César Gaviria, actual director del Partido Liberal, fue Presidente de Colombia entre 1990 y 1994. Es recordado especialmente por las reformas que llevó a cabo, que marcaron la apertura de la economía y la implantación de cambios neoliberales. También porque bajo su gobierno se creó y sesionó la Asamblea Nacional Constituyente, y se firmó la Constitución de 1991.
Gaviria nació en Pereira en 1947, en una familia de empresarios del café. Estudió economía en la Universidad de los Andes y comenzó su carrera política en 1970 como concejal de su ciudad natal por el Partido Liberal. En ese entonces se matriculó en la línea liberal que encabezaba Carlos Lleras Restrepo, y que se enfrentaba a la liderada por Alfonso López Michlesen.
En 1974, con apenas 27 años, dio el salto a la Cámara de Representantes por Risaralda en 1974, donde estuvo hasta 1976. Ese año fue alcalde de Pereira, y en 1978, tras haber ayudado a Julio César Turbay en su campaña en el Risaralda, fue nombrado viceministro de Desarrollo Económico del ministro Gilberto Echeverri Mejía, un político liberal de Antioquia.
Con esa decisión Gaviria se pasó a las huestes oficialistas y se alejó del movimiento que empezaba a dirigir Luis Carlos Galán, que también venía del llerismo pero marcaba claras distancias con Turbay, y fundó el Nuevo Liberalismo como disidencia autónoma.
Gaviria regresó a Pereira, dirigió el periódico La Tarde y se convirtió en uno de los líderes liberales de su departamento, lo que lo llevó a enfrentarse con Rodrigo Rivera, un joven dirigente del Nuevo Liberalismo.
Gaviria, que ha hecho toda su carrera política en el Partido Liberal, trabajó como director de la campaña electoral de Virgilio Barco en 1986 y se convirtió en el director adjunto del partido liberal. Después de ganar las elecciones, Barco lo nombró Ministro de Hacienda. En 1987 cambió de cartera pues pasó a la de Gobierno.
Entre tanto, y gracias en buena medida a la mediación de Turbay, Galán había vuelto al Partido Liberal con todos sus compañeros del Nuevo Liberalismo; Gaviria renunció al ministerio y se convirtió en director y jefe de debate de su campaña.
En agosto de 1989 Galán fue asesinado en Soacha, y en un emotivo discurso en el cementerio en el que Juan Manuel Galán, el hijo mayor del asesinado candidato, le entregó a Gaviria las banderas de su padre. Con ese aliento, Gaviria ganó la consulta interna del liberalismo, derrotando a Hernando Durán Dussán, Ernesto Samper, Alberto Santofimio, William Jaramillo y Jaime Castro.
Con la imagen de Galán y la fuerza del liberalismo, Gaviria ganó las elecciones, en las que el conservatismo llegó dividido y el recién desmovilizado M-19 presentó candidato propio ya como partido político. Gaviria obtuvo el 47,8 por ciento de los votos, contra un 23,71 de Álvaro Gómez, un 12,48 de Antonio Navarro y un 12,16 de Rodrigo Lloreda
Gaviria continuó y profundizó las políticas que había aplicado el gobierno Barco. Logró la reincorporación de grupos guerrilleros a la vida civil (el Ejército Popular de Liberación, el Partido Revolucionario de los Trabajadores y la Corriente de Renovación Socialista, una disidencia del ELN), fomentó medidas de libre comercio, como la reducción de los aranceles y la apertura a la inversión extranjera, y la liberalización de la economía, al reducir la presencia del Estado como prestador de servicios y como regulador de mercados.
Su política económica motivó una serie de fricciones en su equipo de gobierno, que se dividió entre los que preferían una liberalización más profunda y más rápida (generalmente llamados neoliberales, y cuyas cabezas más visibles eran el Ministro de Hacienda Rudolf Hommes y el de Trabajo Luis Fernando Ramírez) y los que preferían reformas más lentas y moderadas (como el Ministro de Desarrollo Ernesto Samper y la directora del ISS Cecilia López). Finalmente Gaviria apoyó la primera visión (Hommes se mantuvo en su cargo durante todo el gobierno, mientras que Samper renunció en 1992), aunque con algunos matices.
En el gabinete de Gaviria estuvieron algunos de los principales políticos de las décadas siguientes, incluyendo a Humberto de la Calle (que fue su Ministro de Gobierno hasta 1993 y luego fue Vicepresidente), Rafael Pardo (primer ministro de Defensa civil, y más tarde senador y candidato presidencial), Alfonso Valdivieso (su primer ministro de Educación y luego Fiscal General y candidato presidencial), Ernesto Samper (quien fue presidente entre 1994 y 1998), Juan Manuel Santos (su ministro de Comercio Exterior y presidente desde 2010), y Antonio Navarro (luego candidato presidencial, senador, gobernador y alcalde).
Al finalizar su mandato en 1994, Gaviria fue elegido nuevo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA). Esta victoria, histórica por la oportunidad de que un colombiano dirigiera una organización internacional, también fue criticada porque se dijo que Gaviria y su Canciller, Noemí Sanín, habían utilizado los recursos del Estado para hacerle campaña y obtener una victoria personal.
En la OEA, Gaviria se preocupó especialmente por fomentar la Carta Democrática, un instrumento que buscaba asegurar que todos los países del continente tuvieran regímenes democráticos. Gaviria fue reelegido para en la OEA en 1999.
En el 2005 volvió al país para dirigir el Partido Liberal, que se enfrentaba a la amenaza de la reelección del entonces presidente Álvaro Uribe. Gaviria llegó pisando fuerte: apoyó la candidatura de Horacio Serpa en las elecciones presidenciales del 2006, se opuso a la reelección de Álvaro Uribe y criticó la Ley de Justicia y Paz que impulsaba el gobierno con los grupos paramilitares. Pero fue derrotado en todos estos puntos.
Por otra parte, la llegada de Gaviria movió la política interna del liberalismo. Varios liberales que estaban haciendo política junto a Uribe, como Rafael Pardo, regresaron al partido, pero para ello los lineamientos se movieron hacia la derecha, lo que molestó a los políticos de tendencia más socialdemócrata. A pesar de esas heridas, en el Congreso Liberal de 2007 Gaviria fue elegido de nuevo como director único para enfrentar las elecciones regionales de ese año.
Gaviria renunció finalmente en noviembre de 2009, después de la consulta liberal que eligió a Rafael Pardo como candidato para las elecciones presidenciales de 2010. Después de eso se dedicó a apoyar a pardo en su candidatura.
Tras ser uno de los aliados claves en el gobierno de Juan Manuel Santos, se convirtió en mayo de 2013 en el líder de su campaña de reelección (reemplazando muchas de las funciones que tenía Roberto Prieto).
En 2015, propuso que la justicia transicional cobijara no solo a los combatientes sino también a sus cómplices y financiadores.
En 2016 Santos volvió a recurrir a Gaviria para unas elecciones, al designarlo jefe político de la campaña por el Sí en el plebiscito para referendar un Acuerdo Final con las Farc. Pero esta vez no en la recta final, sino desde antes de que existiera esa Acuerdo.
En septiembre de 2017 fue elegido por el liberalismo como el director único de la colectividad con miras a las elecciones al Congreso y la Presidencia de 2018. Durante la consulta liberal entre Juan Fernando Cristo y Humberto de la Calle, se inclinó abiertamente por este último, suscitando las críticas de Cristo. Fue una apuesta controversial y arriesgada pero que le resultó pues al final ganó De la Calle.