Así manda un senador liberal en el ICBF de Sucre

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Con la llegada de Fabiola Palencia a la dirección regional del Icbf en Sucre, el grupo del senador liberal Mario Fernández comenzó a tener mayor influencia en esa entidad.

Aunque Cristina Plazas ha hecho de la despolitización del ICBF su bandera, en departamentos como Sucre predominan los manejos políticos. En esa regional manda el congresista Mario Fernández.

Desde que llegó en 2014 a la dirección nacional del ICBF, Cristina Plazas ha dicho que trabaja para sacar a los caciques regionales de esa entidad. En algunos departamentos lo ha logrado, pero en otros los políticos siguen siendo amos y señores. Ese es el caso de Sucre, donde manda el senador liberal Mario Fernández, a través de la directora encargada Fabiola Palencia Morales.

Indagamos con dos de los actuales operadores del ICBF, dos representantes legales de fundaciones que hasta hace poco administraron hogares comunitarios, cuatro políticos activos y dos veedores para conocer detalles de la incidencia de Fernández en esa regional. Él es el único senador liberal de Sucre y jefe del directorio departamental. Además es aliado del secretario general de los rojos Héctor Olimpo Espinosa, también sucreño.

 

El poder de Fernández en el ICBF de Sucre es un nuevo capítulo de la historia política de esa regional, que en el pasado tuvo de protagonistas a las tradicionales familias Guerra De la Espriella y Merlano. Se trata de una de las entidades más apetecidas de ese departamento porque maneja un presupuesto anual cercano a los 105 mil millones de pesos, y en promedio contrata a unas tres mil madres comunitarias, que se convierten en potenciales votos para las elecciones, como ha contado La Silla.

La directora que le copia a los rojos

La directora encargada es Fabiola Palencia, una funcionaria de carrera que trabaja en esa regional desde 1999 y que tiene cercanía con el grupo de Mario Fernández desde la pasada alcaldía, cuando el mandatario era Jairo Fernández Quessep, tío de Mario. El puente entre ambas orillas lo tendió el actual jefe de la Oficina del Sisben de Sincelejo Roberto Carlos Arrieta.

Arrieta es amigo de Fernández y antes de llegar a ese puesto, en noviembre de 2013, fue el delegado de la Alcaldía de Fernández Quessep para los temas de infancia. Mientras que antes de ser directora, Palencia fue la coordinadora del Centro Zonal de Sincelejo. Desde sus respectivos cargos, ellos coincidieron en más de una ocasión, como parte de su trabajo a favor de los niños y adolescentes de la capital sucreña.

En junio del año pasado y por orden de la directora nacional Cristina Plazas, Palencia llegó a la dirección del ICBF en condición de encargada porque esa regional no tiene director en propiedad desde 2014, cuando salió Víctor Gomescasseres Barboza.

Aunque hay un concurso abierto desde abril del año pasado, la terna no está lista ni lo estará por ahora porque, según supo La Silla, Cristina Plazas les ha encontrado a todos los aspirantes vínculos políticos. Por eso, desde diciembre el concurso entró en una especie de parálisis porque, seis meses después de que los candidatos hicieran la entrevista, nada ha pasado.

Paradójicamente mientras Plazas les encuentra vínculos políticos a los aspirantes, la directora encargada le pone tinte político a su gestión al copiarle, particularmente, al senador Mario Fernández. Y mientras Plazas no envíe la terna y mantenga a Palencia como encargada, el grupo político de Fernández seguirá siendo el más beneficiado con la interinidad de esa regional.

La influencia de Fernández

La primera evidencia de que Mario Fernández manda en el ICBF de Sucre es que comienza a incomodar a sus colegas congresistas. En abril pasado, uno de ellos le dijo a La Silla que en reuniones a las que habían asistido este año personas de su cuerda política, la directora Fabiola Palencia les había dicho que para tomar decisiones burocráticas y de contratación debía consultar, primero, al senador Fernández.

En aquel momento, el congresista nos dijo que la directora encargada seguía “instrucciones precisas” del senador Fernández. Esa afirmación nos la volvió a hacer el viernes pasado, en un nuevo diálogo con La Silla.

“Eso sigue igual. Allí nada ha cambiado”, nos dijo.

También le preguntamos a otro congresista que conoce la realidad política sucreña y a dos diputados de Sucre. Los tres, en diálogos por aparte con La Silla, dijeron lo mismo: a quien le copian desde la actual dirección del ICBF es al senador Fernández.

Más allá de lo que nos dijeron, averiguamos y encontramos que por esa influencia de Fernández, desde enero pasado comenzaron los ruidos en Sincelejo. El 27 de ese mes, antes de que oficialmente la regional Sucre diera a conocer los nombres de los operadores, un grupo de representantes legales de varias fundaciones protestó en esa capital.

En ese momento le dijeron a la prensa local que protestaban porque se había filtrado el listado de contratistas del ICBF para este año y notaban en esa selección un tinte político. Decían que los oferentes con mejor evaluación y trayectoria supuestamente habían quedado por fuera, mientras instituciones con menor recorrido habían sido escogidas.

En un comunicado de prensa, el ICBF aclaró que esa lista no era válida porque todavía estaban definiéndose los nombres de los operadores.

Aunque la prensa local no especificó a qué intereses políticos se refirieron quienes salieron a protestar, los cuatro dueños de fundaciones y dos veedores con los que hablamos nos aseguraron que para entonces en Sincelejo ya se hablaba de la influencia del senador Fernández en la asignación de los cupos. Estos determinan el número de niños que cada operador debe atender y el costo total del contrato.

También esas seis fuentes nos dijeron que la contratación estuvo acompañada de ruidos de supuestas reuniones entre la directora Fabiola Palencia y el director del Sisben Roberto Carlos Arrieta.

“La contratación se definió en La Ford”, nos dijo uno de los operadores, en alusión al barrio de Sincelejo donde la familia del senador Fernández tiene un edificio. Mientras que una segunda fuente nos enumeró al menos siete fundaciones con supuestos vínculos con el senador liberal.

La Silla encontró vasos comunicantes entre Fernández y al menos una de esas fundaciones contratadas. Se trata de la Corporación Alianza Líder, capítulo Sucre, cuyo fundador fue el actual concejal liberal Luis Oreste Baracchi Vélez. Con esa fundación, el ICBF de Sucre firmó un contrato en febrero pasado por 598 millones de pesos para la administración del centro de desarrollo infantil del corregimiento de Chochó.

Ese contrato ha sido denunciado porque, el representante legal de la fundación que hasta el año pasado manejó el centro infantil, dice que la Corporación Alianza Líder no tiene experiencia en el sector de alimentos ni de cuidado infantil. En efecto, La Silla buscó detalles sobre esa organización y encontró que hasta el año pasado había trabajado en temas de juventud y convivencia. 

También, por ese contrato, un ciudadano demandó la credencial de Baracchi, argumentando que aunque renunció a la representación legal de Alianza Líder en enero de 2014, seguía apareciendo como socio de esa fundación hasta febrero pasado, al momento de la firma del contrato con el ICBF.

El Tribunal Administrativo de Sucre admitió la demanda de nulidad y esta semana falló a favor de Baracchi porque no encontró méritos para invalidar su credencial como concejal. Según los magistrados, aunque sí fue miembro fundador y director ejecutivo de dicha fundación, renunció a su representación legal un año y nueve meses antes de su elección como concejal.

Baracchi Vélez es un concejal debutante que llegó con el apoyo de Fernández en las pasadas elecciones. Además de hacer campaña juntos, habían coincido antes en la administración del tío de Mario, Jairo Fernández. Hasta 2014, Baracchi fungió como director de la Corporación Alianza Líder, que fue contratista de la administración de Fernández Quessep, donde Mario mandaba, como contó La Silla.

“Depende 100% de Mario”, nos dijo un diputado que conoce bien el grupo político de Fernández, cuando le preguntamos por el concejal Baracchi.

Otro vínculo que relaciona a Fernández con la contratación es el testimonio del dueño de una corporación que llevaba años como contratista del ICBF. Pese a estar bien evaluado, no alcanzó a clasificarse como operador este año.

En febrero, cuando la regional publicó el listado de operadores, varios de los representantes legales de las fundaciones que sí fueron escogidas le dijeron que debía hablar con el senador Fernández para que lo ayudara a entrar.

La fuente nos dijo que como no conoce a Fernández recurrió a un amigo que sí mantiene cierta comunicación con el congresista liberal. La intermediación se dio y el amigo logró que Fernández le diera cita a finales de febrero, después de varios días pidiéndosela. Pero, el encuentro nunca se realizó porque el amigo de la fuente tuvo una calamidad doméstica que lo obligó a salir de Sincelejo por varios días. Y dada la apretada agenda del congresista, no fue posible encontrar una nueva fecha.

Nuestra fuente también nos dijo que dejó de insistirle a su amigo por la reunión porque desde finales de abril comenzó a rumorarse con fuerza que Fabiola Palencia saldría de la dirección. Supuestamente estaría por fuera para la celebración de los contratos del segundo semestre del año, por lo que para la primera semana de junio estaría otra persona al frente de ese proceso. Sin embargo, Palencia todavía sigue como timonel del ICBF en Sucre y firmó los contratos que van de junio a octubre. 

Otros dos dueños de fundaciones con los que hablamos nos dijeron que tras la filtración en enero, un comité de funcionarios del ICBF viajó de Bogotá a Sincelejo para conocer qué estaba pasando. Tras esa reunión, la dirección regional publicó el listado oficial de contratistas. En él aparecieron algunas de las fundaciones que inicialmente figuraron en el documento filtrado, pero también otras más con buena evaluación que no habían aparecido en ese primer grupo de contratistas. Ese hecho, fue interpretado en Sincelejo como una manera de la dirección regional de bajar los ánimos tras la protesta.

El representante de una de esas fundaciones contratadas nos contó que, tan pronto firmó el contrato, la directora Palencia le notificó que recibiría una llamada en la que le hablarían sobre la ejecución del mismo.

“Me dijo: ‘Te van a llamar de los rojos’”, nos dijo la fuente fueron las palabras de Palencia. A los pocos días, recibió tres mensajes en su celular en los que le decían que debían hablar de su contrato.

Otra evidencia de la influencia de los liberales en el ICBF la encontramos en la región de La Mojana. Un veedor de allí nos aseguró que desde este año las personas afines a los líderes liberales de esa zona comenzaron a trabajar en los hogares infantiles como nutricionistas o psicoorientadores.

Ese es el caso de personas de la cuerda del excandidato de La U a la Alcaldía del municipio de Sucre Hover Viloria, quien desde las legislativas de 2014 es liberal y le pone votos a Fernández. En las regionales pasadas, por ejemplo, apoyó a la diputada liberal Karyme Cotes, aliada de Fernández, e impulsó al concejal Jaider Meneses Rodríguez, también liberal.

Pese a que los políticos y representantes de las fundaciones con las que hablamos lo señalan como la persona que manda en el ICBF de Sucre, el senador Mario Fernández le negó a La Silla tener poder alguno en esa regional. “Es un mito que han querido montarme”, afirmó.

Nos dijo, además, que el director del Sisben sí es una persona de su máxima confianza, pero negó ejercer influencia en el ICBF a través de él. “Supongo que el Sisben debe tener relación con el ICBF”, nos respondió Fernández.

También quisimos conocer la opinión de la directora Fabiola Palencia, pero nunca contestó nuestro mensaje.

Con las movidas de los liberales en la regional sucreña del ICBF, queda claro que los políticos siguen mandando en esa entidad y la bandera de la despolitización de Cristina Plazas todavía no se iza en Sucre.

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