¿Y cómo cuentan esos votos? Por un lado, sellando alianzas con otros políticos que tienen caudales contados en elecciones anteriores, así no hayan quedado elegidos. También asegurando burocracia con sus aliados. Los botines más codiciados, porque ejecutan contratos y tienen puestos son las alcaldías y la Gobernación.
Pero también hay instituciones públicas donde los nombramientos se dan por influencia política, como los hospitales y universidades. Finalmente, está la estrategia de cortarle caminos a la competencia, copando espacios en los lugares mencionados arriba. Por ahora, poca ideología u opinión.
Aunque de aquí a noviembre muchas cosas pueden cambiar las cuentas iniciales son que en Norte de Santander hay cinco curules para Cámara de representantes, que son elegidos solo con votos del departamento. Esos votos, a su vez, han ayudado históricamente para poner tres curules al Senado. Estos últimos son de circunscripción nacional, es decir que cualquier persona en el país puede votar por un candidato, pero los cálculos dan para que con los del departamento puedan ser elegidos en las listas de Senado.
Entonces, así se empieza a cocinar la campaña legislativa en ese departamento fronterizo, donde la forma de hacer política tradicional sigue poniendo a la mayoría de congresistas.
Los que ya tienen armada la estructura
En Norte de Santander la mayoría de políticos son de estirpe conservadora, pero eso no influye a la hora de inscribirse en los partidos, incluso de colores liberales, y menos en las alianzas que tejen para llegar al poder.
El más poderoso elector en esa región es el exgobernador William Villamizar, quien empezó como concejal de Cúcuta en los noventa y ya ha sido dos veces gobernador de Norte. Su grupo político lleva 16 años con el poder en la Gobernación y desde allí mantienen un representante a la Cámara propio y a su vez le ponen ciertos votos a los demás congresistas.
Desde el grupo de Villamizar se está armando una lista en función de un solo congresista.
Aunque es de origen conservador, la estructura política de Villamizar funciona dentro del Partido de La U. Desde ahí está siendo protagonista en la cumbre de gobernadores que se está moviendo para tener un candidato único a la presidencia. También, mantiene en el poder al representante a la Cámara, Wilmer Carrillo, así le toque hacerlo solo.
“¿Quién se va a meter a la lista de William para quemarse?”, nos dijo un político de la región. Es que un candidato de tantos votos asegurados, fácilmente quema a sus compañeros de lista que no tengan tanto caudal electoral.
Así, hoy la lista de La U a la Cámara para 2022 la están armando entre los mismos miembros del grupo del exgobernador.
Villamizar planea mantener en la curul a Wilmer Carrillo, un exfuncionario de su administración y uno de sus hombres de confianza. Para llenar la lista suenan el exalcalde de El Zulia, Pepe Ruiz y un candidato que pondría el diputado por Cambio Radical, Pedro Leyva, a su vez ahijado político de Villamizar. En Norte de Santander, como en muchas otras regiones, las fidelidades se cruzan entre partidos.
La otra apuesta del grupo de Villamizar es el representante Ciro Rodríguez del partido Conservador. En 2019 Rodríguez se movió para que su colectividad le diera el aval a Silvano Serrano, actual gobernador y ahijado de Villamizar. A cambio de ese apoyo, el representante cuenta con parte de los votos del grupo del exgobernador para repetir por quinta vez en la Cámara.
La otra lista que se está armando en función de un solo político es la liberal, el otro partido tradicional que es menos fuerte que el Conservador, pero que se mete en la pelea. En el partido rojo el representante Alejandro Carlos Chacón le quitó el cacicazgo a los hermanos Cristo –el exministro Juan Fernando y el senador Andres–. Eso implica que Chacón, gracias a su amistad con el expresidente César Gaviria, el presidente del partido, es la voz cantante a la hora de entregar avales.
Chacón quiere subir al Senado y para eso está armando una lista a la Cámara en la que todos sean su fórmula, es decir, que todos los candidatos a la Cámara le voten a él al Senado. Por ahora, en la lista están el exalcalde de Cúcuta, Donamaris París-Lobo; el exdiputado y excandidato a la Alcaldía de Ocaña, Wilmer Carrillo; y Chacón está persuadiendo a la exdirectora de Comfanorte, Claudia Uribe, para que también haga parte. La aspiración de Chacón es lograr que al menos uno salga electo.
Por último, aunque no tiene definida su fórmula en la Cámara, el otro congresista de Norte de Santander que ya sabe que buscará repetir en el congreso es el senador del partido Conservador, Juan Carlos García.
Tanto el exgobernador William Villamizar, como el senador Juan Carlos García y el representante Alejandro Carlos Chacón, ya tienen su plan listo. Su estructura política en Norte de Santander tiene asegurada la maquinaria para apalancar sus votos.
En el caso del grupo de Villamizar, como dijimos anteriormente, es a través de la Gobernación de Norte de Santander, en cabeza de Silvano Serrano. Desde allí entregan, mantienen y prometen contratos de prestación de servicios, y reparten mercados y ayudas de la administración, como proyectos productivos o subsidios. Además, con el apoyo económico de contratistas amigos, su estructura garantiza toda la logística de la campaña: publicidad, avanzadas, buses y refrigerios.
En el caso de Juan Carlos García, la mayoría de sus votos están respaldados por el control de las cajas de compensación de Norte de Santander, cuyos sindicatos, empleados e influencia sobre afiliados también representan una red de votos que los políticos en Norte han logrado capitalizar permeando la elección de los directores. Así, aunque son privadas, los directores terminan respondiendo a los intereses de los congresistas que los ayudaron a elegir. La de Comfaoriente, que mantiene desde hace años y la de Comfanorte, que conquistó este año.
En el caso de Chacón, la principal cuota burocrática que mantiene su estructura es la Universidad de Pamplona, en cabeza de Ivaldo Torres. Esa universidad es uno de los fortines más apetecidos de Norte de Santander. Maneja un presupuesto de más de 100 mil millones anuales y una amplia contratación de docentes en tres ciudades del departamento.
Encima, Chacón también cuenta con el apoyo de Villamizar, cuya fórmula para mantener el poder en la Gobernación radica en que le pone una porción de votos a cada congresista que lo apoya en las locales.
Además, aunque el mismo Chacón nos dijo que no está aliado con el condenado Ramiro Suárez, desde el grupo del exalcalde de Cúcuta, tres fuentes nos dijeron que él es el candidato al Senado que van a respaldar, por directriz de su jefe.
A los que les falta maquinaria para tener curul garantizada
El exalcalde Suárez, otro de los grandes electores de Norte de Santander, enfrentará las elecciones de 2022 sin su fortín político por excelencia: la Alcaldía de Cúcuta. Suárez fue condenado por ser el autor intelectual de un homicidio y desde La Picota mantuvo el poder en la Alcaldía durante todo el periodo pasado. Por eso, como contamos en esta historia, en 2018 la maquinaria de la Alcaldía se movió para poner en la Cámara de Representantes a Jairo Cristo Correa, actual congresista de Cambio Radical.
Por ahora la casa Suarez le apuntan a que Cristo repita. Sin embargo, no la tienen fácil. Suárez no solo perdió la Alcaldía en 2019. Quien se la quitó, el outsider Jairo Yáñez, llegó al poder pregonando ser su antítesis, de modo que su estatus de elector invencible, por el que muchos líderes comunales estaban junto a él, está golpeado.
Y si bien tiene dos cuotas políticas departamentales, la dirección del Instituto Financiero de Norte y la dirección administrativa del Hospital Erasmo Meoz, ninguna le da capacidad de contratación amplia como para sostener la ‘mancha amarilla’, como bautizaron en Cúcuta a cientos de contratistas temporales en oficios varios de la Alcaldía de Cúcuta vestidos de amarillo, que en realidad mantenían la estructura política de Ramiro Suárez, como contamos en esta historia.
Además, la lista a la Cámara de Cambio Radical, por ahora no tiene más fuerzas detrás que la de Suárez. Puede que entre Yirley Vargas, la esposa del concejal Jorge Acevedo, el excandidato a la Alcaldía que Ramiro Suárez apoyó en 2019. Él sí tiene una tolda de votos propia pero en todo caso, no es tan amplia como para garantizar una curul.
Y aunque Cambio Radical tiene un senador en la región, el exgobernador Edgar Díaz Contreras, no tiene relaciones con el grupo de Jairo Cristo y el exalcalde Ramiro Suárez, de modo que no irían en fórmula.
Precisamente Díaz es uno de los congresistas que aún no tienen definido su camino para mantenerse en el poder.
Los que aún no tienen nada definido
Inicialmente, el plan del exgobernador y hoy senador Edgar Díaz Contreras, de Cambio Radical, es mantener su curul en el Senado. Pero recientemente en el departamento ha empezado a sonar que aspiraría al Congreso en 2022, y en cambio, buscaría nuevamente la Gobernación en 2023.
Eso es poco probable, dado que implicaría enfrentarse al grupo de Villamizar y son amigos y aliados. Pero que su candidatura al Senado no esté 100 por ciento garantizada, tal y como nos dijo una fuente de grupo político y un contratista aliado suyo, revela la preocupación de Díaz por alcanzar nuevamente la votación que sumó en 2018.
Por un lado, porque hace tres años lo hizo en fórmula con Chacón, por debajo de cuerda, ya que son de partidos distintos. Pero Chacón ahora busca llegar al Senado, de modo que se competirán votos. Por otro, porque, tal y como nos dijo uno de sus líderes en Cúcuta: “Cambio Radical no está fuerte y seguro va a perder curules, así que toca sacar muchos votos y en Norte no alcanzan”.
La mayoría de los votos de Díaz Contreras, son de esa región. Es decir, no tiene caudal electoral representativo fuera de Norte.
En contraste, el senador está contemplando apalancar a la Cámara a Ludy Páez, la exdiputada y exgerente del Canal TRO, el canal público de los santanderes, y miembro de confianza de su equipo. La pregunta es en la lista de qué partido lanzarla. Los candidatos de una misma lista compiten internamente, por la naturaleza de el voto preferente. Por eso, para darle más posibilidades de salir electa, Díaz quiere un espacio para ella en la lista a la Cámara de los verdes. Esto se lograría a través del senador Antonio Sanguino, hoy precandidato presidencial del partido Alianza Verde, tal y como nos dijo un aliado de Sanguino y un líder del grupo de Díaz Contreras.
Los verdes no tenían congresistas en Norte y solían ser irrelevantes en las legislativas. Pero en 2018 obtuvieron una votación reveladora en la lista a la Cámara, aunque no lograron curul. Luego, en 2019, de manera sorpresiva y sin aliados, lograron elegir Alcalde en la capital, una muestra de que en Cúcuta, al menos, empieza a pesar el voto de opinión. Si bien, esta es una tendencia que se diluye en las elecciones legislativas.
Así, el atractivo de los verdes radica en que arrastran algo de opinión, y, además, no hay pesos pesados electorales, por lo que la curul se puede conseguir con una votación menor a la que sacan los que tienen estructura detrás.
Por ejemplo, en vez de los 60 mil votos que pone el congresista de William Villamizar, 25 mil votos alcanzarían.
Buscar cabida en el partido verde también está en los planes de los hermanos Cristo, el exministro Juan Fernando y el senador liberal Andrés Cristo. Juan Fernando, el exministro de Santos, fue uno de los disidentes del liberalismo que salió del partido en 2019, y hoy es precandidato de la Coalición de la Esperanza.
Totalmente borrados de las toldas rojas, lo único que tienen garantizado los Cristo es el cupo en la lista al Senado de Andrés, que se quedó en el partido por el que había sido elegido Senador. Sin embargo, su votación en Norte de Santander disminuyó considerablemente en las elecciones de 2018, por lo que los Cristo necesitan un candidato a la Cámara que les ayude a hacer campaña. Con las puertas cerradas en la lista liberal, también están buscando un cupo en la lista del Verde, así implique tener fórmulas cruzadas.
Según nos dijo un aliado suyo, y una fuente del partido Verde en Norte, el aterrizaje en los la Alianza Verde la está gestionando Juan Fernando Cristo, que también es cercano a los verdes en Bogotá, concretamente al grupo de la alcaldesa Claudia López y al del exgobernador de Cundinamarca, Jorge Rey.
Para ser el candidato a la Cámara de Representantes de los Cristo por los verdes, como fórmula no oficial de Andrés Cristo, suena el exalcalde de Toledo, Jairo Castellanos, quien es su aliado.
La revelación de 2018 por ahora no pinta fuerte para 2022
En las elecciones de 2018 el Centro Democrático arrasó en Norte de Santander, al punto de convertirse en bastión uribista. Juan Pablo Celis llegó a la Cámara y tras la renuncia de Álvaro Uribe, Milla Romero subió al Senado.
Por ser partido de Gobierno y haber logrado ese resultado con voto de opinión uribista –influenciado también por la crisis fronteriza–, la expectativa estaba puesta en que lograran más espacios de poder en las elecciones locales de 2019. Pero su candidato a la Alcaldía de Cúcuta resultó irrelevante y aunque su candidato a la Gobernación era fuerte, no lograron derrotar al fortín de Villamizar.
Por ahora, en el Norte político suena que el representante Juan Pablo Celis quiere subir al Senado y no hay certeza que la senadora Milla Romero quiera repetir. Sin Álvaro Uribe en la lista, la cantidad de votos necesarios que deben poner los mismos candidatos, sin la ayuda del voto por la lista en general que ponía Uribe, aumenta sustancialmente.
Y en la lista a la Cámara tampoco hay nombres definidos con votación propia. El único sonando es el hijo del exsenador conservador Juan Manuel Corzo, Felipe Corzo, quien renunció a los azules para aterrizar en el uribismo. Sus votos son los de su papá, quien salió del Congreso quemado.
Por ahora los únicos en Norte que tienen un panorama claro, son los caciques con maquinaria detrás.