Duque aún no es profeta en tierra uribista

Silla Paisa

Foto: Facebook.

Entre 45 uribistas paisas que consultamos, encontramos que rechazan la reforma tributaria, sienten que no se parece a Uribe, o su Gobierno les recuerda al de Santos.

La encuesta Invamer del viernes pasado mostró que Antioquia y el Eje Cafetero pasaron de ser bastiones de la aprobación del presidente Iván Duque a una de las regiones menos duquistas, pues la aprobación cayó 42.4 puntos y la desaprobación creció 45.1 puntos.

Eso es llamativo porque es una región tradicionalmente uribista, que le puso en las dos vueltas presidenciales una cuarta parte de sus votos en todo el país.

Para entender los resultados de esa encuesta le preguntamos a 45 votantes de Duque -diez políticos locales, cinco congresistas (dos de Antioquia, uno de Risaralda, uno de Caldas y uno de Quindío), 18 militantes del Centro Democrático y 12 ciudadanos sueltos-, cómo evaluaban el Gobierno y por qué creían que había salido tan golpeada su imagen en sus primeros 100 días en la región.

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La tributaria, el golpe grande

28 de las personas con las que hablamos nos dijeron que la reforma tributaria es lo que más duro le ha pegado al Gobierno. Sin embargo, buena parte considera que es una medida que tenía que tomar para recuperar al país de “ocho años de mal gobierno”, como resumió un dirigente de Pereira.

“Con el desfalco de Santos deben tomar medidas que no van a gustar, pero yo le digo a los antioqueños que deben esperar más, darle una oportunidad, porque él (Duque) va por buen camino”, nos dijo un diputado, que dice no tener reparos con el Gobierno.

Otros, que sí los tienen, sienten que no está siguiendo la línea que le ha tirado el Partido. “El Presidente Uribe tuvo que sacar un comunicado rechazando el IVA en la canasta familiar porque lo tomó por sorpresa”, nos dijo un concejal de Manizales.

Esa propuesta de ponerle IVA a buena parte de la canasta familiar que hoy no lo tiene es una de las razones de peso la sensación de desmotivación con Duque.

Para dos representantes a la Cámara, dos corporados y un militante del Centro Democrático, eso deja la sensación de que el Presidente no cumple las promesas.

“Hay una desilusión porque dijo que no iba a aumentar impuestos sino que iba a aumentar el salario”, nos dijo el último. “Donde a uno le vaya bien en votación no quiere decir que le aguante una metida de mano en el bolsillo”, añadió.

 
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No se les parece a Uribe

13 de los 45 consultados nos dijeron que el Presidente no se parece a Uribe en dos cosas que les parecen claves, y que por eso puede tener la imagen golpeada.

Una es la mano dura. Creen que Duque no ha tenido carácter para afrontar la inseguridad ni las manifestaciones estudiantiles que consideran que han traído “vandalismo”, o para negociar rápido y frenar el paro.

“Añoramos la seguridad democrática de Uribe. Él fue muy efectivo con la presencia inmediata en momentos de problemas de orden público”, nos dijo un diputado antioqueño.

La segunda, es su forma de relacionarse con los políticos y su carácter más pausado que el de Uribe.

“A Duque, precisamente por su inexperiencia política, le cuesta mucho sobrevivir al Congreso y a la clase política en general”, nos dijo un líder joven del Centro Democrático.

Un comerciante de Medellín lo explica así: “La gente pensaba que su actuar sería parecido al del doctor Uribe, resolver a la mayor brevedad.” Aunque le ve su lado esperanzador: “Así vemos que no es ningún titiritero, como muchos pensaron”.

Por eso, algunos creen que no funciona la distancia que el Senador ha tomado de su pupilo, y por ende necesita que le dé una mano.

“El presidente Uribe ha sido muy prudente al permitir que Duque actúe solo, pero él no tiene la experiencia y coraje que requiere el país”,  nos dijo un militante de Medellín. ”Creo que necesita volver a acompañarlo de manera decisiva”.

“También es que los uribistas somos muy apasionados; nosotros quisiéramos que todos fueran como Uribe, pero él es único”, nos dijo una dirigente del Centro Democrático en Quindío.

 
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Sienten que no los tiene en cuenta con puestos

Diez de las personas con las que hablamos coinciden en que el descontento es porque no los está dejando gobernar con él, como ya hemos contado que pasa en todo el país.

Más, cuando casi la región lo impulsó electoralmente. Como nos dijo un dirigente de Medellín: “Ha desconocido el envión que le pegó Antioquia a su Presidencia. ¿No pusimos los votos pues nosotros? ¿Por qué nombra peladitos de Washington? Es que nosotros le pusimos dos millones de votos”.

Eso ha hecho que las bases se ofendan, porque esperan tener juego burocrático regional.

“Duque nos ha despreciado políticamente”, nos dijo una militante de su partido en Risaralda, donde ha hecho un nombramiento regional y ha conseguido un embajador. “Ha nombrado personas del gobierno anterior y no le ha dado la oportunidad a todos los que lo elegimos. Hasta ahora no ha nombrado a nadie en Icbf, en el Sena, y acá hay personas muy capaces”.

Nos repitieron lo mismo en Antioquia y Caldas y Quindío.

“No es que se pida mermelada”, dijo una directiva del partido en el Quindío, que cree que con Duque no habrá puestos a cambios de apoyos en otros partidos “Es que cuando uno gana, gobierna con los amigos”.

 

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Les recuerda a Santos

12 fuentes aceptaron sentirse desconcertados porque esperaban algo distinto a lo que están viendo.

Por un lado, no reconocen una diferencia grande entre el gobierno actual y el de Juan Manuel Santos. Esperaban cambios más drásticos y sin rastros del antecesor, principalmente en el Acuerdo de Paz y en su gabinete.

Eso es, otra vez, por los puestos.

“Cuando se dieron a conocer los primeros nombramientos o ratificaciones, muchos quedamos perplejos al ver el nivel de santismo. Todo esto empezó a hacer mella en la base uribista que ha trabajado a sol y agua”, nos dijo uno de los fundadores del Centro Democrático en Antioquia.

Pesa, también, la posición que ha tomado Duque frente al proceso de paz, que ven semejante a la de Santos, según seis de las fuentes de los cuatro departamentos.

“Había expectativa de mayores cambios, esperábamos ver con la JEP un Gobierno más contundente, que se enfrentara a eso, pero Duque incluso ha cedido”, nos dijo un integrante de las juventudes uribistas.

“Nuestra votación fue muy alta, somos muy antisantistas, anti Farc, anti prensa bogotana, y Duque no ha sido capaz de desligarse de eso”, nos dijo un comerciante de Urabá. Por eso ve a Duque muy parecido a lo que fue Santos.

Por ejemplo, las declaraciones del presidente en el Foro de París sobre la Paz incomodó a varias de las fuentes porque sienten que raya con la incoherencia frente a los principios uribistas.

A una militante del partido en Risaralda, un diputado de Caldas y un congresista del Quindío no les cayó bien que Duque hiciera lo que leyeron como un guiño al Acuerdo, al decir que se hizo en el marco de la Corte Penal Institucional y el Estatuto de Roma.

“Nos desconcierta que fuera a decir que todo el Acuerdo se hizo bien, cuando dijo en campaña que esos crímenes de lesa humanidad no podían quedar impunes”, le dijo a La Silla el diputado.

 
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Lo ven mal de comunicaciones

Siete de las personas con las que hablamos consideran que a Duque le falta conectarse más con la gente.

Unos piensan que no ha explicado bien por qué quiere apretarle el cinturón a la gente: “La reforma tributaria no la pueden soltar así, tiene que ser con un tablerito, explicando a lo “Coquito” el origen de las cosas”, nos dijo un ingeniero antioqueño.

Una uribista no militante en Medellín, que dice no estar contenta aunque cree que “Duque es menos peor que Santos”, nos dijo que “debería comunicarse más con el país para uno saber por lo que menos para dónde va o qué piensa”.

Eso va por la misma línea de que hasta ahora Duque no tiene un discurso claro, como contamos.

“Así como Uribe tuvo la seguridad democrática y Santos tuvo la paz, es necesario que la ciudadanía y el partido identifique a Duque con una bandera. Debe ser más contundente”, nos dijo un congresista cafetero.

 
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Ven a la izquierda cogiendo ventaja

Encima, mientras creen que no hay comunicación, sienten que la oposición se está abriendo campo para dentro de cuatro años.

“De manera oportunista, algunos sectores de izquierda han tomado los fracasos de Santos para achacárselos a Duque”, nos dijo un uribista veterano de Medellín. En eso coincidieron once personas.

Siente que lo demuestra el hecho de que haya muchos estudiantes en la calle que comulgan con la Colombia Humana, el Polo Democrático o el Partido Verde. Incluso, un concejal de Pereira esperanzado en el gobierno Duque nos dijo que “según he escuchado, las encuestas las hicieron en las marchas”.

Sienten, incluso, que la izquierda tiene mejor comunicación que el Gobierno. “La gente de la izquierda democrática y la oposición están bien organizada y tiene un manejo muy claro de las redes sociales”, nos dijo un diputado de Antioquia.

Frente a eso, apelan a la mano dura que tiene Uribe, que sería la que puede prevenir que la oposición gane.

“Duque, con su laxitud, su tibieza, su no querer tomar posición para estar bien con todo el mundo, está pavimentándole precioso el camino a la izquierda en 2022”, nos dijo uno de los militantes que nos habló más molesto con el Gobierno.

Eso los preocupa porque, como nos dijo un empresario paisa, “si le va mal al Presidente, le va mal al país”.

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