5 conclusiones de la primera vuelta en Antioquia y el Eje

Silla Paisa

Fajardo le robó las capitales al uribismo, que en la región volvió a ser el rey. Las maquinarias no le funcionaron a Vargas y Petro solo pegó en Urabá.

En una primera vuelta en la que había dos candidatos de la región (el antioqueño Sergio Fajardo y el caldense Humberto de La Calle) y otro (Iván Duque) apoyado por el gran barón electoral (Álvaro Uribe), y en la que los cuatro departamentos pusieron casi 1 de cada 5 votos, hubo fenómenos que reiteran que es una región que no es proclive a la izquierda.

Estas son las cinco principales conclusiones de lo que ocurrió:

 

1

Uribe volvió a imponerse

Como hace cuatro años, el uribismo ganó en primera vuelta en los cuatro departamentos.

Sin embargo, que Duque haya casi logrado el millón 500 mil votos que se propuso en Antioquia (le faltaron 142 mil) y que haya superado lo que se propuso en Medellín (500 mil, y sacó 532 mil), muestra que la región sigue mostrando fervor uribista.

Por ejemplo, en Quindío, la votación por el candidato del Centro Democrático se dobló a comparación de la de 2014, en Risaralda llega casi al doble, y en Antioquia pasó el doble de votos.

Eso se notaba en las calles, como contamos en nuestra crónica en vivo: en Medellín los únicos microperforados y afiches despegados de los muros que se veían en la calle eran de Duque, y cuando la gente nos comentaba por qué candidato se inclinaban, la respuesta era Duque, por el agradecimiento que le tienen al expresidente Uribe, su padrino.

Al final, el uribismo ganó en 167 de los 178 municipios de la región (en 124 tuvo más de la mitad de los votos) y Duque sacó 1,8 de los 3,2 millones votos.

 
2

Las maquinarias no sirvieron de nada

Por más que Vargas sea a los gobernadores y alcaldes y varias entidades se hayan movido para él el domingo, como contamos, y que se le hayan sumado caciques locales y regionales ese poder no se vio ayer.

En Antioquia no se percibió la movida de esas máquinas que, por ejemplo, se supone que estaban aceitadas en Bello con los Suárez Mira (y solo sacó 7 mil votos contra 12 mil de la quemada senadora Olga Suárez en marzo), en Itagüí con el cacique azul Carlos Andrés Trujillo, sacó 9 mil votos (frente a 68 mil de Duque y los 23 mil con los que Trujillo fue electo senador) o en La Estrella, donde se supone que los liberales estaban con Vargas, no llegó ni a los dos mil votos (y el senado elector Julián Bedoya obtuvo 7 mil).

En Risaralda, el senador conservador Merheg y su estructura no le alcanzaron a poner más de 20 mil votos, mientras que él fue reelegido en marzo con 32 mil votos en su departamento.

En Quindío, que había sido una fortaleza para el vargasllerismo, terminó de enterrar el poder de Sandra Paola Hurtado y de su equipo, liderado por su novio ‘Toto’. Aunque Hurtado no se estuvo moviendo tanto en la recta final de la campaña, podemos decir, eso sí, que las investigaciones contra sus fichan golpearon a Vargas en ese departamento, en el que no pasó de los 12 mil votos, contra los 39 mil que sacó Cambio Radical a Cámara.

Ni siquiera en La Dorada, Caldas, fortín del representante de Cambio Radical Erwin Arias (nuestras fuentes nos han dicho que “es como un pequeño país de Vargas Lleras en Caldas"), Vargas no llegó ni a los 3.500 votos (Arias sacó 5 mil votos en ese municipio en marzo) y, como en todo el país, quedó de cuarto.

Por otro lado, hubo máquinas que si bien no sabemos cuánto sirvieron, se salvaron del golpe a la maquinaria porque escogieron a Duque como su candidato. Ese es el caso del senador Juan Diego Gómez y los representantes Horacio Gallón y Germán Blanco en Antioquia; o de las bases conservadoras de Mario Castaño en Caldas.

 
3

Fajardo le arrebató las capitales del Eje al uribismo

A pesar de que Fajardo no logró los votos que esperaba tener en su tierra -esperaba al menos los 925 mil votos que tuvo para la Gobernación en 2015 y sacó 700 mil-, una de las sorpresas de esta campaña es que Fajardo ganó en las tres capitales del Eje Cafetero: Manizales, Pereira y Armenia.

La primera llegó a casi el 50 por ciento del potencial; y en Pereira y Armenia más de la mitad. Ese triunfo en capitales, que es un ejemplo más local de su única vencida nacional en la capital del país -incluso por encima de Petro- lo cultivó con las visitas a las universidades y el discurso joven por la educación, que le permitió a Fajardo quedar por encima de Petro y no muy por debajo de Iván Duque no solo en Antioquia, su tierra, sino en toda la región.

En contraste, en Medellín, de donde fue alcalde, llegó al 31 por ciento, lejos del 53 de Duque, cifras similares a las que sacó en el resto del Valle de Aburrá.

 
4

Petro solo ganó en Urabá

Aunque la votación de Petro no superó el 12 por ciento en ninguno de los cuatro departamentos, (donde más votos tuvo fue en Risaralda), sí le fue bien en Urabá, que es una región históricamente azotada por el paramilitarismo, un fenómeno que ha sido explotado por Petro en su discurso y que incluso le ha servido para atacar a Álvaro Uribe, y en la que le fue fuerte la Unión Patriótica.

Esa es una de las regiones que priorizó Gustavo Petro para ganar votos en Antioquia, según nos contaron integrantes de su campaña. Logró sacar, por ejemplo, la mayor votación en Turbo y Apartadó, los dos municipios más importantes de la región en términos económicos; y en los otros seis municipios del Eje Bananero, aunque ganó Duque, quedó de segundo.

 
5

Más gente salió a votar

Como en el resto del país, en que aumentó la participación en las presidenciales con más de cinco millones de votos, la región cafetera y antioqueña no se quedó atrás.

Eso no se vio solo reflejado en las filas de personas afuera de los puestos de votación en Medellín y el Valle de Aburrá, además del transporte contratado de la campaña de Iván Duque, sino en las pasiones que movió la campaña en plaza pública y en redes sociales, en que hasta Petro llenó parques enteros en Pereira, Armenia y Medellín.

Solo en Antioquia el número de votantes subió en un 30 por ciento con respecto al 2014; en Risaralda, creció en un 23 por ciento; en Quindío en un 24 por ciento y en Caldas en un 20.

 
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