Los aliados que hacen que la Minga esté lista para ir de largo

Silla Pacífico

El Gobierno dijo ayer a los indígenas de la Minga que ante la solicitud de más de 48 mil hectáreas "no hay plata ni tierras" para entregar, según la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez. Foto: MinInterior.

Respaldos políticos, sociales y de movimientos que antes no estaban en la Minga o que no eran tan fuertes hacen que se sientan respaldados para resistir, al menos, hasta Semana Santa.

Más allá de las posiciones distantes entre el Gobierno, que pide levantar los bloqueos en la vía Panamericana que ya completan 16 días; y la Minga, que exige la presencia del presidente Iván Duque para destapar la carretera que une al suroccidente con el resto del país, la protesta se siente fuerte por los aliados que vienen recogiendo los indígenas del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric) dentro y fuera de su organización.

 

Por dentro está el acuerdo que lograron con campesinos agrupados en Pupsoc, Fensuagro, Anuc (Asociación Nacional de Usuarios Campesinos) y Cima (Comité de Integración del Macizo Colombiano), producto de una apertura del Cric; por fuera está la bancada de oposición, presionando para que Duque vaya a Cauca y hable con los indígenas.

Según nos dijeron una alta fuente del Gobierno y otra de la Minga, por aparte, los indígenas y sus aliados están preparados para “aguantar hasta donde sea posible”, incluso hasta Semana Santa.

Desde el viernes pasado comenzaron a llegar los relevos de la guardia indígena con comida y agua; a la par, en Valle, Cauca y Huila los indígenas hacen colectas para recoger fondos y mantener la llegada de alimentos para los 20 mil indígenas que están en los 11 puntos de bloqueo de la Panamericana. Una de las fuentes nos habló de un tiempo de 30 o 40 días más.

Esto afectaría directamente una de las temporadas más importantes para la capital caucana, Popayán; aumentaría las pérdidas para las empresas (que ya van por los 30 mil millones de pesos) y agravaría la escasez de combustibles y alimentos en poblaciones de Nariño, Valle y Huila.

Un Cric más abierto, la clave

Que el Cric esté lejos de ceder en sus pretensiones obedece, además de una puja ideológica con el Gobierno (que contamos acá), a que en la preparación para la Minga abrieran el espacio para otros pueblos indígenas, movimientos campesinos y políticos.

Según tres fuentes (dos dirigentes indígenas y un académico que los conoce), eso se debe a la influencia de la Asociación de Cabildos del Norte (Acin) en las decisiones del Cric. Acin tiene uno de sus nueve representantes en el consejo mayor.

“El Cric se unifica en estos temas más candentes de política social y económica (como las pretensiones de esta Minga) cuando tiene la consejería social en el norte (uno de los nueve cargos del consejo), es más conservadora si su consejería está en Tierra Adentro o el centro. Con la Acin tienen una dinámica más política y de avanzada”, nos dijo Fernando Dorado, un veterano político de izquierda y sindicalista de Cauca que ha trabajado con estas organizaciones.

”El Cric se une en temas de política cuando tiene consejerías en el Norte”

Fernando Dorado, sindicalista Cauca

Eso se ve por dos vías.

Una es la vocería que ha llevado dentro de las negociaciones la líder indígena Aída Quilcué, consejera de la Onic y una de las pocas mujeres que ha logrado tener influencia y liderazgo dentro del movimiento indígena.

Si bien es de Tierra Adentro, “tiene más historial con las relaciones de la gente del norte”, como nos dijo otro líder.

Además, Quilcué tiene experiencia en grandes movilizaciones como la de 2008, cuando siendo la primera mujer en la consejería mayor del Cric fue hasta Bogotá a denunciar violaciones a los Derechos Humanos de sus comunidades a manos de grupos armados, reclamos que llegaron hasta la ONU.

Eso le sirve para mantener posiciones de línea dura políticas como las del Cric y de agrupar más apoyos dentro de los indígenas.

“Su claridad y apertura a otros procesos le permite tener una lectura del contexto de derechos humanos; y Giovanny Yule (el otro vocero de la Minga) trabaja dentro de la vocería y transmite las ideas que se consensúan”, nos dijo a su turno Edwin Capaz Lectamo, coordinador de derechos humanos de la Acin.

La otra forma en que se ve ese cambio es en la relación entre los movimientos campesino e indígena del suroccidente del país, que históricamente tenían enfrentamientos, incluso violentos, por la distribución de tierras de cultivo para su subsistencia.

”No hay plata para comprar tierras”

Nancy Patricia Gutiérrez, Ministra del Interior

Esas tensiones comenzaron a bajar tras la firma del Acuerdo de Paz y la conformación de los Pdet (precisamente en el norte del departamento está el proyecto más grande del país que agrupa a 24 municipios de tres regiones).

“La situación cambió porque la lucha individual desgasta y a indígenas y campesinos las situaciones nos afectan por igual. A ninguno nos atienden bien y no nos responden bien”, nos dijo Cristobal Guamanga, del movimiento campesino agrupado en el Proceso de Unidad Popular del Suroccidente (Pupsoc) y la Coccam de Cauca.

El Cric se movió desde el semestre pasado con los campesinos, y también con indígenas de Caldas y Huila. De hecho, juntos armaron el pliego de peticiones que presentaron al Gobierno (y en los últimos días se unieron indígenas de Nariño y Valle, y hoy en la mañana lo hicieron mil indígenas de Chocó).

El pliego recoge peticiones propias de los campesinos, como impulsar la sustitución de cultivos o que el Estado los considere como sujetos de derechos colectivos, como los indígenas y los afro.

Ese último es un punto complejo, que tiene sustento en una declaración de las Naciones Unidas de este año que busca garantizar el acceso a la tierra de los campesinos, como explicó el experto en temas rurales en esta entrada de la Red Rural, Carlos Duarte.

Eso es un chicharrón grande para el Gobierno, que también enfrenta la exigencia de los indígenas de conseguir más de 48 mil hectáreas. No pinta fácil: son tierras que “no tenemos y tampoco hay plata para comprarlas”, dijo anoche la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez.

”El Gobierno nos llamó a los campesinos. Les dijimos que negociaban con todos o con ninguno”

Cristobal Guamanga, Pupsoc

Esa multiplicidad de actores hace también que el Gobierno se mueva para negociar por aparte con los diferentes sectores, como ocurrió con los campesinos del Pupsoc y el Viceministerio del Interior.

Es una movida similar a la que usó el Gobierno con el paro estudiantil, cuando firmó acuerdos con los rectores de las universidades públicas mientras Duque se negaba a sentarse con los estudiantes.

Esa vez no funcionó, pues el paro siguió y finalmente el presidente debió ceder, encontrarse con ellos y llegar a un nuevo Acuerdo. Esta vez hasta ahora la estrategia no ha tenido resultado.

“Nos acosaron la primera semana. Nos empezaron a llamar a pedirnos nuestras peticiones, pero les dijimos que negocian con todos o con ninguno”, nos dijo Guamanga, de Pupsoc.

Mientras por dentro siguen cohesionados y preparados para seguir aguantando, la Minga también se ha movido por fuera con sus aliados en el Congreso, todos duros opositores al Gobierno, lo que los aleja de un acuerdo.

López, Pachón y Petro, aliados ‘yo con yo’

Desde el inicio de la Minga, el Cric invitó a la bancada de oposición -que ya había estado en Cauca lanzando sus consejos comunales paralelos a los del Gobierno y que ve en el Cauca un bastión de oposición desde la campaña presidencial- para buscar apoyo político y contarle sus exigencias.  

Además del senador indígena Feliciano Valencia, vocero natural de la Minga en estos días en Bogotá, según cinco fuentes ha sido clave el apoyo del senador valluno del Polo, Alexander López.

”Los indígenas no esperan a Petro para que les digan cómo organizarse”

Gustavo Bolívar, senador

López, el único senador del Polo del Pacífico que salió electo en marzo (el otro es Wilson Arias que llegó de 'palomita' en diciembre y también apoya la Minga), tiene tracción desde hace varios años con el movimiento indígena (“es amigo nuestro del proceso”, nos dijeron en el Cric) y buena parte de su fuerza política radica en los sindicatos y movimientos sociales.

Fue precisamente él quien llevó al Cauca este sábado a los senadores Gustavo Petro y Gustavo Bolívar.

Petro tiene fuerza en el movimiento, porque comulga con sus propuestas y de hecho recibió su apoyo en las dos vueltas presidenciales, tanto en el Cauca y todo el Pacífico.  

Durante sus dos discursos el sábado en Santander de Quilichao, Petro retomó su posición de campaña. Dijo que la solución “en el fondo es simple: compre las tierras del Norte del Cauca para que el pueblo caucano se pueda alimentar".

El lunes festivo llegó el representante por Boyacá, César Pachón, líder de las Dignidades Agropecuarias del paro campesino de 2013, lo que muestra que hacia afuera la alianza con los campesinos es sólida.

El mismo Pachón propuso anoche en la Cámara una comisión de congresistas (la mayoría de izquierda como Ángela Robledo y María José Pizarro) para “hacer buenos oficios para buscar acercamientos”, según nos dijo.

Los tres congresistas, por aparte, nos dijeron que su propósito es ayudar a puntos de encuentro y no buscar apoyos electorales, una acusación que el uribismo reforzó este fin de semana ante la visita de Petro.

“No están esperando a que Petro les diga que se organicen para (las elecciones regionales de) octubre. Nosotros los ayudamos con trinos y presencia”, nos dijo a su turno el senador Gustavo Bolívar.

Para los indígenas es “natural tener aliados”, como nos dijo Aida Quilcué. “Usted sabe que el país no está polarizado por Petro, sino por la guerra y la paz”.

”El país no está polarizado por Petro, sino por la guerra y la paz”

Aida Quilcué, minga indígena

Si bien por dentro y en un sector afín ese apoyo de la oposición puede darle oxígeno a la Minga, puede hacer más difícil acercarse al Gobierno, precisamente porque se alinea con la oposición más dura.

A eso se suma el acecho de la disidencia del frente 6 de las Farc, que lidera Leyder Noscué Bototo (alias Mayimbú, de 28 años), señalada ayer de los seis hostigamientos en Toribío, Miranda, Caloto, Santander de Quilichao, Morales y Corinto entre la madrugada del lunes y la tarde de ayer.

Para una alta fuente militar del Cauca, la presencia de políticos de izquierda y las acciones de las disidencias confirman la infiltración de la Minga, lo que intensifica las tensiones entre la guardia indígena y la fuerza pública.

“Estamos como el agua y el aceite con las disidencias: hay una disputa territorial en la que ellos quieren recuperar lo que ellos dicen que fue de las Farc y nosotros defendemos el territorio”, nos dijo el líder Capaz Lactamo de Acín.

Bajo este panorama arranca una nueva semana de negociaciones con una Minga que pinta para largo.

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