A diferencia de lo que le ocurrió a Carlos Caicedo, hace cuatro años, al iniciar su gestión como alcalde de Santa Marta, su sucesor y ahijado político Rafael Martínez comienza su administración con un panorama más despejado porque, por ahora, tiene de aliadas a las dos entidades que le harán control fiscal y político: la Contraloría y el Concejo.
El arranque (por ahora) despejado del alcalde de Santa Marta
A diferencia de lo que le ocurrió a Carlos Caicedo, hace cuatro años, al iniciar su gestión como alcalde de Santa Marta, su sucesor y ahijado político Rafael Martínez comienza su administración con un panorama más despejado porque, por ahora, tiene de aliadas a las dos entidades que le harán control fiscal y político: la Contraloría y el Concejo.
Con la elección del contralor, el caicedismo probó una vez más el poder que ha consolidado desde que maneja la burocracia y contratación de la alcaldía samaria. Con 18 votos de 19, el Concejo eligió el 10 de enero a Wilfredo Ospino, un economista que trabajó con el alcalde Martínez y con Carlos Caicedo. Por eso, desde un comienzo Ospino se perfiló como el más opcionado y no han faltado los calificativos de 'contralor de bolsillo'.
El nuevo contralor fue profesor durante 18 años en la Universidad del Magdalena y los últimos nueve, jefe de control interno de esa institución. Es la misma alma máter que Caicedo dirigió entre 1997 y 2006, y en la que el actual alcalde fue, con el apoyo de Caicedo, decano de la Facultad de Ciencias Empresariales y Económicas.
En cambio, en enero de 2012, Caicedo comenzó con un contralor enemigo. Tan pronto él asumió como alcalde, el conservador Horacio Escobar Luque no le quitó la lupa de encima y hasta le pidió al gobierno de Santos, en diciembre de 2013, suspenderlo del cargo, mientras la Contraloría de Santa Marta resolvía los 431 hallazgos fiscales que supuestamente lo involucraban.
Sin embargo, un fallo de tutela a favor de Caicedo dejó sin efecto esa resolución de suspensión y pudo continuar en su silla y terminar periodo el 31 de diciembre pasado.
La otra institución en la que, por ahora, el alcalde Martínez tiene un ambiente favorable es el Concejo. De los 19 concejales, “19 están con una clara voluntad de colaborarle”, le dijo a La Silla uno de ellos, incluidos aquellos que repiten curul y fueron fuertes críticos de la administración caicedista, de la que Martínez fue actor clave.
En 2012, Caicedo empezó mandato con nueve de los 19 concejales. Y en menos de tres meses, en su coalición solo seguían cinco. Poco tiempo después, comenzaron a ser públicas las peleas entre el alcalde y el Concejo por la aprobación de los proyectos. Sin embargo, en el último año y medio, esa corporación terminó aprobándole algunas iniciativas. Aunque Caicedo nunca tuvo una mayoría dispuesta a apoyarlo en todo.
Las próximas semanas se sabrá si la luna de miel de Martínez con ambas entidades es durarera o si comenzarán a aparecer las pugnas políticas que tanto protagonismo le dieron a su padrino Caicedo.