Con o sin Uribe, Juan Carlos Vélez quiere repetir candidatura

Silla Paisa

El precandidato Juan Carlos Vélez y el edil de la Comuna 13 Anderson Duque, de su cuerda, en la posesión de Iván Duque.

El exsenador y excandidato a la Alcaldía de Medellín por el Centro Democrático se está moviendo por el lado uribista y tanteando por el godo.

El martes fue la primera reunión del directorio del Centro Democrático en Antioquia con los aspirantes a la Alcaldía de Medellín, para definir el mecanismo para escoger candidato entre ellos.

El único que no está invitado a esa reunión, con los dos codirectores departamentales Rafael Ignacio Molina y Horacio Arroyave, es el exsenador Juan Carlos Vélez Uribe, quien en 2015 quedó de segundo en la elección.

Aunque es uribista de vieja data, fue gerente nacional de uno de los comités de la campaña uribista en el plebiscito de 2016 y está moviéndose en los barrios desde que perdió por el 1 por ciento de los votos (Federico Gutiérrez sacó 246 mil, Vélez 237 mil), no entra en el radar de los uribistas para elegir un caballo ganador en su bastión.

El panorama sin Vélez

Molina y Arroyave convocaron a la diputada ramista Ana Cristina Moreno; al exsenador Alfredo Ramos, hijo del exgobernador investigado Luis Alfredo Ramos; y a los concejales Jaime Mejía, por la casa Valencia Cossio, y Nataly Vélez, de la cuerda del exconcejal Hernán Gómez “Gomita”.

También estuvo invitado el secretario de Servicios y Suministros de la Alcaldía de Medellín, Nicolás Duque, quien fue concejal de Medellín y es de la línea del representante César Eugenio Martínez y del nuevo director nacional del Sena, Carlos Mario Estrada. Duque renunciaría este mes y sería la ficha del alcalde Federico Gutiérrez en esa baraja, según nos dijeron por aparte un congresista y dos dirigentes políticos de Medellín.

La idea de ese primer encuentro es dejar, al menos, dos reglas claras, según nos dijo el hotelero y codirector Horacio Arroyave.

Una, hacer foros por comuna y por corregimiento para escuchar a la gente y armar el programa de Gobierno, una metodología similar a la que implementó el Partido con los precandidatos a la Presidencia. En las próximas reuniones definirán si luego habrá consulta o encuestas internas.

La segunda, según Arroyave, es definir que los precandidatos a la Alcaldía no puedan después buscar otro cargo, para evitar que utilicen la aspiración como plataforma para exigir cabeza de lista al Concejo o algo similar.

Vélez, por su parte, le dijo a La Silla que hasta ahora no tiene información sobre reuniones.

Eso es porque no ha hablado sobre su deseo con el senador y expresidente Álvaro Uribe, tarea que ya hicieron otros cuatro precandidatos, algo que los codirectores exigen como requisito.

“Si yo voy a aspirar, lo primero que tengo que hacer es decirle a Uribe directamente que quiero ser candidato. Es como hablar con el papá de la casa”, nos dijo Arroyave.

Aunque Vélez podría hacerlo en estos días, la tiene cuesta arriba para ser, como hace cuatro años, el ungido de Uribe.

El descache que le cobran

Vélez le dijo a La Silla que desde las elecciones de octubre de 2015 viene visitando los barrios dando las gracias por los votos y socializando, a través de sus redes, propuestas para la ciudad que “son las mismas del Presidente Duque. Estamos sintonizados”, asegura.

Sin embargo, coincide con otros tres dirigentes uribistas que consultamos en que tiene el lastre de la polémica entrevista que le dio al diario La República después del plebiscito en la que dijo, como gerente de campaña del No, que la estrategia era que la gente saliera a votar “verraca”, y hacerlo tergiversando mensajes.

Eso le costó una desautorización de Uribe, pedir excusas públicamente y presentar una carta de renuncia al Partido. Además desencadenó investigaciones en el Consejo Nacional Electoral, el Consejo de Estado y en la Corte Suprema - ésta última contra Uribe por presunto engaño al elector.

Ese episodio parecía estar atrás: dos de las tres investigaciones terminaron archivadas y Vélez sigue inscrito como militante del Centro Democrático -como confirmó él mismo hace dos semanas en un trino-, y con eso ha estado tanteando con congresistas y dirigentes del Partido a ver si tiene espacio para volverse a lanzar.

Pero, según tres fuentes del uribismo, el error del plebiscito lo tiene casi fuera de la carrera.

“Él tiene una deuda muy grande con el Partido. Yo creo que se va a basar en un acto de reconciliación y de contricción, pero para el presidente Uribe no es fácil bajarle el estigma que tiene con el plebiscito”, nos dijo un dirigente.

Según le dijo a La Silla un representante a la Cámara, también le puede restar que para la consulta presidencial de la derecha no le hizo campaña a Duque sino a la hoy vicepresidente Marta Lucía Ramírez -de quien es cercano desde que era senador, según nos dijo Vélez.

Por eso, también se ha estado acercando, por ejemplo, al senador Juan Diego Gómez, a ver si tiene posibilidades de un espaldarazo azul, según supo La Silla de primera mano.

Aún así, insiste en querer ser la ficha uribista. “Fui fundador del Centro Democrático, miembro de la dirección nacional, e incluso sacrifiqué mi curul al Senado por La U para entrar al Partido”, argumenta.

Lo reciba el uribismo como precandidato o no, Vélez, como sea, le madruga a lanzarse otra vez.

Nota: En la tarde del lunes, después de publicada esta nota, Vélez Uribe nos contó que conversó con Horacio Arroyave, quien le avisó que habría reunión, y quedó de enviarle por escrito sus propuestas para la elección de candidato por el Centro Democrático, dado que no puede asistir.

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