Hidroituango, el florero de llorente entre Quintero y el empresariado paisa

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La renuncia de la junta directiva de EPM marca el quiebre de una relación que empezó mal, y que es clave en una ciudad en la que los empresarios siempre han estado unidos al sector público. En Ruta N también hubo renunciatón.

Las renunciatones de miembros de las juntas directivas en dos empresas que son símbolo del empresariado paisa que siempre ha hecho buena liga con las administraciones de Medellín, generaron una crisis institucional sin precedentes en la historia de esa ciudad.

A la renuncia ayer de ocho de los nueve miembros de la Junta Directiva de Empresas Públicas de Medellín (EPM, que aporta cerca de 1 billón de pesos al año al  presupuesto y es la joya de la corona de la ciudad) que se quejaron de que la Alcaldía estaba tomando decisiones sin consultarlos; se sumaron hoy los siete miembros independientes de Ruta N, una compañía pública dependiente de la Administración que es la punta de lanza de la innovación en la capital antioqueña. 

 

La decisión de la Junta de EPM fue detonada porque el gerente, Álvaro Guillermo Rendón, anunció sin consultarles una conciliación con tres consorcios encargados del diseño, construcción e interventoría de la hidroeléctrica Hidroituango y dos aseguradoras del proyecto de la generadora de energía más grande del país, para reclamarles por el pago de 9,9 billones de pesos por los sobrecostos de la obra. 

Y la de ruta N, por algo similar. El alcalde Daniel Quintero anunció que le pidió la renuncia al director de la entidad, Andrés Vásquez, y anunció en esta entrevista con Blu Radio que su reemplazo sería Javier Fernández sin tampoco consultarlo con la junta.

Estos hechos son el reflejo de un divorcio entre Quintero y el empresariado de Medellín, en especial el GEA (un grupo de empresas que son socias entre sí, conformado por algunas de las firmas más grandes del país como Bancolombia, Argos y Sura*), pues personas vinculadas a algunas empresas del grupo tienen asiento en la junta de EPM. Y es el punto más álgido de una relación que empezó mal, con el mandatario, que cuando ni siquiera era candidato, acusó al exgerente y los directivos de la empresa de servicios públicos de ser los ratones que se quieren robar “el queso” de EPM.

Por ahora, la Alcaldía pierde buena parte de un sector aliado, y gana apoyos inesperados de orillas políticas distintas. Mientras que los empresarios parte de su influencia en la Administración pública, y reciben apoyo de un sector de la ciudadanía. Aún están pendientes los nombramientos que haga Quintero en la nueva junta para determinar si el rompimiento de cobijas es definitivo.   

El fantasma del GEA

Durante la campaña uno de los mensajes fuertes del entonces candidato Quintero fue que parte del problema de la central eléctrica Hidroituango es que EPM estaba controlada por una junta con intereses con los contratistas de la obra y que, por esta razón, no actuaban con más contundencia para reclamarles a esos contratistas para que respondieran por retrasos y errores cometidos en la hidroelécrica (que según un estudio de la Gobernación de Luis Pérez, son culpa de la constructora, y según uno de EPM son culpa de la interventoría).

Mensajes que dio en intervenciones como la del queso, y otras como esta: 

Estas señales de desconfianza se dieron otra vez en el empalme, en el que incluso Quintero le pidió al entonces gerente que se abstuviera de firmar un convenio que estaba a punto de cerrar con la productora de gas Canacol Energy, porque le parecía sospechoso. Contrato que al final EPM no celebró. 

Una persona cercana a Quintero, que nos habló bajo la condición de no mencionar su nombre porque no trabaja en la administración, nos explicó que los dos hechos que detonaron la renuncia de la junta (el proyecto de acuerdo para modificar el objeto social y la conciliación con los contratistas) son temas que se vienen discutiendo desde hace mucho tiempo en la junta directiva pero sin tomar una decisión concreta, algo que ven con sospecha en el círculo cercano al mandatario.

Lo ven con sospecha porque, dice la fuente, la junta no ha sido más proactiva en modernizar la empresa: “EPM ha venido perdiendo liderazgo porque se fue dedicando a hacer lo mismo”. Por ejemplo, dice que la empresa se ha demorado en meterse en el negocio de las renovables, mientras su competidora Celsia, del Grupo Empresarial Antioqueño, va volando. 

Y porque al no exigir  a los contratistas y aseguradores que respondan por los sobrecostos del proyecto de Ituango también favorecen a otras empresas relacionadas con el grupo, entre ellas Sura (una de las compañías con las que van a conciliar).

El mismo alcalde en sus entrevistas de esta mañana dijo que para dar la discusión en la junta directiva algunos de los miembros debían declararse impedidos. 

Esta es una posición que para algunos líderes empresariales de la ciudad, como la presidenta de la Cámara de Comercio de Medellín, Lina Vélez de Nicholls, no es más que una teoría de conspiración: “Los miembros de la junta son personas con toda la capacidad que están sentados en la mesa por una voluntad cívica”, dijo a La Silla.

El gerente de EPM, Álvaro Guillermo Rendón, dijo a La Silla que no se trataba de desconfianza, que la junta había sido informada de las decisiones y que simplemente no habían buscado un visto bueno o una opinión de los miembros para el documento de conciliación porque no tenían que hacerlo. 

Sobre si técnicamente esto es así hay un debate jurídico. 

Pero más allá de ese debate dado el tamaño del problema, es inusual que la gerencia haya decidido actuar sin el visto bueno de la junta y denota al menos que no hay una sincronía entre los directivos y la administración.

De acuerdo con Rendón, en la junta de ayer que duró casi todo el día intentaron convencer a los miembros de la junta que iban a poder participar en el proceso de conciliación, así no hubieran sido consultados antes de presentarla, pero no lo lograron.

En todo caso, el hecho de que haya sido una renuncia de toda la junta, incluidos los dos miembros que nombró Quintero, también habla de una mala relación, que también está marcada por la mirada adversa que tienen los empresarios del Alcalde.

La visión del Quintero autoritario

La renuncia de la junta causó revuelo entre los empresarios de Antioquia, que vieron como un gesto autoritario el que Quintero se  haya saltado a los directivos. 

“No deja de ser muy preocupante el hecho de que se empiecen a tomar decisiones abiertamente en contra de las políticas de gobierno corporativo de una empresa, que hace parte de una estructura corporativa que le da garantías y mensajes de confianza a todos los grupos de interés que en ella intervienen, y que tomó mucho trabajo construirla”, nos dijo Federico Restrepo, exgerente de EPM.

En el mismo sentido se pronunció el Consejo Gremial de Antioquia: “El desconocimiento que se viene haciendo a la Junta Directiva de EPM y que justifica la masiva renuncia de sus integrantes, genera pérdida de credibilidad en el manejo de la empresa, afectando gravemente su operación, la relación con la banca y los inversionistas”, dice el comunicado que publicaron.

A esta preocupación se les unió el Sindicato de Profesionales de EPM: “Nos preocupa que se pierda la gobernabilidad de la empresa, ¿cómo va a trabajar un gerente sin su junta?”, nos dijo Olga Lucía Arango, su presidenta.

La carta de renuncia de los miembros de la junta de Ruta N (una empresa pública, financiada por la Alcaldía) también fue enfático en rechazar lo que consideran un "irrespeto al buen gobierno y a la institucionalidad que como miembros de esta Junta no podemos permitir". 

Los miembros de la junta, que por estatutos son los que definen el nombramiento del director de la entidad, se enteraron ayer en una reunión con el actual director que les pidieron la renuncia y en una entrevista radial de quién iba a ser su reemplazo.

En dicha entrevista además el alcalde dijo que le pedía la renuncia a Vásquez porque quieren del nuevo gerente tenga “más cercanía con la alcaldía”.

La decisión causó la renuncia en bloque de los siete miembros independientes de la junta directiva de la entidad (Alejandro Piedrahíta, Azucena Restrepo, Juan Luis Aristizábal, Manuel Santiago Mejía, Carlos Felipe Londoño, Carlos Manuel Uribe y Marcelo Cataldo). Solo quedaron los dos que dependen de Quintero, el representante de EPM y el de la Alcaldía.

Pero al igual que lo que pasa con el alcalde, los problemas venían de antes. Como contamos, un grupo de empresarios de la ciudad se sintieron defraudados con la elección del gerente de EPM, una persona que es de plena confianza del alcalde Quintero pero que no tiene experiencia en el sector energético. 

Al principio de la pandemia las relaciones se estaban normalizando, la alcaldía por ejemplo creó un comité de seguimiento a la emergencia en el que participan empresarios, que se reúne semanalmente y en el que según nos confirmó uno de los participantes se han definido cosas como los protocolos de apertura de centros comerciales y se ha trabajado en la apertura de los aeropuertos, pero hoy las restricciones impuestas por la Alcaldía generan molestia.

El mismo Comité Intergremial se pronunció hace dos semanas antes en contra del manejo que le estaba dando el Gobierno a la pandemia y a los cierres de sectores económicos: “No compartimos la forma de tomar decisiones como ha venido sucediendo de parte de algunas autoridades en el sector empresarial, puesto que medidas impuestas, no consultadas y sin tener en cuenta la opinión del sector privado formal, restringen y niegan la operación de los sectores que fueron autorizados por Decreto Presidencial”, dijo aquí el gremio.

Las consecuencias

Esta ruptura estruendosa entre el gobierno local y los empresarios, en una ciudad en la que históricamente el sector privado ha tenido un rol protagónico en las administraciones públicas, ha acentuado la polarización entre sectores que se alinean con la visión del Alcalde y los que se alinean con la visión de los empresarios.

Además de seguidores del Alcalde de Medellín a Quintero le salieron apoyos no tradicionales, como el del exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia Luis Pérez quien publicó un video respaldándo la decisión de la administración y dijo a La Silla que la Junta Directiva que renunció no ha estado a la altura de la crisis re Hidroituango, y que es preocupante no hayan defendido al alcalde en su interés de recuperar los 9,9 billones de pesos que se perdieron por las fallas en Hidroituango.

Pero también políticos del Centro Democrático, el partido de oposición de Quintero como estos:

 

Por el otro lado también salieron voces como las del exalcalde de Medellín Federico Gutiérrez que incluso convocó a la ciudadanía a movilizarse en contra de la decisión de Quintero y comparándolo con Gustavo Petro.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

EPM y Medellín están en peligro.

Una publicación compartida de Federico Gutiérrez (@ficogutierrez) el

O el escritor  Héctor Abad Faciolince.

Y un grupo de ciudadanos, que se llama Oh Posición y que antes se manifestó en contra de la contaminación y de la política de seguridad de Fico Gutiérrez, convocó una manifestación en contra de Quintero.

Y otras fuerzas del sector privado y otras organizaciones como Proantioquia, la Andi  que propuso una "comisión de confianza" entre Alcaldía, empresarios y organizaciones civiles para escoger a los nuevos miembros de las juntas de EPM y Ruta N, y Medellín cómo vamos.

Mientras por redes sociales volvieron a rodar mensajes como este en los que se habla de una revocatoria a Quintero que todavía no tiene voceros claros.

 

Pero además de esa división hubo una consecuencia directa como la decisión del Comité Intergremial de Antioquia de crear un comité cívico que haga veeduría a EPM para que “denuncie las actuaciones irregulares” que se “adelanten” en la entidad.

La última vez que se creó un comité de este tipo fue a principios de la década pasada cuando era alcalde Luis Pérez, y la empresa estuvo en medio de un escándalo de corrupción porque a través de la empresa la alcaldía intentó comprar una vajilla de 100 millones de pesos y unas alfombras persas que finalmente, tras el escándalo, no compró.

Aunque en esta ocasión no hay una denuncia concreta de corrupción en la entidad, un derecho de petición que envió el sindicato preguntando por contrataciones en EPM sí deja en el ambiente la duda de si se están haciendo contrataciones irregulares en la entidad. “Están llegando una cantidad de gente a la empresa, por eso preguntamos por esas contrataciones”, nos dijo la presidenta del sindicato.

Al final, el alcalde Quintero tiene en sus manos la siguiente movida. Deberá en primer lugar escoger a la nueva junta directiva de EPM, en la que podría incorporar algunos nombres de empresarios tradicionales (supimos que algunos de sus aliados le recomendaron considerar el nombre de Gonzalo Restrepo, que fue presidente de el Éxito y miembro del equipo de empalme de EPM) o traer personas de afuera del círculo empresarial. 

Y decidir si acepta o no la renuncia de los miembros de la junta de Ruta N.

 

Advertencia: SURA y Bancolombia patrocinan el podcast El futuro del futuro y la Red Cachaca respectivamente. Ambos son proyectos de La Silla Vacía.

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