allí Petro y su Colombia Humana vencieron nada menos que a la maquinaria de los Char -el clan regional más poderoso del país, liderado por el alcalde barranquillero Álex Char y su papá, el empresario Fuad Char- que en primera vuelta estuvieron con Germán Vargas y en segunda con el hoy presidente electo Iván Duque.
Tras el anuncio del Exalcalde de Bogotá de apostarle ahora a que su movimiento progresista gane poder local real en las regionales del año entrante, sus líderes petristas en el departamento comienzan a definirse con miras a esas elecciones.
Ya tienen nombres de precandidatos a la Alcaldía (más bien poco conocidos fuera de Barranquilla) y, aunque saben que la tendrán cuesta arriba por varios factores, creen que la historia de éxitos de proyectos políticos alternativos que ha tenido Barranquilla les augura posibilidades.
Los resultados
Con una campaña de apenas unos 40 dirigentes organizados de manera orgánica y, más bien, soportada, como en el resto del país, en decenas y decenas de grupos de espontáneos de distintos sectores y en el MAIS, bases del liberalismo, la Alianza Verde, Compromiso Ciudadano y el Polo (excepto una parte del MOIR), Petro alcanzó en el Atlántico más votos que los candidatos del grupo que controla la Alcaldía barranquillera desde hace una década larga y la Gobernación desde 2015.
El Exalcalde de Bogotá sacó en primera vuelta 331.687 votos en el Atlántico, Vs 234.045 de Duque y 171.968 de Vargas (por quien entonces iban los Char). De esos, 188.171 fueron en Barranquilla, en donde Duque obtuvo 142.547 y Vargas 79.013.
El pasado domingo de segunda vuelta la victoria petrista se repitió así: Petro sacó 440.103 votos en el Atlántico contra 342.866 de un Duque respaldado por el charismo. Mientras en Barranquilla quedaron: 242.473 Vs 191.485, respectivamente.
Esos números son destacables sobre todo teniendo en cuenta que los Char sí se movieron (aunque no como lo hicieron en las legislativas del pasado 11 de marzo), en su momento por Vargas y luego por el aspirante del uribismo.
En La Silla Caribe revelamos, por ejemplo, que antes de primera vuelta en varias secretarías de la Alcaldía de Barranquilla pidieron a los contratistas conseguir 50 votos cada uno para Vargas Lleras y el día de esa elección el grupo puso varios carros para transportar votantes del Exvicepresidente.
Para la segunda vuelta, el senador del clan, Arturo Char de Cambio Radical, y su fórmula, el representante electo César Lorduy de ese mismo partido, hicieron recorridos y reuniones políticas en pueblos como Sabanagrande promoviendo a Duque.
Junto a los Char, también perdieron frente a Petro en el Atlántico otras poderosas casas políticas del departamento como la que lidera el senador Efraín ‘Fincho’ Cepeda (conservador que sacó la mitad de sus votos a Senado en el Atlántico), quien estuvo, como los Char, con Vargas en primera y con Duque en segunda. El senador José David Name de La U, que sacó en el Atlántico poco más de 30 mil de sus 86 mil apoyos largos, se mantuvo con Duque en ambas vueltas.
La cuesta arriba en la ‘rebelde’ Barranquilla y el sonajero
El triunfo por opinión de Petro en el Atlántico y en Barranquilla frente a la aplanadora de los Char, que en las legislativas del pasado marzo se graduaron de súper poderosos nacionales al haber sacado 10 congresistas de su cuerda, no es tan raro si se revisa la historia política reciente del departamento y la ciudad.
Esta zona ha sido tradicionalmente cuna de éxito de varios proyectos alternativos, o anti maquinaria, comenzando por el triunfo a la Gobernación del exvicepresidente y hoy jefe negociador con el ELN, Gustavo Bell, quien siendo un político nuevo en 1991 derrotó a todas las estructuras tradicionales que acompañaban a Pedro Martín Leyes, una de las figuras más emblemáticas de la clase política atlanticense.
Curiosamente, entonces a Bell lo acompañó Fuad Char y su movimiento liberal Voluntad Popular, que en ese momento incursionaba en la política local con promesas de renovación.
También están las cuatro administraciones que logró obtener en Barranquilla el Movimiento Ciudadano de Bernardo ‘el Cura’ Hoyos (hoy condenado por corrupción), cuyo primer gobierno sobre todo fue considerado como una irrupción frente a los cacicazgos de toda la vida.
Y la victoria local que ya había alcanzado Petro en las presidenciales de 2010, cuando también venció en Barranquilla a Vargas Lleras, quien en ese momento ya contaba con el respaldo de los Char (de hecho su fórmula vicepresidencial era la exalcaldesa charista Elsa Noguera), que controlan la Alcaldía desde 2008.
Sin embargo, también es cierto que, casi como nunca antes había pasado con otro grupo allí, el poder de los Char es absolutamente hegemónico:
Los Char tienen la Alcaldía y la Gobernación, pero también controlan el Concejo y la Contraloría, son consentidos de prácticamente todos los medios locales, dueños del equipo de fútbol de la ciudad (el Junior) y Álex Char es reconocido como un buen ejecutor, al punto que en las encuestas marca siempre una de las favorabilidades más altas entre los mandatarios del país.
Todo ello sumado a su gran capacidad probada para conseguir altas votaciones con una mezcla de opinión y maquinaria.
Al frente de esa aplanadora hoy se ubica el petrismo con los 440.103 votos que sacaron el domingo.
Pero, precisamente, la cuesta arriba arranca con el hecho de que, por la misma naturaleza de la campaña de Petro, que se cimentó en lo que él llamada “nuevas ciudadanías” libres, no es claro si todos esos apoyos le caminarían a un eventual candidato de la Colombia Humana en las regionales.
Muchos de esos votantes vienen de las bases de partidos como el liberal, el Polo y los verdes, que podrían tener otros intereses a nivel local.
Incluso, el que votó por Petro en Barranquilla no es necesariamente anti charista y hasta cabe la posibilidad de que a alguno de esos ciudadanos le gusten las ejecutorias del Alcalde Álex.
La izquierda y las fuerzas alternativas, además, y tal vez por la misma concentración de poder del charismo, no cuentan hoy con figuras de peso que sostengan una eventual candidatura a alcalde o a gobernador.
Ni siquiera conservan los espacios que alcanzaron a ganarse en escenarios como el Concejo de Barranquilla (cuando llegó el Movimiento Ciudadano, la izquierda alcanzó a poner cuatro concejales, por ejemplo).
Hoy hay un sólo concejal del Polo, pero hace parte de la coalición del Alcalde como charista declarado.
Máximo Noriega, hombre de confianza de Petro y uno de los principales líderes de su campaña en el Atlántico, nos dijo al respecto que, conscientes de todos esos retos, lo primero que han pensado hacer es buscar un acuerdo amplio que logre cohesionar a los sectores e individuos que apoyaron el proyecto petrista, con miras a 2019.
“Sería un error decir que la gran votación del Atlántico es sólo de la izquierda o que fue el resultado del trabajo de un equipo. Esto desbordó cualquier estructura organizativa”, recalcó Noriega.
Detalló que, aunque habrá que esperar los términos de esa unión, y éstos con seguridad incluirán una consulta, del lado del petrismo ya se han hablado de cuatro nombres de precandidatos para la Alcaldía.
Se trata de los exconcejales del Polo Rafael Sánchez Anillo y Antonio Bohórquez, del abogado y defensor de Derechos Humanos José Humberto Torres y del columnista y director de la ONG Protransparencia, Horacio Brieva.
Para antes de todo eso, Noriega también nos contó que con Petro han hablado de la necesidad de que el mueva ahora como senador desde el Congreso un proyecto de reforma electoral que “golpee la compra de votos” y debilite maquinarias como las de los Char. “Sin reforma, seguirán consolidados”, añadió.
Al respecto, Horacio Brieva opinó que, si bien es cierta la necesidad de una reforma electoral con medidas que ataquen la compra de votos, en cualquier caso ya Barranquilla “considerada una ciudad rebelde, como Bogotá” ha demostrado que con las actuales reglas es posible llegar desde la independencia al poder.
La gente siente a los Char dueños de todo y con unas prácticas electorales que merecen, al menos, unos cuestionamientos éticos.
“El poder es hegemónico y grande, pero hay un descontento, la gente siente a los Char dueños de todo y con unas prácticas electorales que merecen, al menos, unos cuestionamientos éticos. Y aunque hay que reconocer las obras, entronizaron un modelo de Gobierno que condujo a la sofocación de toda crítica”, dijo Brieva, quien es uno de los columnistas más leídos de la ciudad y también cercano a Petro.
Así las cosas, es posible que esté por escribirse una nueva historia de poder en Barranquilla y el Atlántico. O, si no nueva, una que al menos incluya actores distintos a los de siempre.