El exsenador conservador está estrechando relaciones con William Villamizar con miras a las locales del otro año.
Corzo se niega a desaparecer
Juan Manuel Corzo, exsenador conservador.
Luego de quemarse en las legislativas de marzo, el exsenador conservador Juan Manuel Corzo pasó de ser uno de los poderosos de Norte de Santander a quedar casi que borrado del tablero político del departamento; sin embargo, está moviéndose con miras a cerrar acuerdos para 2019 y mantenerse vivo dentro del mapa de poder local.
De rivales a aliados
En el último año y medio, el gobernador William Villamizar y el exsenador Juan Manuel Corzo pasaron de ser acérrimos rivales políticos a tender tantos puentes que para las locales de 2019 todo está dado para que trabajen juntos.
Tres son los hechos que le están dando fuerza a esa posibilidad.
El primero ha sucedido en privado y tiene que ver con el contacto que los dos políticos han mantenido luego de las campañas presidencial y legislativa.
La Silla confirmó con tres fuentes, una de las cuales lo sabe de primera mano, que en las últimas semanas Corzo y Villamizar han conversado y que de hecho se reunieron para hablar sobre los términos y condiciones bajo los que operaría la eventual alianza.
No logramos establecer todos los detalles de lo que han concretado y de hecho nos dieron varias versiones sobre las condiciones en las que se han dado los encuentros, pero en lo que sí coincidieron esas fuentes fue que el foco de las conversaciones ha sido el respaldo del grupo de Corzo a la candidatura del excontralor Silvano Serrano, quien lleva varios meses de correría por el departamento y será el candidato de Villamizar el próximo año para sucederlo.
“Aún falta mucho tiempo, pero podríamos decir que (Corzo) apoyará a Silvano”, dijo a La Silla una fuente de las entrañas del grupo de William Villamizar.
Los otros dos hechos han sido públicos.
Uno tiene que ver con que Villamizar decidió mantenerle la participación a Corzo en su gabinete y dejó a Édgar Pallares al frente de la Secretaría de Gobierno, cargo, que como contó La Silla, fue el que mostró que los dos habían alzado la bandera de la paz después de seis años de enfrentamientos.
Esa movida es muy llamativa porque, además de que ese es el despacho con más figuración política, normalmente la participación en las secretarías de la Gobernación está reservada para los congresistas, y Villamizar hubiera podido utilizar ese cargo para conquistar a otro sector poderoso.
El segundo y más mediático está relacionado con la aparición del diputado Cesar Lindarte, quien es de las entrañas del grupo de Corzo, a uno de los eventos de campaña de Silvano Serrano en Salazar de las Palmas el fin de semana pasado.
Sobre su presencia en ese evento Lindarte le dijo a La Silla que en efecto acompañó a Serrano porque es su amigo y le gustaría que tuviera el aval azul el próximo año para poder “apoyarlo en campaña”, pero también aclaró que la decisión del grupo de Corzo no está tomada.
Aunque Corzo está disminuido en Norte de Santander, esa alianza le funciona al Gobernador porque, como contamos, aún no ha logrado convencer al senador conservador y nueva cabeza de los azules en Norte, Juan Carlos García, de que apoye a su candidato, y en contrapartida el excongresista aún sigue teniendo juego dentro de ese partido.
Eso último porque pese a que no tiene curul es uno de los aliados regionales de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, y tiene a su hijo, el concejal Felipe Corzo, como vicepresidente dentro del directorio nacional de esa colectividad.
“Más que un congresista, el directorio nacional será el que tenga la última palabra en los avales porque no hay directorios regionales”, dijo a La Silla una fuente de la línea del excongresista.
Que Silvano Serrano logre ese aval solo con el respaldo de los Corzo en Norte es muy incierto, entre otras, porque la votación de García fue una de las más grandes del departamento, está bien ranqueado dentro del partido y desconocerlo no sería muy sencillo.
Además, porque parte del reparo a su aspiración está en que los azules locales no lo ven como alguien de las entrañas del partido que pueda aglutinar, sino como una ficha que solo le da garantías a William Villamizar.
Sin embargo, La Silla supo que Silvano ya empezó a patinar por su cuenta el respaldo en Bogotá.
Según dos fuentes que lo conocen de primera mano, la semana pasada se reunió con el presidente del Partido Conservador, Hernán Andrade, para presentarle sus intenciones de ser el candidato de ese partido el próximo año, y de paso empezó a acortar distancia con más sectores dentro de los azules para abonar terreno.
Si bien esa movida podría meterle presión a García eventualmente, debido a que aún falta mucho tiempo para que se aclare la manera en la que se acomodarán las fuerzas y hay varios precandidatos en la baraja conservadora, aún no son claros los frutos que puedan rendir los tempraneros acercamientos de Corzo y Villamizar.
En todo caso, en lo que sí le sirven al exsenador es para figurar en la previa electoral de 2019 aún después de su derrota en el Congreso.
Las movidas
Pese a que el grupo de Juan Carlos García y el de Juan Manuel Corzo representan dos tendencias muy diferentes dentro del conservatismo, en esta ocasión ambos están impulsando la idea de que su partido y el Centro Democrático se unan para presentar candidatos únicos a los principales cargos del departamento.
La particularidad en el caso de Corzo, según nos dijeron seis políticos de la región, es que está vendiéndose como el que podría pegar esa alianza.
Lo hace partiendo de que es una de las caras tradicionales del partido conservador, que su hijo es directivo nacional y de su amistad con la Vicepresidenta.
Pero que lo logre es difícil por varias razones.
La primera que su nombre está desgastado y viene de una derrota electoral, la segunda que su actividad está ligada a la política tradicional, y la tercera que quien tiene la principal curul del departamento es García.
“A penas entre a la palestra empiezan a atacarlo porque los ciclos en política se cumplen y uno tiene que saber cuándo tiene que hacerse a un lado”, nos dijo un político del grupo del Gobernador.
El otro camino que se le abre a Corzo con la figuración para 2019 está en la posibilidad de reforzar su grupo, cuando está huérfano de poder.
Una fuente de adentro del grupo le dijo a La Silla que por ahora lo que tienen planeado es relanzar a Felipe Corzo al Concejo y buscar que César Lindarte repita en la Asamblea.
“El próximo año ellos deben tener un aliado con poder y el que les puede asegurar respaldo es William”, señaló un miembro del grupo del exsenador.
Eso, sobre todo, porque necesita asegurar trinchera debido a que estaba esperando participación burocrática por su apoyo al Presidente Iván Duque y a Ramírez, y mermelada no ha habido para las caras políticas tradicionales.
También porque existe el rumor dentro del grupo que Felipe Corzo -en caso de reelegirse en el Concejo- podría renunciar para buscar en 2022 una curul en la Cámara de Representantes, o una Alcaldía o la misma Gobernación en 2023.
El panorama se terminará de aclarar en los próximos meses. Por ahora, lo que sí es un hecho es que pese a su derrota en las legislativas, Corzo no planea desaparecer del mapa de poder.