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Con un cambio radical en su estrategia, el Mira le está apostando por primera vez en sus quince años a hacer acuerdos con otros partidos. Sus votantes, que suelen ser fáciles de contar por su disciplina y organización, podrían ser decisivos en carreras apretadas como la que posiblemente se dé en la alcaldía de Bogotá -donde ya están conversando con Rafael Pardo- y en las alcaldías y gobernaciones de ocho departamentos donde tienen la llave de más del 4 por ciento de los votos.

Con un cambio radical en su estrategia, el Mira le está apostando por primera vez en sus quince años a hacer acuerdos con otros partidos. Sus votantes, que suelen ser fáciles de contar por su disciplina y organización, podrían ser decisivos en carreras apretadas como la que posiblemente se dé en la alcaldía de Bogotá -donde ya están conversando con Rafael Pardo- y en las alcaldías y gobernaciones de ocho departamentos donde tienen la llave de más del 4 por ciento de los votos.

Pardo le pide pista al Mira

Aunque el Mira no anticipa llegar a ningún acuerdo hasta junio, cuando la mayoría de carreras electorales estén más claras y los partidos terminen de dar sus avales, ya tiene conversaciones adelantadas con varios candidatos en sus zonas.

En Bogotá hasta ahora solamente han hablado con el liberal -avalado también por La U- Rafael Pardo, aunque esta mañana la polista Clara López le dijo formalmente a Gloria Stella Díaz, durante el Consejo Nacional de Paz, que también quiere conversar con ellos.

Los 83 mil votos que puso el Mira en las elecciones pasadas a la Cámara, que son un 4 por ciento de los votantes, pueden ser definitivos si la carrera se aprieta tanto como la de hace cuatro años, cuando Gustavo Petro le sacó 163 mil a Enrique Peñalosa. Y eso no es imposible si la distancia entre López y Pardo se mantiene en un nivel similar al actual, cuando la diferencia en la intención de voto es de siete puntos porcentuales según la encuesta de hace tres semanas de Cifras y Conceptos.

La Silla supo que ya tuvieron una primera reunión con Pardo, con quien dicen sentir afinidad y a quien -en palabras de un dirigente miraísta- ven como “una persona con un conocimiento amplio de la ciudad y [como] el que más nos ha escuchado”.

En esa conversación en un hotel del Parque 93 -en la que estuvieron el ex senador Carlos Baena, la ex representante Gloria Stella Díaz, el veedor Samir Bedoya Piraquive y la concejal Olga Victorio Rubio- al candidato liberal le gustó mucho la propuesta del Mira sobre impuestos en Bogotá, según confirman tanto del lado de Pardo como del partido.

En concreto, el candidato está contemplando adoptar cuatro ideas de los miraístas: armonizar el calendario de impuestos en Bogotá (para que el predial, la valorización, el de rodamiento y el de industria y comercio no caigan todos durante el primer semestre del año), reformar las normas para que impidan cobrar los impuestos de valorización antes de hacer las obras, abrir la puerta a que el predial se pague en varias cuotas, y prolongar el plazo entre la fecha en que se recibe el impuesto del predial y el vencimiento para pagar con descuento.

Esas coincidencias ya se manifestaron públicamente. Unos días después, Pardo le mandó una carta al Concejo y otra al alcalde Petro con sus propuestas para alivianar la carga del impuesto predial, retomando las ideas del Mira de ampliar el plazo para el pago con descuento (algo que Petro terminó adoptando) y permitir su pago en cuotas a partir del 2016. "[Acojo] la iniciativa propuesta por la bancada del Mira para aliviar el pago de esta carga tributaria que afecta el bienestar de millones de familias bogotanas", escribió Pardo.

Ese reconocimiento público fue muy bien recibido entre los miraístas, que comenzaron a retrinarlo.

"El tema del predial estaba caliente en ese momento y lo hubiera podido presentar como su idea. Fue un muy buen mensaje que nos reconociera la autoría”, dice el veedor Samir Bedoya Piraquive.

“Eso nos parece muy serio”, dice el representante Carlos Guevara, que convirtió la idea de reformar el calendario tributario en una de sus banderas cuando fue el candidato del Mira a la alcaldía de Bogotá en 2011.

Con Pardo sienten afinidad en otros temas. Coincidieron en la bandera de la igualdad salarial, pues el mismo año en que un proyecto de ley de su pequeña bancada se convirtió en Ley, Pardo -como ministro del Trabajo- sacó un Programa Nacional de Equidad Laboral con un enfoque parecido.

En la libertad religiosa tampoco ven dificultades porque Pardo no está contra la libertad de culto (de hecho ha hablado del tema en varias entrevistas) y estuvo en el gabinete de César Gaviria, quien impulsó la reforma constitucional de 1991, que abrió la puerta a que Colombia pasara oficialmente de ser un Estado católico a uno laico.

Del otro lado tampoco hay resquemores por la ideología liberal de Pardo, ya que -pese a ser un partido cristiano- el Mira nunca ha hecho política con temas morales como el matrimonio gay o el aborto.

Los coqueteos regionales del Mira

El Mira también aspira a ser un jugador decisivo en los ocho departamentos donde sacó más del 4 por ciento de los votos en la Cámara.

En Popayán -donde tuvieron la cuarta mayor votación y el 10 por ciento de los votos hace un año- están conversando con la liberal Jimena Velasco, hermana y ficha del senador Luis Fernando Velasco a la alcaldía de esa ciudad. Ese acercamiento tiene un antecedente fuerte, ya que el senador fue el gran aliado de la ex senadora miraísta Alexandra Moreno Piraquive en la campaña por cambiar la fórmula del precio de la gasolina para que sea más barata.

En Ibagué -donde fueron el quinto partido más votado en Congreso con el 6 por ciento- están hablando con Ricardo Ferro, el ex candidato de La U hace cuatro años que ahora va por firmas y es cercano al uribismo.

En Caquetá -donde pusieron el 15 por ciento de los votos en la Cámara y todavía tienen la Gobernación- están hablando con Luis Antonio Serrano, el rumorado preferido del presidente Santos a la Gobernación, a quien Roy Barreras llamó 'el Falcao' de la Unidad Nacional.

En Risaralda, que tradicionalmente ha sido uno de sus fortines y ponen el 7 por ciento de los votos, están haciéndolo con el ex gobernador azul Víctor Manuel Tamayo, que va por firmas.

En el Quindío -donde eligieron a su primer diputado, Baena, hace una década y tienen el 7 por ciento de los votos- con Sandra Milena Gómez, la candidata de la actual gobernadora Sandra Paola Hurtado.

Y en el Valle con el ex senador polista Mauricio Ospina y en Cundinamarca con Jorge Rey, el ex congresista de Cambio Radical.

Eso muestra que están contemplando aliados de todo tipo de partidos.

Adiós a las alcaldías

Esas conversaciones muestran un cambio total de la estrategia política del Mira, que hasta ahora tenía candidatos propios a alcaldías y gobernaciones en sus fortines electorales, aunque casi nunca ganaban.

En las más recientes elecciones de 2011, las más exitosas, lograron elegir por primera vez un gobernador (el luego destituido Víctor Isidro Ramírez en Caquetá) y también un alcalde (el de Paujil, en Caquetá). Esa fue apenas su segunda alcaldía, después de elegir al de Calarcá (Quindío) en 2007.

Ahora, en cambio, el mayor partido cristiano decidió concentrarse en aumentar su fuerza política en las corporaciones, donde hoy tienen de 7 diputados, 47 concejales y 370 ediles. Esa fuerza es, al fin y al cabo, la que le ha dado mayor visibilidad, con sus bancadas en Bogotá ganándose ocho veces el premio a mejores concejales.

“Nosotros siempre hemos tenido un crecimiento sostenido. Pero también sabemos que aún no tenemos la fuerza para ganar alcaldías y gobernaciones, por lo que es más sensato concentrarnos en lograr que nuestras ideas gobiernen”, le dijo a La Silla Gloria Stella Díaz, quien ahora es la secretaria general del partido y lidera la estrategia política.

Para eso se han puesto una nueva meta: llegar a 10 diputados, 118 concejales y 470 ediles.

La idea de sus conversaciones con los candidatos de otros partidos es que harán acuerdos programáticos -que ellos se niegan a llamar 'alianzas' por considerar que esa palabra alude a componendas burocráticos-, que harán que sus banderas políticas queden incluidas en los programas de gobierno. Eso a cambio del apoyo electoral, en un trato que -según los miraístas- no va más allá de las elecciones.

“Todavía estamos en una etapa muy exploratoria y estamos abiertos a conversar con todos los que se nos acerquen. No es nuestra intención buscarlos, sino lo contrario”, dice Marisol Moreno, quien hace cuatro años fue candidata a la Alcaldía de Villavicencio y seguramente lo será esta vez al concejo.

Por ejemplo, no contemplan entrar a formar parte de los equipos de gobierno y, según el representante Carlos Guevara, “no dejaremos de hacer control político, que es la base de nuestra independencia”.

“No estamos buscando puestos ni estar en ninguna Unidad a nivel local, sino que las ideas que hemos trabajado en el Congreso y el Concejo aterricen en los planes de desarrollo y sobre todo en la vida real. Queremos que nos sigan identificando con esos temas”, dice Carlos Baena, el ex senador y presidente del Mira.

Se refiere a la agenda del partido, centrada en temas que le llegan a la clase media y media baja urbana: ausencia y precio de servicios públicos, impuestos, precio de la gasolina, gratuidad de la licencia de conducción, madres comunitarias y sanciones a los conductores borrachos.

Quieren repetir acuerdos como la ley de ácidos que aprobó el Congreso en 2012 -tras el caso de Natalia Ponce de León- y que restringe su venta. Y lograr que las campañas educativas de su ley contra conductores ebrios se comiencen a hacer en colegios o que su ley de igualdad salarial aterrice en administraciones locales para que funcionarios hombres y mujeres del mismo rango ganen lo mismo.

Su única otra condición para esos acuerdos es que el candidato que apoyen defienda la libertad religiosa. Por eso están le piden a sus potenciales aliados que su programa de gobierno incluya campañas promoviéndola. Para Samir Bedoya Piraquive es un tema “más de educación en tolerancia y en una cultura de respeto hacia las creencias del otro, como en su momento se tuvo con la comunidad LGBTI y los afro”.

Y es que el cambio de estrategia viene de lo que los miraístas sienten que ha sido una persecución religiosa, la del escándalo de su hermana Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional y su líder María Luisa Piraquive.

Tras ese boom mediático negativo, y pese a crecer en votos, se quedaron por debajo del umbral al Senado, perdieron su bancada de tres senadores y casi se quedan sin personería jurídica. En ese momento, decidieron no abstenerse de la campaña presidencial y apoyaron a Óscar Iván Zuluaga.

Habrá que ver si esta vez, en los acuerdos que hagan para octubre, logran impulsar a los candidatos ganadores y poner los votos que algunos candidatos necesitan para completar el peso.

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