Aunque según el Dane hoy el país tiene el nivel más alto de personas ocupadas desde hace 16 años, en la práctica falta mucho para que las mujeres y los jóvenes sin educación universitaria y las víctimas encuentren fácil un trabajo.
El empleo para mujeres, víctimas y jóvenes aún está en pañales
Hoy Colombia tiene el nivel más alto de personas ocupadas desde hace 16 años, según el Dane. Sin embargo, en la práctica falta mucho para que poblaciones vulnerables como las mujeres, las víctimas y los jóvenes encuentren fácil un trabajo.
No solo porque en el país no existe una política unificada de generación de empleo para aquellas personas que necesitan un empujón adicional para conseguir un trabajo. También porque la demanda supera la oferta local, y porque el nivel de preparación de los desempleados de estos grupos aún sigue estando por debajo de los estándares que buscan los empresarios.
Como parte de una alianza con la ONG canadiense Cuso, La Silla revisó qué están haciendo las alcaldías de Bogotá, Cali, Buenaventura, Barranquilla, Bucaramanga y Neiva para que estas minorías tengan más y mejores ofertas de empleo.
Encontramos que en ciudades receptoras de víctimas como Bucaramanga, Barranquilla, Bogotá, Cali o Neiva, hay políticas particulares que arrancaron hace muy poco y que no están articuladas con todos los gremios, lo que ha hecho difícil su despegue. En Buenaventura, donde la mitad de la población es víctima del conflicto y el desempleo duplica la tasa nacional, ni siquiera han pensado en el tema. Con algunas excepciones, los programas están enfocados en capacitaciones puntuales para empleos que terminan siendo informales o en proyectos de empleo de corta duración y sin mucha proyección.
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Este especial fue hecho gracias al apoyo del Gobierno de Canadá