El tiro al aire de Leonidas Gómez

Silla Santandereana

El candidato a la Gobernación del Polo y los verdes le dio un viraje a su campaña justo en la mitad de la carrera. Aunque le apunta a desmacarse de los tradicionales, no es tan claro el efecto que va a causar.

La semana pasada Leonidas Gómez, candidato a la Gobernación del Polo y los verdes, mostró que la estrategia de su campaña dio un viraje.

Aunque desde que arrancó su carrera ha alzado la bandera anticorrupción y buena parte de su discurso ha estado cimentado en el ataque a la clase política tradicional del departamento, en esta ocasión arreció ese rol y se convirtió en el aspirante más irreverente de la baraja.

La apuesta se le convirtió en un tiro al aire porque pese a que se puso en el centro de la discusión y se llevó varios titulares de prensa, lo hizo dándole munición a sus contendores.

Eso, justo cuando en mediciones internas hay candidatos acortándole distancia, y varias movidas suyas le han restado a la imagen de alternativo que fue clave para que hace cuatro años arrastrara 230 mil votos con una campaña sin plata y alejada de las maquinarias de la región.

El viraje

La semana pasada durante el primer debate de candidatos a la Gobernación del canal TRO, Leonidas Gómez dio de qué hablar más que cualquiera de los otros cinco oponentes con los que está en la carrera por el primer cargo del departamento.

 

Y lo hizo no porque hubiera sido el candidato con las mejores respuestas dentro del debate, sino porque rompió el esquema de ese encuentro con la mayoría de intervenciones que hizo.

Primero porque la mayoría de veces no respondió las preguntas que le hicieron, segundo porque intentó hacer chistes que no le funcionaron bien, y tercero porque asumió el rol de atacante y descalificó a la mayoría de sus contendores.

Lo último en sí mismo no es novedoso y de hecho eso fue parte del discurso que hizo tan exitosa su primera campaña a la Gobernación hace cuatro años.

Por ejemplo, en ese entonces les pidió a los otros tres candidatos que se unieran porque juntos representaban a la misma clase política que había gobernado en medio de cuestionamientos a Santander; y en varias ocasiones retó a Didier Tavera, quien fue el ganador en ese entonces, a que aclarara todos los cuestionamientos que pesaban sobre él y su presunta relación con paramilitares en la región. 

Sin embargo, a diferencia de lo que pasó en ese momento cuando utilizaba ese discurso una vez le abrían el espacio, en esta ocasión lo hizo constantemente e incluso evadiendo respuestas en temas de seguridad, medio ambiente, migración y empleo.

Algo que fue aún más particular porque en el marco de esa apuesta incurrió en varias incoherencias.

(Cuando le preguntaron por fracking, respondió dando el pésame por la muerte de un Cardenal de la iglesia católica; y cuando le preguntaron por la televisión pública, felicitó a Vanguardia por el centenario.)

También porque en medio de ese discurso mostró una faceta que hasta ahora no había tenido, y pasó de hablar con propiedad de problemas regionales a decir que era ignorante pero que en caso de ser elegido se rodearía con caras del voto alternativo en el país.

Solo en ese debate habló de que el excandidato presidencial Sergio Fajardo lo apoyaría, de que el senador y también excandidato presidencial Antanas Mockus sería uno de sus asesores, e incluso nombró al alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, a quien calificó de “maestro”.

Como todo lo unió a una suerte de teatralización, que tiene que ver con sus inicios pero que no en todos los casos fue bien lograda, al final la sensación fue que Leonidas Gómez inauguró una nueva estrategia ese día.

Algo que reconfirmó días después en el foro que organizó la Universidad Industrial de Santander, UIS, con los mismos seis aspirantes al primer cargo del departamento,evento en el que en la previa hizo una presención como mimo al frente del auditorio principal. 

Y si bien esa misma semana también mostró que la fórmula solo aplicaba para escenarios en los que coincida con sus contendores (en las entrevistas individuales fue un candidato parecido al de la campaña anterior), al oficializar su nueva faceta lanzó un tiro al aire.

No solo porque desconcertó a su equipo y a varios de sus seguidores, sino porque le dio munición a todos sus contendores para atacarlo justo cuando la campaña entró en su etapa más álgida.

La estrategia

Aunque Leonidas Gómez no ha enfrentado escándalos por corrupción y eso le permite ondear esa bandera sin reservas, en los últimos años hizo varias movidas que le quitaron peso a su imagen de empresario independiente y político alternativo.

Van desde su renuncia al Senado luego de cinco meses de haberse posesionado como el congresista más votado de Santander con 84 mil votos que alcanzó a punta de opinión; hasta los acercamientos que hizo en la previa de la campaña con sectores políticos tradicionales.

Aunque él se ha mantenido en que ningún acuerdo que ha cerrado ha sido sobre la base de participación burocrática o de participación en la contratación de su eventual administración, dado que son figuras que había cuestionado en su pasado no ha tenido fácil explicar su movida. 

La más sonada hasta ahora ha sido la de la casa del excongresista y excandidato presidencial, Horacio Serpa Uribe, quien hace cuatro años estuvo con su principal contendor, Didier Tavera, y es una de las caras de la política tradicional en el departamento.

Sobre Serpa había dicho hacía algunos meses que era padrino político de dos exalcaldes procesados por presunta corrupción, y luego en el calor de la campaña hizo un trino agradeciendo la llegada de su hijo, el senador Horacio José Serpa, a su aspiración.

Eso, sumado a las rupturas que generaron varias de sus decisiones, entre esas haberse matriculado formalmente en el Polo cuando su grupo de base venía de varios partidos alternativos, o haber votado en blanco en la segunda vuelta presidencial, cuando varias caras claves de su equipo se habían matriculado con Gustavo Petro, terminaron impactándolo.

“Es una suma de cosas pequeñas, pero que al final pesan cuando ya hay una lista larga. Ese fue el desgaste que empezó a sufrir la imagen de Leonidas”, le dijo a La Silla un miembro de su grupo que nos pidió la reserva de su nombre para ahorrarse problemas.

Según esa fuente, y otras dos que también son de adentro de ese equipo, eso fue capitalizado por las demás campañas, que se empezaron a mover para vender la idea de que Gómez hacía parte de la política tradicional y de que la competencia era entre iguales.

La idea la reforzaba que Leonidas también había adoptado comportamientos de políticos tradicionales como el de hacer una campaña con más plata y con una sede muy visible, cuando parte de su éxito había estado en que sus prácticas habían sido opuestas a esas.

“Si las otras campañas lograban que esa idea escalara y lo encasillaban el daño podía ser fatal para nosotros”, explicó otra de esas fuentes. 

De hecho a La Silla le contaron que hubo tensión cuando en mediciones internas se dieron cuenta de que Mauricio Aguilar, hijo del parapolítico Hugo Aguilar y candidato de Siempre santander y el Partido Conservador, le empezó a recortar ventaja a Gómez en el área metropolitana, que es donde tiene concentrada su fortaleza electoral.

De ahí que empezaran a buscar la manera de desmarcarse, algo que no habían logrado en todo el tiempo que llevaban de correría.

Sobre cómo Leonidas llegó a la conclusión de dar el viraje de esa manera, ninguna de las ocho fuentes con las que hablamos nos dio la razón, pero sí nos dijeron que fue decisión de él y que no la consultó con su equipo ni con sus asesores (con él trabajan la Cocina Hot Work -los mismos de Rodolfo Hernández- y Daniel Winograd, quien fue asesor de Gustavo Petro en la Alcaldía de Bogotá) antes de ponerla en marcha.

Eso último guarda sentido con la manera en la que se ha movido desde que debutó en la política. Así fue como llegó al Polo, así fue como se lanzó al Senado y así fue como renunció para volver a buscar la Gobernación.

En lo que cinco de esas fuentes, entre esas dos de sus asesores estratégicos coincidieron, fue en que la decisión estuvo enfocada en romper la dinámica de la campaña.

“Él quiere generar una ruptura con el establecimiento político tradicional. Tiene que romper los esquemas para destacarse”, nos dijo uno de sus asesores.

El tiro al aire

Cuando Gómez salió del debate de TRO en su campaña había desconcierto. 

“Nadie entendía qué había pasado. En los chats internos había preocupación.Todo el mundo hablaba en voz baja”, nos contó uno de los integrantes del equipo del candidato.

Igual pasó con los candidatos de las listas que lo acompañan y con varios miembros que han hecho parte de su equipo desde que arrancó en política. 

La Silla supo por una fuente que lo vio de primera mano que incluso el mismo candidato empezó a hacer llamadas a sus asesores y a personas cercanas a su campaña para tener diferentes lecturas de lo que había hecho, y que la mayoría le dijeron que no entendían su salida. 

Entre otras, porque al final quedó la sensación de que estaba emulando al alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, cuando su sello hasta ahora había sido otro; y porque las incoherencias le quitaron vehemencia a sus ataques. 

Aún así, la Cocina Hot Work leyó la movida sobre positivo, porque al final el mensaje que envió es que era un candidato franco al darle la espalda a Aguilar cuando fue a darle la mano para proponerle un debate de ideas.

“Con estas salidas, más allá de lo acertado o desacertado, volvió a destacarse. Hoy es diferente al resto de los candidatos”, dijo a La Silla un político que está al lado de Gómez.
 
Sin embargo, como él mismo se forjó un talón de aquiles al decir que era ignorante sobre soluciones a problemas del departamento o al evadir algunas respuestas a preguntas claves sobre administración justo cuando los electores tienen la posibilidad de compararlo, aún falta ver cómo le resulta el viraje en la mitad de la campaña.

Sobre todo, porque es muy probable que la munición la usen sus contendores y terminen debilitando un aspecto de su campaña que hasta ahora no había estado en tela de juicio: su capacidad para gobernar el departamento.

“El voto de opinión es difícil de predecir. Lo que suceda de ahora en adelante será trascendental para entender si esto le refuerza o le desestabiliza la campaña”, nos dijo una fuente de adentro de su campaña.

Como las rondas debates hasta ahora arrancaron, seguramente en los próximos días se empezará a aclarar si el nuevo Leonidas Gómez fue un acierto o desatino.
 

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