Esta mañana se posesionó en el cargo Germán Torres Prieto. Antes de ser director de Tránsito de Bucaramanga fue veedor de Opción Ciudadana, el extinto partido del parapolítico.
Aliado del 'Tuerto Gil', nuevo Alcalde encargado de Bucaramanga
Germán Torres Prieto durante el acto de posesión como alcalde encargado de Bucaramanga.
Esta mañana en la dirección de Tránsito de Bucaramanga, Germán Torres Prieto se posesionó como Alcalde encargado de la ciudad.
Su nombre fue elegido por el gobernador de Santander, Didier Tavera, luego de una novela jurídica por la conformación de la terna que presentaron dos de los tres miembros del grupo significativo de ciudadanos que inscribió a Rodolfo Hernández en 2015.
Aunque en principio el nombramiento solo se extenderá por poco más de un mes, que es lo que le resta a la suspensión que la Procuraduría le decretó a Hernández mientras lo investiga por golpear a un concejal, con esta movida llega al primer cargo de la capital de Santander un político tradicional.
Además, de que ha hecho campaña al lado de varios de los políticos más cuestionados de Santander, hizo la mayoría de su carrera en las huestes del parapolítico Luis Alberto ‘el Tuerto’ Gil, capturado este año e investigado por presunta corrupción judicial y narcotráfico.
Todo cuando está a punto de arrancar en forma la campaña para las elecciones regionales.
La jugada de Torres
Como contó La Silla, la suspensión provisional de tres meses que le decretó la Procuraduría al alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, por agredir a un concejal, abrió una caja de pandora.
Más allá de las implicaciones jurídicas y de la posible sanción, la principal razón estuvo en que le dio juego a la posibilidad de que políticos que no responden a su línea tuvieran injerencia en su reemplazo justo en un año electoral.
Ese panorama era muy factible porque, como contamos en su momento, de los tres miembros que integraron el grupo significativo de ciudadanos que inscribió a Hernández en 2015, solo uno -el exmagistrado Reinaldo Ramírez- era de sus entrañas.
Mientras que Jorge Rodríguez es edil de Cambio Radical del barrio Estoraques y ha hecho política con el grupo de Fredy Anaya; Laurentina Ariza es la esposa del vicepresidente de la junta de acción comunal del barrio Esperanza III.
Inicialmente los tres se reunieron y empezaron a analizar todas las hojas de vida que se postularon para armar una terna en consenso.
En esa etapa hizo sugerencias desde Gabriel Hernández (hermano de Rodolfo Hernández que terminó distanciado de su administración), hasta el mismo Alcalde, quien envió una terna propia.
Al tiempo también empezaron a moverse otras fuerzas con miras a buscar la manera de influir en la conformación de la terna.
Hay versiones de dos sectores que intentaron tener injerencia.
Una, que fue la que más sonó, tiene que ver con que el excongresista y hoy precandidato a la Alcaldía de Bucaramanga, Fredy Anaya, se movió debido a su cercanía con Jorge Rodríguez.
Otra, que hasta ahora había pasado debajo de los reflectores y que confirmó La Silla con una fuente que lo sabe de primera mano, fue que Germán Torres Prieto, quien para esa época era el Director de Tránsito de la ciudad empezó a hacer su propio lobby.
Específicamente lo que hizo Torres Prieto, fue buscar al abogado Carlos Alfaro, de quien es amigo personal y quien es conocido por demandar a políticos en Santander, para que él a su vez buscara a Ariza y a Rodríguez, para que metiera su nombre y de paso ofreciera asesorarlos.
“Nunca se habló con Reinaldo porque él era el más distante y era abogado así que no se iba a asesorar”, dijo a La Silla una de esas fuentes.
Para ese momento, el jurídico de la Gobernación, Luis Alberto Flórez, había dicho que los inscriptores tenían 10 días para presentarle la terna a Didier Tavera; pero cuando restaba un solo día para que se cumpliera ese plazo con una tutela Rodolfo Hernández logró que un juez levantara la suspensión.
Como todo se congeló y solo revivió hasta mayo cuando el Consejo de Estado revocó la tutela de Hernández, lo que nos contaron dos fuentes por aparte fue que el grupo de Anaya perdió interés.
Sin embargo, Alfaro sí volvió a buscar a Ariza y a Rodríguez, y le dijo a Germán Torres, quien para esa fecha ya había sido declarado insubsistente por diferencias con la firma de un contrato de consultoría para la modernización la semaforización, que viajara a Bucaramanga.
Sobre qué pasó para que Ariza y Rodríguez aceptaran la asesoría, La Silla no supo detalles; sin embargo, sí empezaron a trabajar con él.
Por su recomendación fue que esta vez solo se reunieron los dos y enviaron una terna en la que además de Torres Prieto, incluyeron los nombres de Víctor Azuero, quien venía de ser Director del Área Metropolitana de Bucaramanga y estaba recomendado por Gabriel Hernández desde diciembre, y de Magola León, fue unos meses jefe de control interno disciplinario.
La terna fue sorpresiva por dos razones: los tres habían salido de la administración en medio de encontronazos con Hernández, y ninguno hacía parte de la baraja de nombres que él había sugerido.
Luego el Alcalde calentó aún más los ánimos cuando salió a criticar el proceso y a sugerir que había plata de por medio.
“Apelaron a esa gente humilde (Laurentina y Jorge), los sobornaron para que firmaran. Yo sé que me van a meter otras demandas, entonces digo “presuntamente los sobornaron”, dijo en uno de sus programas de Facebook Live.
Que eso sea así La Silla no pudo comprobarlo, y Hernández tampoco entregó pruebas.
Sin embargo, al tiempo arrancó una novela jurídica en la que Alfaro fue decisivo.
Reinaldo Ramírez dijo que como no lo habían tenido en cuenta ni lo habían citado, la terna no era válida, y eso generó un tire y afloje.
Al final la Gobernación se metió indirectamente en la puja al citar a una reunión a los tres del comité.
Esa movida fue clave porque la conclusión -aún cuando en el encuentro ninguna de las partes aceptó cambiar su posición-, fue que se citaría a una reunión privada entre los tres.
Eso tuvo un efecto de fondo porque le quitó a Reinaldo el argumento de que no lo habían convocado -que era lo que tenía frenada la terna- y habilitó a Laurentina y Jorge para volver a presentarla, esta vez dejando constancia de que el tercer miembro fue convocado pero se negó a asistir.
En efecto, ese fue el desenlace.
Un nuevo Alcalde de las entrañas de la política tradicional
Germán Torres Prieto llegó a la Dirección de Tránsito de Bucaramanga en octubre de 2017 tras la salida de Miller Salas, un técnico que fue cuestionado por sus decisiones en movilidad.
El nuevo alcalde encargado es abogado y en el Santander político es conocido por haberse hecho al lado del parapolítico Luis Alberto ‘el Tuerto’ Gil.
En los últimos 15 años ha apoyado para la Gobernación de Santander las aspiraciones del parapolítico Hugo Aguilar, de su hijo Richard Aguilar y las dos de Didier Tavera; además, ha impulsado todas las candidaturas al Congreso de las listas de Gil.
Fue tan cercano a él que incluso fue veedor de su extinto partido (perdió la personería jurídica en marzo del año pasado porque no pasó el umbral de las legislativas) hasta una semana antes de posesionarse.
Su nombre empezó a sonar en esa administración por dos razones: fue recomendado por el exvicepresidente de la época, General Óscar Naranjo, de quien es cuñado, en una reunión privada con Rodolfo Hernández; y el mismo Alcalde lo conocía de atrás y le sonó que lo acompañara.
Ambos se cruzaron por primera vez a mediados de la década de los 90 cuando Torres fue director seccional del DAS y desde entonces eran ciertamente cercanos debido a que sus respectivas esposas son amigas.
Y aunque Hernández ha dicho que desconocía toda la trayectoria de su exfuncionario, lo que es un hecho es que le abrió una puerta a la política tradicional en su administración cuando lo nombró.
Precisamente, escogiéndolo a él, el gobernador Didier Tavera hizo una movida a dos bandas.
Por un lado pone a un viejo conocido con el que ha hecho campaña la mayoría de su carrera política a mandar en Bucaramanga, y por otro le da en el ego a Rodolfo Hernández quien se había opuesto directamente a la llegada de Torres a reemplazarlo.
Aunque ayer, una vez se conoció la decisión, Rodrigo Fernández, el asesor de contratación y una de las manos derechas de Hernández renunció principalmente porque se enfrentó con Torres y fue el que detonó su salida, los demás miembros del gabinete esperarán las decisiones del nuevo alcalde encargado.
Además del gabinete, Torres tendrá poco margen de maniobra, no solo por el tiempo que estará, sino porque el personal y la plata -que son los botines- están bloqueados.
Mientras que la mayoría de contratistas de prestación de servicios están vinculados hasta final de año, el 70 por ciento del presupuesto ya está invertido y el otro 30, en su mayoría, es de destinación específica.
Sin embargo, si quisiera influir en decisiones como la del giro de la sobretasa ambiental, que está en el área metropolitana por decisión de la Alcaldía, aún cuando hay un fallo que le devolvió la autoridad ambiental a la Cdmb, podría hacerlo.
Además, su llegada sí le abre la puerta a todos los políticos tradicionales de los que Torres es amigo personal, entre esos el grupo del 'Tuerto' Gil, cuando falta menos de un mes para que arranque la ley de garantías.
Como cabe la posibilidad de que la Procuraduría alargue por otros tres meses la suspensión de Hernández si al término de la actual aún no hay fallo, aún falta ver cuánto tiempo durará la estadía de Torres en el palacio municipal y si se decide a mover más fichas para aumentar su poder.