Char logró más que los Ñoños en 2014

Silla Caribe

Clan Char de Barranquilla barrió en legislativas sacando bancada propia de 10 congresistas. Algunas de sus fichas llegaron comprando votos.

Uno de los fenómenos electorales de las legislativas 2018 es el clan Char de Barranquilla, que pasó de sacar en 2014 un senador de casi 110 mil votos a obtener el pasado domingo una bancada propia de 10 congresistas, cuyos senadores suman juntos casi 400 mil respaldos.

 

La disparada supera de lejos la de los Ñoños (los exsenadores de La U Bernardo 'el Ñoño' Elías y Musa Besaile), que hace cuatro años sorprendieron al país con una megavotación conjunta de poco más de 285 mil apoyos, que los volvieron determinantes en las presidenciales.

Ahora, los Char se gradúan de caciques regionales más poderosos del país, nuevo súper poder en el Congreso y factor de peso (mayor al que ya tenían) en las presidenciales desde la clave región Caribe.

Sólo el expresidente Álvaro Uribe contará a partir del 20 de julio -que se instale el nuevo Congreso- con una cuerda de congresistas propios tan amplia. La otra gran baronesa regional del país, la gobernadora del Valle Dilian Francisca Toro, sumó seis legisladores en las elecciones del domingo.

Algunas de las fichas charistas llegaron comprando votos.

La aplanadora (y la compra de votos, en dos casos)

Como lo habíamos contado en La Silla Caribe hace un año, la casa política que lideran el alcalde barranquillero Álex Char y su padre, el cacique y empresario Fuad Char, por primera vez en su historia armó un ajedrez para hacer esta fuerte apuesta al Congreso.

Los 10 congresistas charistas son los senadores electos Arturo Char (hermano de Álex y el único senador con el que hasta ahora contaban los Char), Luis Eduardo ‘Lucho’ Díaz Granados, Antonio Zabaraín y Fabián Castillo, que alcanzaron en total 392.850 votos.

Y también seis representantes a la Cámara: cuatro en el Atlántico (César Lorduy, José Amar, Modesto Aguilera y Karina Rojano), uno en el Magdalena (Carlos Mario Farelo) y otro en San Andrés (Jorge Méndez).

Todos llegaron con el aval de Cambio Radical, el partido de este clan.

Los seis representantes sacaron las mayores votaciones de sus respectivos departamentos: los del Atlántico alcanzaron cada uno alrededor de 70 mil votos. Farelo, con 56.628 apoyos, fue la Cámara más votada del Magdalena. Y el sanandresano Méndez dobló en respaldos al otro congresista electo de la isla (la liberal Elizabeth Jay-Pang Díaz), con 6.876 sufragios.

Por cierto, es la primera vez que los Char pisan políticamente San Andrés Islas, un territorio con poco caudal electoral, pero que ahora les da el poder de contar con una curul más en el Congreso.

A excepción de Arturo Char y del empresario César Lorduy, todos esos legisladores elegidos vienen de grupos políticos que se habían movido más allá de los Char.

Por ejemplo, el senador electo Antonio Zabaraín dirige un movimiento con una estructura que le permitió llegar a ser alcalde de Ciénaga (Magdalena) y llevar a su esposa, Inés López, a la Cámara por el conservatismo en 2014.

Karina Rojano, por su parte, es la hija y heredera política del concejal más votado de Barranquilla: Carlos Rojano, del Partido Conservador y quien hasta hace poco tiempo hacía parte de la casa del longevo senador en retiro Roberto Gerlein.

Fabián Castillo y Carlos Mario Farelo son del grupo del exgobernador y dirigente de Cambio Radical en el Magdalena, Luis Miguel ‘el Mello’ Cotes.

Sin embargo, para estas legislativas todos entraron a integrar el ajedrez del clan Char, con el que pactaron respaldos financieros y logísticos para poder fortalecer sus candidaturas, como nos lo aseguraron por aparte dos políticos que lo saben de primera mano.

Parte de los acuerdos incluía que algunos de los que aspiraban a Cámara iban en fórmula por debajo de cuerda (para evitar ser acusados de doble militancia) con candidatos a Senado de otros partidos, como los conservadores Laureano ‘el Gato Volador’ Acuña y Aída Merlano, a quien la Fiscalía pidió investigar tras el allanamiento a su sede de campaña por supuestamente hacer parte de una estrategia de compra de votos de más de seis mil millones de pesos; y Miguel Amín de La U.

Esos tres senadores son aliados de los Char y pactaron con ellos ponerles votos a sus cámaras en Cambio Radical, como lo revelamos en La Silla Caribe.

La aplanadora charista se movió con maquinaria pura (reporteando nuestra crónica en vivo del domingo pudimos ver en Barranquilla buses y carros transportando masivamente votantes de Antonio Zabaraín, por ejemplo) y en el caso puntual de Lucho Díaz Granados y José Amar con una compra de votos de la cual La Silla Caribe fue testigo, como lo contamos en esa historia.

Eso ocurrió en el municipio de Soledad, vecino a Barranquilla y conocido como "la capital mundial del fraude", en donde vimos cómo votantes que salían de los puestos de votación eran trasteados en motocarros identificados con el logo de un águila hasta la sede de una fundación llamada "Fundación Social Únete", que tenía el lado de su puerta un afiche de Díaz Granados y Amar.

De allí vimos salir a un mochilero o puya ojos (como se les dice a los compradores barriales de votos de los políticos) que en una esquina les entregó unos billetes de 50 mil pesos a unas mujeres.

 

Las victorias de las cartas del charismo fueron clave en la disparada de Cambio Radical en el país y en el Caribe, en donde en cuatro años ese partido pasó de tener tres a contar con siete senadores y de cinco a 12 representantes a la Cámara.

A la apuesta charista, no obstante, no le alcanzó para ganar otras dos curules a Senado que muchos en la región daban como un hecho: las de los aspirantes Ana María Castañeda (de Sucre, esposa y heredera del actual senador liberal Mario Fernández, quien ahora es charista y cuyos líderes amedrentaron el domingo a un periodista de La Silla que los vio repartiendo plata, como lo contamos). Y Carlos Gómez (de Córdoba, excandidato a la Gobernación que iba con el respaldo del grupo que lidera el parapolítico Pedro Pestana).

Con las presidenciales en el horizonte, ahora lo que falta por ver es hacia dónde se va a mover la poderosa maquinaria del grupo barranquillero.

Los Char son la punta de lanza de la candidatura de Germán Vargas Lleras en el Caribe. Sin embargo, en la Barranquilla política no descartan que si a Vargas le sigue yendo mal en las encuestas este grupo empiece a considerar subirse al bus del uribista Iván Duque, dada la cercanía histórica entre Fuad Char y Álvaro Uribe.

Justamente, el patriarca Char y el expresidente se reunieron a fines del año pasado para “entablar un encuentro entre amigos y sin ningún carácter político”, como lo definió Char papá en declaraciones oficiales.

El periódico El heraldo reportó que en la reunión hubo “quibbes, jugos, deditos de queso y arepa antioqueña”.

Una persona que está hoy en el círculo Char nos comentó hace unos días fuera de micrófonos: “Si sienten que Vargas no está seguro, (los Char) podrían irse con Uribe. Tu qué crees que a qué se han sentado Fuad Char y Uribe últimamente, ¿a comer quibbe?”.

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