El pulso por Comfanorte

Silla Santandereana

Claudia Uribe, directora administrativa de Comfanorte.

La designación del nuevo consejo directivo tiene a sindicatos y empresarios pidiendo garantías, mientras un sector dice que está abriéndose la puerta a la política.

Desde hace poco más de un mes en la Caja de Compensación de Norte de Santander, Comfanorte, hay un pulso de poder. La designación del nuevo consejo directivo tiene a sindicatos enfrentados con el Ministerio de Trabajo y a empresarios pidiéndole a la Superintendencia de Subsidio Familiar que intervenga en la elección de los delegados. Todo mientras hay un sector que cree que detrás del revolcón hay motivaciones políticas y que está abriéndose el camino para que el grupo del exministro Juan Fernando Cristo entre a manejar esa entidad, que en 2016 -con $67 mil millones en ingresos- fue la décimo primera empresa del departamento con más utilidades. 

El consejo directivo

En Norte de Santander hay dos cajas de compensación: Comfaoriente y Comfanorte, pero solo la segunda es conocida por ser manejada por los empresarios.

 

“Ha sido como del bando de los empresarios. Aunque en otras regiones el manejo de las cajas de compensación es apetecido, en esta en particular los políticos no han logrado entrar”, explicó un empresario que nos habló a condición de no ser citado. 

Esa es la razón por la que, según nos dijo ese y otros dos empresarios de Norte que conocen la caja por dentro, la dirección administrativa de Comfanorte se ha mantenido durante 17 años en manos de Claudia Uribe Rangel. 

“Lo que pasa es que Claudia ha sabido guardar muy bien un equilibrio entre políticos y empresarios y cuando ha tenido que decidir ha decidido a favor de los empresarios”, dijo a La Silla una de esas fuentes.

Sin embargo, una serie de acontencimientos relacionados con el nombramiento del nuevo consejo directivo de la entidad empezaron a darle forma a la idea -en un sector de la caja- de que la política estaría tocando la puerta de la caja.

Según los estatutos de Comfanorte, cada tres años deben elegirse los 10 miembros del consejo directivo de la entidad.

Cinco salen en representación de los empleadores y otros cinco en representación de los trabajadores. Cada mitad tiene un mecanismo de elección diferente. 

Mientras que los primeros salen de la presentación de planchas que se someten a votación entre los empresarios que están afiliados a la caja; a los segundos los designa el Ministerio de Trabajo, previa presentación de una listas que envían los sindicatos y los trabajadores no sindicalizados. 

Actualmente, las dos elecciones están metidas en ruidos diferentes. 

En el lado de los empresarios hay una impugnación que fue radicada ante la Superintendencia de Subsidio Familiar, entidad que es la encargada de vigilar las 43 cajas de compensación que hay en el país.

Fue interpuesta por Óscar Yañez y Édgar Torres, dos empresarios que presentaron  una de las seis planchas que compitieron por los cinco cupos del consejo directivo. 

El argumento está en que la Fundación de Estudios Superiores de Comfanorte, Fesc, participó en la elección, cuando, según los demandantes,  no podría hacerlo. 

“Esto es algo que venía ocurriendo desde hace tiempo y que había pasado inadvertido. Siete de los 11 miembros del consejo directivo de Feds son designados por Comfanorte, así que creemos que hay conflicto de intereses”, le dijo a La Silla Yañez, dueño de Grupo Yañez SAS, empresa que se dedica a temas de arquitectura e ingeniería, según su certificado de representación legal.

Como solo Fesc representó algo más de 400 votos (ese número de empresas le dieron poder para representarlos en la elección del consejo directivo) de los poco más de 6 mil votos que fueron depositados, Yañez pide que se declaren inválidos y revise la repartición de los cinco cupos del consejo directivo. 

“Mi plancha alcanzó más de 900 votos, las cinco restantes obtuvieron entre 1.177 y 1.077 votos cada una. Nosotros pedimos que se esclarezca esta situación”, explicó el empresario.

Por su parte, en el lado de los trabajadores hay una puja en la que están metidas las tres centrales obreras más fuertes del país, y un sector de los trabajadores no sindicalizados que están afiliados a esa caja de compensación.

Tradicionalmente los cinco cupos y las cinco suplencias han quedado repartidas entre la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, la Confederación de Trabajadores de Colombia, CTC, y la Confederación General de Trabajo, CGT, y los trabajadores no sindicalizados. 

Su repartición, según nos explicó una fuente conocedora, principalmente ha dependido en el caso de los sindicatos del número de afiliados que tienen en la caja de compensación.

“En principio los nombramientos son discrecionalidad del Ministerio del Trabajo, pero como la norma establece que debe haber unos criterios objetivos se utilizaban esos”, dijo a La Silla esa fuente.

Sin embargo, este año, cuando el Ministerio del Trabajo emitió las resoluciones con los nombres de los nuevos consejeros hubo sorpresa porque la CUT y la CTC se quedaron con los cinco cargos principales y cuatro suplencias, mientras que a la CGT (la más fuerte en Comfanorte) solo la dejaron con una suplencia,  y a los no sindicalizados (representan el 90 por ciento de los afiliados) los dejaron por fuera. 

Desde entonces, desde la CGT y María Ida Arias, representante de los no sindicalizados, radicaron tutelas para exigir su derecho a la igualdad en el consejo directivo de Comfanorte. 

El tema de fondo con esa puja está en que si un nuevo grupo logra siete de los 10 votos, tendría la mayoría absoluta en el consejo directivo y con eso podría cambiar al director y abrirle camino a una línea nueva dentro de la caja, algo que no quieren los empresarios que actualmente están al frente de ella. 

La versión de la política

Concretamente del grupo político del que se empezó a hablar fue el del exministro del Interior y uno de los caciques liberales del departamento, Juan Fernando Cristo. En los dos sectores hay varios indicios que los llevan a encender las alarmas.

En el lado de los sindicatos parte del sustento de esa teoría está en que la ministra del Trabajo, Griselda Restrepo, es allegada al exministro del Interior y ella este año mediante una resolución cambió las facultades de designar los consejeros del viceministerio de Relaciones Laborales a su despacho directamente.

Sobre lo primero es cierto que, como ha contado La Silla, Restrepo y Cristo son amigos, ambos son liberales y compartieron en el Congreso cuando fueron senadores;  sin embargo, no es tan clara la injerencia que el exministro pueda ejercer en esos nombramientos.

La principal razón está en que contrario a lo que sugiere la CGT, que es el sindicato que demandó la conformación del Consejo Directivo, no es algo raro que los nombramientos los haya hecho directamente la Ministra. 

Por ejemplo, La Silla obtuvo copias de resoluciones firmadas por los exministros de Trabajo Rafael Pardo y Clara López, en 2013 y 2016 respectivamente, en los que directamente ellos eran los que designaban a los consejeros de las cajas de compensación.

“Esto viene desde cuando el Ministerio de Trabajo estaba unido al Ministerio de Protección Social. Esa es la razón por la que antes se dejaba esa competencia en manos de un viceministerio, pero desde que volvió a tener vida el Ministerio del Trabajo las resoluciones siempre han sido expedidas por los Ministros”, dijo a La Silla la Ministra Restrepo. “Lo que sucedió fue que este año dejamos explícita esa facultad, porque lo que sucedía antes era que el Ministro lo hacía y la reglamentación no se había actualizado”.

Sobre por qué decidió darle más participación a unos sindicatos que a otros y dejar sin representación a los trabajadores no sindicalizados, la Ministra nos explicó que era un “tema discrecional”.

“Lo que revisamos fue que hubiera participación equitativa de todos los sectores en todo el país. Al tiempo yo designé a los consejeros de otras 11 cajas de compensación”, dijo la Ministra Restrepo a La Silla. “Es muy llamativo que solo en la de Comfanorte haya este tipo de quejas”

La fortaleza de ese argumento, lo resolverá la tutela, porque en todo caso, la realida regional de cada sector es muy diferente y lo que están reclamando tanto la CGT cómo los no sindicalizados es su reconocimiento en una caja local en la que tienen intereses.

En el lado de los empresarios el argumento de la presunta injerencia de Cristo está en que Óscar Yáñez, el empresario que presentó la plancha que perdió, es muy cercano a su grupo político. 

La Silla encontró que Jorge Cristo Sahium, papá de Juan Fernando asesinado por el ELN en 1.998, asistió al matrimonio de Yáñez, y que él ha apoyado políticamente tanto al exministro como a su hermano, el actual senador Andrés Cristo.

Al respecto, el empresario nos dijo que así como era cercano a los Cristo, era cercano a Édgar Díaz (exgobernador de Norte y senador electo de Cambio Radical), a Juan Manuel Corzo (senador Conservador), a Manuel Guillermo Mora (senador de La U), entre otros. 

“Eso de la relación con los Cristo hace parte de la propaganda negra que hicieron y que están haciendo contra nosotros. No he tenido ni un contrato con el Estado como para que digan eso”, explicó a La Silla Yáñez. “Tengo una vida social con todos ellos porque todos asistimos al mismo Club”.

Los empresarios que hablaron con La Silla y la CGT, además tienen un tercer elemento en el que basan su versión sobre la presunta intención de Cristo de entrar a manejar la caja de compensación. 

El pulso de vieja data

Ese elemento tiene que ver con el exsecretario general de Comfanorte, Luis Alfonso Pérez Gómez, un joven que entró a trabajar a esa caja de compensación en 2014 y que en enero de 2017 salió por diferencias con la directora Claudia Uribe.

A La Silla no le dieron detalles del por qué de la salida de Pérez, más allá de que en el Consejo Directivo aceptaron sacarlo luego de que identificaran que hablaba mal de Uribe, y que en palabras de una de las fuentes que nos lo relató: “le estuviera cavando la tumba”.

Sin embargo, su despido terminó despertando la solidaridad de los cuatro consejeros que estaban por los sindicatos, en ese entonces. 

“Al principio creíamos que su despido había sido injustificado y por eso nos acercamos a él”, dijo a La Silla David Polo, directivo de la CGT y miembro del consejo directivo de Comfanorte. “Luego él nos llamaba para que nos reuniéramos y nos explicara cosas de la caj, porque él tenía mucho conocimiento por todo el tiempo que fue secretario general”.

Según nos relató Polo, en esas reuniones Pérez dijo que quería llegar a la dirección de Comfanorte y que Cristo podía ayudarlo a obtener las mayorías.

“Él era insistente con ese tema, yo me alejé por eso y porque me enteré que él decía en otros lados que con los sindicatos tenía votos asegurados”, explicó el sindicalista. “Al final solo quedan con él el de la CUT y el de la CTC".

Esos dos sindicatos son los que se quedaron con toda la participación en la designación en el nuevo consejo directivo.

Intentamos corroborar la versión de que Pérez utilizó el nombre de Cristo para hablar de una eventual posibilidad suya de dirigir Comfanorte, pero uno de los sindicalistas a los que llamamos no contestó, y Jonathan Díaz, quien hace parte de la CTC, inicialmente negó saber de qué le estábamos hablando y colgó cuando le preguntamos por Luis Alfonso Pérez.

Por su parte, Pérez nos aseguró que todas las versiones eran falsas y aseguró que desde hace un año no ha vuelto a Cúcuta debido a que tiene un nuevo cargo en otra caja de compensación.

 “Yo creo que lo que hay son unas personas que valoraron el trabajo de uno y el desempeño que uno tuvo. Ese un tema independiente porque yo nunca manifesté intención de ser director”, indicó. “Yo no he hablado de Cristo”. 

Juan Fernando Cristo le dijo a La Silla que no sabía por qué lo estaban tratando de meter en medio de esa discusión, y nos aseguró que aunque conoce a Yáñez y es amigo de la Ministra está “completamente alejado” de las discusiones alrededor de Comfanorte.

“No entiendo qué están buscando con eso. Yo no conozco a ni uno solo de los consejeros ni me interesa porque simplemente no estoy metido en ninguna discusión de esas. Yo estoy concentrado trabajando en Bogotá en la campaña presidencial”, aseguró.

De Luis Alfonso Pérez Gómez nos explicó que lo había visto “dos o tres veces en mi vida” y que jamás ha tenido que ver con él o con su labor en la caja.

“No tiene ningún sentido que a estas alturas me estén vinculando en algo así. Eso por lo que entiendo es un problema de los sindicatos y de los empresarios en el que no tengo absolutamente nada que ver”, dijo el exministro. “Es irresponsable que me estén metiendo a mí en esto”.

Cualquiera que sea la versión real, lo que sí está claro por ahora es que esta semana empezará a decantarse la pelea entre los privados. 

Además de conocerse las respuestas a las tutelas de la CGT y de los trabajadores no sindicalizados contra el Ministerio de Trabajo por haberlos dejado fuera del consejo directivo; la Supersubsidio entrará a mirar a fondo la impugnación contra la elección de los consejeros de los empresarios por la participación de Fesc en la votación. 

En juego está la capacidad de tener injerencia en la una de las empresas más grandes de la región, con 800 empleados (entre directos y prestadores de servicios) y con varios miles de afiliados en el departamento.
 

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