Las regionales del año entrante serán la segunda gran apuesta del recién nacido Centro Democrático, luego de las elecciones de 2014. Es una apuesta más importante que lo usual porque, si se concretan, los acuerdos de La Habana a los que el uribismo se opone se implementarán en las regiones y por eso los mandatarios que sean electos tendrán una labor crucial. Sus decisiones de hacer alianzas unida a la mecánica que se decidió para las convenciones donde se van a escoger los candidatos vuelve a revivir viejas tensiones en el partido de Álvaro Uribe. Viejas tensiones entre el ala de los políticos y el ala de los ideológicos del movimiento.
Preparativos uribistas para elecciones 2015 reviven sus viejas tensiones
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Pacho Santos, el día final de la convención, revisa atento el resultado de las votaciones uribistas. Lo observa Fabio Valencia Cossio. Foto: Juan Pablo Pino |
Las regionales del año entrante serán la segunda gran apuesta del recién nacido Centro Democrático, luego de las elecciones de 2014. Es una apuesta más importante que lo usual porque, si se concretan, los acuerdos de La Habana a los que el uribismo se opone se implementarán en las regiones y por eso los mandatarios que sean electos tendrán una labor crucial.
Pasado mañana arrancará oficialmente el periodo de inscripción de los candidatos con los que jugarán, pero desde ya el Directorio Nacional de la colectividad autorizó las coaliciones en región (previo aval del respectivo directorio departamental y de las autoridades nacionales) con cualquier partido, incluyendo los de la Unidad Nacional santista. Es decir, sus archirrivales.
La lógica de la movida, según le contó Fabio Valencia (coordinador político nacional del Centro Democrático (CD)) a La Silla, es que las dinámicas en las regiones son muy distintas a las nacionales.
En el uribismo tienen presente, por ejemplo, que algunos de los caciques locales que están en la Unidad Nacional santista vienen del uribismo y siguen siendo uribistas de corazón. Y con ellos podrían apostar en las zonas en las que no cuenten con aspirante fuerte.
Esta decisión de hacer alianzas unida a la mecánica que se decidió para las convenciones donde se van a escoger los candidatos vuelve a revivir viejas tensiones en el partido de Álvaro Uribe. Viejas tensiones entre el ala de los políticos y el ala de los ideológicos del movimiento.
Esas coaliciones para llevar candidatos en alianzas podrán ser propuestas y aprobadas en las convenciones municipales y departamentales que el CD tiene programado hacer entre marzo y abril del año entrante.
A las convenciones municipales podrán asistir absolutamente todas las personas que, a partir de pasado mañana y hasta el 28 de enero, se inscriban como militantes del partido a través de su página web. Y todas tendrán voz y voto en esos congresos. Es decir, podrán decidir sobre las eventuales coaliciones con otros movimientos en esos municipios.
A las convenciones departamentales, en donde también votarán las alianzas interpartidistas en los departamentos, asistirán tres delegados de cada una de las convenciones municipales de ese departamento.
Mejor dicho, esos eventos serán definitivos en la movida uribista con miras a los comicios de octubre.
La mecánica, sin embargo, no ha caído tan bien en un sector del partido que aprueba las coaliciones pero sólo con el Partido Conservador porque es con ellos que sienten que hay una coincidencia ideológica. Y que desconfía del voto en las convenciones a las que los más políticos del CD podrían llevar de forma masiva sus simpatizantes para aprobar lo que le convenga a sus intereses, tal y como pasó en la convención en la que despacharon a Pacho Santos de su aspiración a la Presidencia, como lo contó La Silla.
En ese sector descontento está la senadora Paloma Valencia, quien le dijo a La Silla que por eso está promoviendo el voto vía internet para que los militantes decidan por ahí cuáles serán sus candidatos y qué coaliciones autorizan. De esa manera, asegura Paloma, “se contrarrestan a los politiqueros que inscriben y pagan para que 500 personas de su grupo vayan a las convenciones y decidan lo que quieran”.
En la misma orilla de la Senadora están, según ella misma cuenta, los senadores José Obdulio Gaviria, Paola Holguín, Iván Duque y Alfredo Ramos y el representante por Bogotá Samuel Hoyos. “Preferimos un candidato bueno que pierda a un politiquero que gane” dice sobre las coaliciones.
Desde la acera de enfrente, un miembro del Centro Democrático que le habla al oído a Uribe y prefirió que se omitiera su nombre, respondió: “Lo lógico en la política son las coaliciones, el que piense de otra manera no tiene olfato político. La política es el arte de sumar, así que es lógico que en región podamos unirnos con gente decente, por ejemplo, del Partido Liberal”.
Es la misma vieja tensión que se evidenció en ese partido cuando en una polémica convención nacional salió elegido como candidato a la Presidencia Óscar Iván Zuluaga y no Pacho Santos, quien parecía tener más simpatizantes.
La tensión entre el ala que se va más con la estrategia política (en la que están entre otros Fabio Valencia Cossio y la senadora María del Rosario Guerra, y en la que los ha acompañado el exministro Fernando Londoño) y el ala más ideológica y menos de estrategia como José Obdulio y Paloma.
El ala más política quiere jugar con estrategias que den frutos electorales, mientras que el ala ideológica es, por decirlo de alguna manera, más purista y por eso dice que prefiere un candidato bueno que pierda a uno politiquero que gane.
“Es radicalismo”, sentencia sobre estos últimos el militante cercano a Uribe que pidió el off the récord. “Nuestro punto de honor va a ser el voto electrónico, ahí sabremos si ganamos o perdimos ésta”, dice por aparte Paloma Valencia.
Esa mecánica para votar deberá decidirla el director del partido Óscar Iván Zuluaga, muy seguramente (como todo en el uribismo) sólo con el visto bueno de Uribe.
Por ahora, los preparativos uribistas para las regionales están de esa manera: pasado mañana se podrán inscribir los uribistas que quieran carné. Para ser candidato, el filtro, la revisión de sus antecedentes y calidades, las harán los respectivos directorios transitorios, que se armaron en las últimas semanas (y que cambiarán en las convenciones) y el veedor del partido. Este último no ha sido elegido, pero todo indica que será Fernando Londoño. Es decir, un miembro del ala más de estrategia política de la colectividad.
En marzo arrancarán las convenciones municipales. En abril 25, si todo les sale como lo tienen programado, los uribistas harán de manera simultánea todas las convenciones departamentales. Y después vendrá el gran congreso nacional en el que definirá un nuevo directorio nacional.
Pero mientras se dan esas formalidades y se resuelven, o no, las tensiones, Uribe recorre el país todos los fines de semana en sus giras como senador y aprovecha para impulsar posibles candidatos. Así se lo dijo a La Silla uno de sus cercanos: “Algunos ya le están manifestando que quieren aspirar y él también está promoviendo”.
En regiones clave para el uribismo como Antioquia, por ahora se vislumbran como casi fijas las candidaturas a la Gobernación de Liliana Rendón (del grupo del exgobernador Luis Alfredo Ramos), quien ya lleva rato en campaña por las provincias, y la del exsenador Juan Carlos Vélez a la Alcaldía de Medellín. Sin embargo, suena que el hermano de Fabio Valencia (Ramiro Valencia, exsecretario de la Alcaldía de Uribe y su consejero presidencial) podría querer ir a esa alcaldía y que Fabio apoyaría a Vélez pero a la Gobernación.
En Antioquia, a diferencia del resto de departamentos, el directorio departamental provisional tiene apenas tres integrantes. Y uno de ellos es Fabio Valencia Cossio. Eso es llamativo porque en el resto de regiones esos directorios, que tendrán mucho que ver en las convenciones y pueden promover alianzas, tienen unas 20 personas cada uno, por lo que los tres antioqueños tendrán un gran poder a la hora de filtrar militantes.
En Córdoba, la tierra de los dos senadores santistas más votados del país, suenan como candidatos a la Alcaldía de Montería por el uribismo María Teresa Haddad, gerente de una empresa privada y suegra del senador uribista Daniel Cabrales. Y Carlos Ordosgoitia, hijo del exdirector del INCO Luis Carlos Ordosgoitia. Si van con candidato propio, los uribistas podrían enredar la candidatura a esa alcaldía de los conservadores, que hoy tienen al alcalde Carlos Eduardo Correa.
Para la Gobernación de ese departamento por ahora no se mueve aspirante del uribismo y algunos auguran que podrían terminar aliados con el candidato (indestronable seguramente) que pongan los senadores Bernardo ‘Ñoño’ Elías y Musa Besaile, los más votados, entre quienes pese a haber sido rivales en la pasada campaña se cocina una alianza para la próxima. Sobre todo teniendo en cuenta la molestia de Ñoño y Musa con Santos II por la burocracia.
Aunque el sonajero se mueva, la última palabra sobre las apuestas uribistas (que ganaron en unos 600 municipios en los comicios presidenciales) para 2015 se sabrá a partir de marzo, cuando comiencen sus convenciones. Si no aplican el voto electrónico como lo pide un sector, se arriesgarán a que las grietas vuelvan a abrirse en el partido. El pulso apenas empieza.