Cambio Radical propone hundir la reforma política

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El miércoles arranca el debate de la reforma política en la Comisión Primera de la Cámara,

El único ponente de este partido dice que el proyecto no tiene conexión con el Acuerdo con las Farc.

Pocas horas después de que varios congresistas presentaron una ponencia apoyada por el Gobierno para darle primer debate a la reforma política, un partido de la Unidad Nacional presentó otra para hundirla.

El representante de Cambio Radical por Cundinamarca y único ponente de la reforma por ese partido, Jorge Rozo, lo hizo porque, a su juicio, “la gran mayoría de los artículos no tienen que ver con lo acordado en La Habana”.

Ese hecho no es menor porque la reforma es una de las prioridades del Gobierno en el Congreso, reglamenta el punto de participación política del Acuerdo con las Farc y Cambio Radical representa un apoyo a ese texto aunque, como reitera la decisión de Rozo, con críticas sustanciales.

En su ponencia, el representante Rozo señala entre los artículos que a su juicio deben desaparecer, el que permite que un movimiento de ciudadanos con 70 mil militantes carnetizados tenga personería jurídica (hoy solo se obtiene con votos), el que prohíbe la reelección de congresistas por más de tres periodos (hoy no hay límite) o el que obliga a la lista cerrada a partir de 2022.

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Esas razones son similares a las del Consejo de Estado que, como contamos, se ha movido para hundir al menos la mitad de sus propuestas, argumentando que si es aprobada por Fast Track, como quiere el Gobierno, será inconstitucional.

“Nosotros no estamos en contra del Gobierno, lo apoyamos, pero si vemos dificultades con los proyectos que presentan, nos apartamos”, nos dijo el representante del partido del exvicepresidente y candidato presidencial Germán Vargas Lleras.

El proyecto arrancará su debate la próxima semana en la Comisión Primera de la Cámara, donde hay tres vargaslleristas: el presidente de la Cámara, Rodrigo Lara; el vallecaucano Carlos Abraham Jiménez; y Rozo.

Mientras que Jiménez apoyaría a Rozo, Lara nos dijo que solo la próxima semana habrá una decisión de bancada. Sin embargo, dijo que si Rozo tomó la decisión de no apoyar la reforma es porque tenía razones de peso.

“No he analizado aún con detenimiento la propuesta. Pienso sin embargo que las normas electorales deben ser claras y previsibles, sobre todo estando ad portas de un año electoral”, nos dijo, en referencia a algunos puntos de la ponencia sobre la financiación de las campañas para los comicios del próximo año.

Poco efecto real

Un alto funcionario del Gobierno que supo de la decisión del representante y prefirió no revelar su nombre para no chocar con los congresistas, le dijo a La Silla Vacía que dadas sus mayorías en la Comisión Primera (La U tiene 6 representantes, los conservadores 6 y los liberales 9, con lo que suman 21 de los 33 votos) congresistas que sí apoyaron su ponencia, la ponencia negativa de Rozo “no trasnocha”.

Y es poco probable que progrese, Angélica Lozano de los Verdes y Germán Navas del Polo, los dos partidos minoritarios con presencia en la Comisión, no apoyarán a Rozo, la primera porque presentará una ponencia con ajustes a la reforma, y el segundo porque firmó la ponencia mayoritaria.

 

Ni siquiera los cinco uribistas de la Comisión votarían por la ponencia de Rozo, a menos de que cambien su negativa a votar en los debates del Fast Track por considerar que ese trámite es antidemocrático.

El alto funcionario también argumenta que otros vargaslleristas, como los senadores Motoa, Juan Carlos Restrepo y Carlos Fernando Galán, le han dicho al Gobierno que votarán afirmativamente la reforma cuando llegue al Senado si la aprueba la Cámara, lo que sucedería en un mes.   

Es decir, la ponencia de Rozo no amenaza la reforma. Pero que sea él, una figura del vargasllerismo, quien presente una propuesta para hundirla, sí manda un mensaje fuerte sobre la coalición de gobierno.

El impacto político

Aunque han hecho ruido en otros proyectos para implementar el Acuerdo, y han peleado puntos específicos de ellos, como contamos que ocurrió en la JEP, esta es la primera vez que un congresista del partido de Vargas Lleras se opone públicamente a todo un proyecto de ese tipo.

El representante Rozo nos dijo que su ponencia no significaba el rompimiento con la Unidad Nacional ni de las relaciones de su bancada con el Gobierno. Pero muestra que el vargasllerismo marca cada vez más distancias con Juan Manuel Santos, específicamente en el tema de la paz, y que profundiza esa distancia a siete meses de las elecciones a Congreso.

Las diferencias de Cambio con la reforma ya estaban en el ambiente pero se habían quedado en declaraciones y en una polémica interna. Ésta estalló hace dos meses cuando el nuevo presidente de Cambio, el ex superintendente de Notariado Jorge Enrique Vélez, dijo que su partido no apoyaría la reforma y el senador Carlos Motoa respondió que Vélez no se había reunido con los congresistas como para hacer esa afirmación en nombre de la bancada.

El episodio quedó rápidamente atrás pues, aunque el senador y codirector de La U, Armando Benedetti, le pidió a Santos sacar a Cambio de la coalición de Gobierno por la posición de Vélez, el Gobierno lo descartó y apoyó la elección del representante Lara como presidente de la Cámara.

De hecho, el argumento del ministro del Interior, Guillermo Rivera, para apoyar a Lara es que ha sido un “aliado de la paz”. Y puede que él lo siga siendo, pero la señal que manda su copartidario Rozo deja dudas sobre si Cambio Radical le al Gobierno dará apoyo incondicional en el último año de la legislatura, que es de campaña electoral.

Por eso, el debate sobre la cercanía entre el Gobierno y Cambio, y sobre el apoyo de éste a la implementación del Acuerdo en el Congreso, promete renacer. Y también deja abierta la posibilidad de que se hunda, en los otros tres debates que le quedan, una muy debatida reforma. Algo para lo que el Gobierno no tiene plan B, más allá de convertirla en un saludo a la bandera.

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