El gobernador Camilo Romero y su papá el Alcalde ya no son aliados políticos

Silla Pacífico

Foto: Diario Extra

Lo que en 2015 era un proyecto político familiar en Nariño hoy está totalmente roto por presiones e intereses electorales.

De la alianza político-familiar de los Romero en Nariño, en cabeza de Camilo, el gobernador, y Ricardo, el alcalde de Ipiales, poco queda. Según confirmó La Silla Pacífico con diez fuentes entre funcionarios, políticos y aliados del clan, las relaciones entre ambos están completamente rotas.

Esto, ad portas de la campaña electoral para las regionales de octubre, transforma el mapa de poder en Nariño, único bastión de la izquierda en el Pacífico y en el país.

Además, redirecciona el proyecto del Gobernador, quien ya ha dicho a su círculo más cercano que quiere retomar al rol nacional en la política que dejó en 2015, cuando venía de ser precandidato presidencial y Senador del Polo y se lanzó al poder regional.

Esta es la historia del rompimiento del clan familiar más exitoso de los últimos años en el Pacífico.

Los puntos de quiebre arrancaron al inicio de la Gobernación

La familia Romero de Nariño es el único clan familiar que tiene hoy poder en el Pacífico.

En 2015, Camilo impulsó al padre a llegar al poder. Esa doble victoria los posicionó como un clan familiar poderoso y con posibilidades de crecer, además de mantener a la familia atada al proyecto político, con nombramientos en entidades en las que tienen injerencia.

Sin embargo, apenas arrancó el mandato, la relación padre-hijo comenzó a decaer.

Al menos tres hechos demuestran que así ocurrió.

 

El primer roce ocurrió en los inicios de la Gobernación de Camilo, según nos confirmaron por aparte dos políticos de la región y una fuente cercana al mandatario.

Los tres coinciden en que Myriam Margoth Martínez, la entonces esposa de Ricardo y madrastra de Camilo, habría tratado de incidir en asuntos internos de la Gobernación y de presionar algunos nombramientos. El Gobernador, al parecer, no permitió esa injerencia, y eso comenzó a tensionar la relación con su padre.

Martínez fue la directora de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp) de Bogotá durante la alcaldía del hoy condenado Samuel Moreno. Terminó destituida e inhabilitada por irregularidades en la licitación del relleno de Doña Juana.

No es la primera vez que hay quejas de la injerencia de Martínez en asuntos de sus familiares.

Como contamos, en Ipiales hubo quejas porque se estaba metiendo en temas de la Alcaldía, pero eso quedó atrás. Según dos fuentes cercanas a la familia, Martínez ya no es pareja de Ricardo.

El segundo pulso se dio de cara a las elecciones de Congreso del año pasado, cuando del Partido Verde salió avalado el candidato de Ricardo y no el de Camilo.

Como contamos, la idea inicial del grupo del Gobernador y su grupo Nueva Ciudadanía (el ala de los Verdes que creó y lidera Camilo) era lanzar al Senado a un tercer integrante de su familia.

La primera opción fue su primo Felipe Arango, consultor de Usaid.

La candidatura no se concretó porque Romero estaba más inclinado en apoyar a su cuñada Esmeralda Hernández, administradora pública que también trabajaba en Usaid asesorando a la Gobernación, y a quien Camilo conoce desde antes de casarse con su hermano menor, Pablo.

Hernández hizo parte de la Unidad de Trabajo Legislativo de Romero cuando fue Senador del Polo entre 2010 y 2014. Además estuvo en el comité que inscribió el referendo que impulsó Camilo para revocar el Congreso en agosto del 2012, es de Nueva Ciudadanía y sigue siendo cercana al Gobernador.

Pero Ricardo ganó el pulso y logró impulsar a un candidato más afín a él, ayudado también por las críticas a la posible candidatura de Esmeralda de parte de los senadores conservadores Eduardo Enríquez Maya y Miryam Paredes y otros políticos que apoyaron a Romero en campaña, que no querían que el Gobernador les pusiera competencia y menos con alguien de su familia.  

En ese contexto se impuso el exconcejal de Ipiales, Aulo Polo, quien aunque no era directamente de la familia Romero, sí era de la entraña de Ricardo y había sido amigo de Heraldo Romero, tío del Gobernador, y reconocido político de izquierda en los setenta.

Eso generó roces internos en el grupo y molestias entre padre e hijo, pero llegaron al acuerdo de apoyar esta candidatura, que resultó elegida con 34 mil votos.

La calma chicha no duró mucho, y la elección que viene elevó la ruptura hasta su punto más alto.

Según la fuente del primer círculo del Gobernador, las actuaciones de Polo no han representado los principios de Nueva Ciudadanía, sino que obedecen directamente a las visiones e intereses de Ricardo.

“En campaña utilizó a Nueva Ciudadanía para su elección y después de elegido jamás hubo un trabajo articulado para visibilizar y potenciar los temas de interés del colectivo: innovación, gobierno abierto, ambiental, animalista. Y después nos dimos cuenta que es una persona machista, antiambientalista, antianimalista”, le dijo esa fuente a La Silla.

Intentamos hablar con el senador Polo para conocer su versión, pero hasta la publicación de esta historia no había contestado llamadas.

El último round se libra de cara a octubre

El tercer y más reciente round se está dando en este momento de cara a las elecciones de octubre, con la posible candidatura al Concejo de Bogotá de Natalia, la hermana de Camilo.

Según los consultados, el Gobernador no está de acuerdo ni apoya esta candidatura, mientras que Natalia es políticamente más cercana a su padre y al senador Polo.

Natalia es abogada con especialización en gestión territorial y viene de trabajar en la UTL de Polo, a quien le gerenció la campaña al Senado.

La noticia de su aspiración coincidió con la salida de la Gobernación, el 17 de mayo, del secretario de Gobierno, Edgar Isandara, y de la subsecretaria de Tránsito, Francies Duque (que trabajará hasta el 1 de junio), quienes eran vistos en el departamento como cuotas de Natalia.

Por eso, en los círculos políticos su salida se leyó como una reacción del Gobernador ante la candidatura de su hermana, y como prueba de la ruptura.

Sobre la salida de los dos funcionarios, hay dos versiones.

Una, que nos la dio una fuente de la Gobernación, es que el Gobernador les pidió la renuncia por “una pérdida paulatina de la confianza por el manejo de asuntos internos propios de sus cargos” y no por motivos políticos.

La otra nos la dieron los exfuncionarios, quienes negaron que se fueran por la pelea familiar.

Isandara nos dijo que no lo echaron sino que renunció porque va a “acompañar un proceso político en Bogotá”, sin especificar cuál. También negó ser cuota y pareja de Natalia. “Yo llegué directamente por Camilo”, le dijo a La Silla.

Por su parte, la subsecretaria Duque negó ser cuota de Natalia y que la hubieran sacado por temas políticos. “Son renuncias protocolarias y el Gobernador decidió que ya era tiempo de culminar”, aseguró. Eso sí, nos dijo que es amiga de la precandidata.

Hayan tenido que ver o no, es claro que el grupo Nueva Ciudadanía no ve con buenos ojos la posible aspiración de Natalia y apoyará a otro candidato.

“Natalia obedece a Ricardo Romero, con visiones y prácticas distintas a las que promovemos desde Nueva Ciudadanía y porque queríamos que nuestra candidata al Concejo fuera Esmeralda Hernández (la cuñada de Camilo, quien decidió no lanzarse para evitar que haya más fracturas familiares)", le dijo a La Silla la fuente cercana al Gobernador.

Así las cosas, Nueva Ciudadanía apoyará al exedil de Suba William Díaz, quien ganó una votación interna del grupo el sábado pasado.

Natalia le dijo a La Silla que está analizando la opción de lanzarse pero que no ha tomado ninguna decisión (tiene plazo para solicitar aval hasta este jueves), y negó que su aspiración haya causado conflictos internos en su familia.

“No ha habido roces. Toda decisión será consultada en familia, será charlada, con sus limitaciones, porque ellos (Ricardo y Camilo) no pueden participar en política, cada uno toma decisiones, pero con afecto siempre”, le dijo a La Silla.

El alcalde de Ipiales también le negó a La Silla que tenga conflictos con su hijo.

“Eso no tiene sentido, las decisiones políticas no tienen que ser una contradicción y hasta ahora no me han comentado sobre la candidatura de Natalia” dijo a La Silla.

“Incluso estuve el sábado pasado con Camilo en la visita presidencial y estamos trabajando proyectos como la financiación del 70 por ciento de la planta de tratamiento de agua potable que pone la Gobernación”, agregó.

Sin embargo, otras ocho fuentes saben de los roces familiares de forma directa y las salidas de Isandara y Duque, y la decisión de Nueva Ciudadanía de apoyar a otro aspirante en Bogotá, demuestran que sí hay un distanciamiento.  

Si Natalia se lanza, el nuevo round será entre ella y el candidato de Nueva Ciudadanía por obtener el aval verde que define el Comité Nacional de Avales, que integran los miembros del comité ejecutivo y algunos parlamentarios.

Los tres casos muestran que la ruptura podría ser permanente, lo que podría golpear los planes de Camilo de volver al escenario nacional el próximo año, una vez deje la Gobernación, porque ya no tendría de su lado la maquinaria de su familia.

Con la mirada puesta en Bogotá

Que toda esta pelea se haya trasladado a Bogotá revela que el proyecto político de Camilo y Nueva Ciudadanía está volteando la mirada nuevamente hacia lo nacional, hasta el punto de que en lo regional no esperan dejar heredero directo y van a apoyar, tanto a Alcaldía de Pasto como a Gobernación, al candidato que salga de la convergencia de los sectores alternativos, como ha ocurrido en los últimos 19 años.

Para su regreso en lo nacional, el saliente Gobernador ya tiene experiencia.

Fue la cuarta votación del Polo en el Senado en 2010, cuando apareció como una de las nuevas figuras de la izquierda política (tenía 34 años); creó Nueva Ciudadanía, y mojó prensa en lo nacional al proponer la revocatoria del Congreso (que no prosperó); y en 2014 fue precandidato presidencial por el Partido Verde.

Aunque perdió, sacó casi 700 mil votos.

Como Gobernador, Romero tiene encima el escándalo judicial del negocio del aguardiente local, que le trajo una investigación disciplinaria en la Procuraduría y otra en la Fiscalía; y ruidos de ser uno de los supuestos clientes de la red de chuzadas que operaba desde Ipiales, un escándalo que también salpicó a su papá, como contamos.

En lo nacional se ha posicionado como un defensor de la sustitución de cultivos ilícitos, toda vez que su departamento es el que más hectáreas sembradas tiene (45 mil según la ONU), y en contra del glifosato lo que le ha hecho cazar peleas públicas tanto con Juan Manuel Santos como con Iván Duque.

Todavía no es claro exactamente a qué aspirará luego de terminar su periodo este 31 de diciembre, pero puede regresar al Senado, comenzar a mover una precandidatura presidencial impulsado por su postura pro Acuerdo o entrar al gabinete de la exsenadora verde Claudia López, de la que que es muy amigo, en caso de que gane la Alcaldía de Bogotá.

Así las cosas, todo indica que desde el 2020 Romero y su grupo se concentrarán en volver a la política nacional. Sea o no con el apoyo de su familia con la que desde hace nueve años comenzó a construir su proyecto político.

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