Sin ministerio no hay paraíso

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Foto: David Romo - Presidencia

El Gobierno la apuesta a una agenda legislativa consensuada para armar una coalición mayoritaria en el Congreso. Pero sin representación política o burocrática, su meta pinta difícil.

Después de un 2018 difícil en el Congreso, el gobierno arranca este año planteando un cambio en su forma de relacionarse con los congresistas. No entregando ’mermelada’, a lo que se ha negado una y otra vez el presidente Iván Duque, sino tratando de armar un calendario legislativo de consenso, que sería casi un acuerdo programático.

Para eso desde el 28 de enero se reunirá con los partidos que se declararon de gobierno e independientes, para armar esa agenda legislativa, que le permita a Duque lograr mejores resultados en el Congreso desde que arranque sus sesiones extras para discutir el plan de desarrollo, que será presentado a más tardar el 7 de febrero.

Para asegurar las mayorías, Duque necesita que al menos una de las dos bancadas independientes (Cambio Radical y Liberal) se unan a su coalición, con el lío de que los primeros no lo ven posible y los segundo esperan más que un acuerdo sobre leyes.

Lo que busca el Gobierno

El año pasado  el Gobierno no logró aprobar su reforma tributaria ni su reforma a la política a su medida, su reforma a la justicia se hundió y la promesa de sacar adelante los proyectos anticorrupción en el primer semestre no la cumplió.

Eso porque, según los parlamentarios que hablaron con la Silla en varias ocasiones, vieron al Gobierno ajeno a la agenda legislativa, porque no armaba consensos frente a sus proyectos, no había una presencia fuerte de sus funcionarios en las sesiones y tampoco aceitó a los congresistas con burocracia o cupos indicativos.

Al final del periodo, ante los malos resultados y cuando las reformas política y tributaria parecían enredadas, dio un giro y mostró que está dispuesto a llegar a acuerdos previos.

Lo hizo para salvar la reforma política a cambio de impulsar el Ministerio de Ciencia que propusieron los liberales, y a fortalecer su presencia en las discusiones, pues llenó de ministros las sesiones finales en el Congreso para la aprobación de la reforma tributaria.

Reforzó ese cambio a fines de diciembre, cuando la Ministra de Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, convocó a los partidos a ponerse de acuerdo en una agenda legislativa compartida. Ese mismo mensaje lo dio el Consejero para Asuntos Políticos, Jaime Amín, quien dijo que buscará que haya un diálogo con los partidos para mejorar la socialización de la agenda legislativa.

La idea es que están dispuestos a ponerle el sello del Gobierno a proyectos de otras bancadas, a cambio de que éstas apoyen los suyos. Es decir, armar una coalición, en principio, estrictamente legislativa.

Pero no es claro que solo con eso Duque vaya a tener un mejor semestre en el Congreso, más después del mensaje de la Ministra del Interior de que por ahora no habrá cambios en el gabinete, lo que significa que no entregarán puestos de nivel ministerial para consolidar la alianza.

Liberales quieren más que leyes

El partido Liberal es el que más voluntad ha mostrado para estar cerca al Gobierno, como lo demostró el año pasado con el apoyo a las reformas y como se lo confirmaron a La Silla tres congresistas de ese partido.

Si Duque logra tenerlos de su lado, sumaría, con los que ya tiene de su lado (uribistas, cristianos, liberales y La U), 68 de los 106 senadores y 119 de los 270 representantes. Pero ese apoyo no sería gratis.

Según uno de ellos el jefe de ese partido, el ex presidente César Gaviria, quiere representación política a cambio de ese apoyo amplio.

“No se va a entregar por las migajas del poder, él quiere algo grande, un ministerio”, explicó y pidió no ser citado.

Algo similar le explicó el senador Mario Castaño a La Silla, quien expresó que el Partido Liberal ha demostrado que quiere colaborarle al Gobierno, pero que es necesario que Duque le entregue el poder de algún sector al partido.

“Estamos dispuestos a asumir la responsabilidad de algún sector que para nosotros sea importante, como el de la paz, la salud o el trabajo”, resumió.

El lío es que hasta ahora Duque sigue cerrado a entregar puestos o sectores a cambio de apoyo en el Congreso, y por eso no es claro que un eventual acuerdo legislativo sea suficiente. Y eso que con los liberales hay más espacio que con Cambio.

Cambio Radical, sin luz a una coalición

Por el lado del partido de Germán Vargas, que tiene la segunda bancada más grande en el Senado, tres congresistas coinciden en que no ven posible un acuerdo con el Gobierno.

Esa bancada arrancó la legislatura presentando 17 proyectos claves entre los que están una reforma tributaria y una a la justicia, que son proyectos que el ex candidato presidencial Germán Vargas Lleras tenía listos si llegaba al poder, por lo que tienen una agenda propia en el Congreso que han tratado de sacar adelante. Es decir, tienen un liderazgo y una agenda que compite con la del Gobierno.

“Hemos presentado una agenda legislativa ante el Congreso, incluso antes que el Gobierno, y lo que menos esperamos es que esos puntos de vistas también se recojan o se discutan con el Gobierno”, le explicó a La Silla el representante del Atlántico, César Lorduy.

Y otro de los congresistas explicó que no iban simplemente a montarse a la coalición del Gobierno, pues ellos tenían unos proyectos propios y que a partir de eso llegarían a hacer alianzas.

“Ahí están los proyectos que presentamos al Congreso, pueden servir de base para que el Gobierno se monte”, explicó otro de los congresistas.

Por eso, para ellos no había mayor ganancia en armar una alianza con un Gobierno que sienten que no tiene liderazgo en el Congreso.

En todo caso, muchos congresistas siguen de vacaciones y Germán Vargas también estará de descanso hasta febrero según le contó a La Silla un congresista de Cambio. Mientras regresan no habrá cambios en la relación con el Gobierno.

Con ese panorama inicial, el Gobierno todavía tiene al menos un mes antes de que se inicien los debates del plan de Desarrollo, y tres más antes de que empiecen los de las demás leyes. En estos dos meses se verá si la estrategia de Duque de ofrecer acuerdos programáticos es suficiente, o si definitivamente sin ministerio no hay paraíso.

 
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