En el panorama sólo era clara la reforma a la justicia, pero sin saber si el virus deje sesionar al Congreso, lo más probable es que ni la radiquen.
El Congreso paró por Coronavirus, pero igual Duque no tenía mucho para presentar
Foto: Presidencia
El presidente del Senado, el liberal Lidio García, sacó esta mañana un comunicado informando que el Congreso suspenderá sus sesiones legislativas hasta el 13 de abril, es decir, hasta después de Semana Santa; que, mientras tanto, tratarán de implementar un sistema virtual para sesionar; y que buscarán que no haya vacaciones legislativas en junio para tratar de compensar el tiempo perdido en este mes. Y todo eso, sujeto a que la situación del Coronavirus esté controlada dentro de un mes.
Así que luego de que el presidente Iván Duque le dio ministerios a los partidos de La U, Cambio Radical y el Conservador para tratar de construir una coalición amplia que le diera mayor gobernabilidad, por ahora no se verán esos frutos. No solo porque hasta ahora arranca el Coronavirus en Colombia, sino también porque el gobierno no había logrado armar una agenda legislativa ambiciosa para presentar ahora.
El Congreso en veremos
Aunque en su comunicado, el Congreso anuncia que tratará de diseñar un sistema para sesionar virtualmente, éste se aplicará -si se hace- hasta después de Semana Santa y se perderá este primer mes de sesiones.
El Secretario General del Senado, Gregorio Eljach, le dijo a La Silla Vacía que desde hoy empezaron a trabajar en cómo hacer el sistema virtual y que esperan tenerlo listo para el 13 de abril, cuando se reanuden las sesiones.
También está en veremos si pueden alargar el periodo más allá del 20 de junio para compensar este mes que perderán.
“Trataremos de que legalmente podamos alargar el periodo sin que se convoque a extras”, le dijo a La Silla, el presidente de la Cámara, Carlos Cuenca.
Para lograrlo, tendrían que cambiar el reglemento del Congreso de tal forma que el periodo no acabe el 20 de junio sino en julio, algo que en todo caso implicaría una reforma a la Constitución; y no tienen el tiempo suficiente para hacerlo.
Queda abierta la posibilidad de que hagan una maroma jurídica para poder alargar el período sin lío o que el Presidente convoque a extras. Pero si lo hace, no podría salvar ninguna reforma constitucional de las que están el trámite porque según el reglamento del Congreso, los actos legislativos se deben debatir en las sesiones ordinarias y no pueden ser incluidas en sesiones extraordinarias citadas por el Presidente.
Y en última instancia, para hacerle cambios a los procedimientos del Congreso está la posibilidad de que Duque declare una emergencia económica.
Con ese panorama incierto, el viceministro del Interior para asuntos políticos, Daniel Palacios, le dijo a La Silla Vacía, que todavía no está decidido si el Gobierno va a radicar proyectos.
“Pero probablemente no presentaremos actos legislativas pues no sabemos si los tiempos nos vayan a dar", agregó.
Así que por ahora, el futuro del Congreso está en veremos. Aunque, de todos modos, la agenda legislativa que tenía Duque prevista presentar era poco ambiciosa.
Duque sin una agenda robusta
A pesar del esfuerzo que había hecho el Presidente para armar una coalición amplia, encargando tres carteras a los partidos Conservador, la U y Cambio Radical, la agenda legislativa que tenía lista para presentar era muy poco robusta.
De hecho, la ministra del Interior, Alicia Arango le dijo a los medios la semana pasada que la agenda no será grande porque “la mayoría de las cosas vienen en trámite”.
Es decir, que el Gobierno no presentará proyectos significativos nuevos, sino que dejará que se terminen de discutir los que ya están andando y que en todo caso no son muy ambiciosos.
Como, por ejemplo, la cadena perpetua para violadores, a la que le faltan cuatro debates porque es reforma constitucional; las votaciones de la conciliación del proyecto anticorrupción de pliegos tipo; los proyectos de ley del Ministerio de Justicia que buscan que haya una nueva regulación a los consultorios jurídicos, una reforma al código contencioso administrativo y una reforma al estatuto de arbitraje, que les faltan todavía tres debates y que, como contamos, no son una gran transformación para la rama.
De esos proyectos, sólo el de cadena perpetua tiene el riesgo de hundirse, pues es posible que sin un mes de sesiones se quede sin tiempo para lograr los cuatro debates que le hacen falta.
De la agenda nueva, el único proyecto que estaba firme para ser presentado era la reforma a la justicia que, según una alta fuente de ese ministerio, “siguen evaluando” si lo radican o no, pues el tiempo podría jugar en su contra y sería la segunda reforma a la justicia hundida en este Gobierno.
La ministra del Interior les dijo a los medios la semana pasada que radicaría la ley para reglamentar la reforma constitucional a las regalías que se aprobó el semestre pasado.
Y se suponía que iban a sumar los proyectos que saldrían de la Conversación Nacional, convocada por el Gobierno a raíz de las marchas del 21N y que terminó ayer. Pero según nos confirmó Diego Molano, el director del departamento administrativo de la Presidencia y líder de la Conversación Nacional, “están trabajando en ello”.
Así que de ahí saldrán cuatro temas para el Congreso, que según Molano se anunciarían hoy, aunque no había ocurrido al momento de publicar esta historia: empleo, medio ambiente, lucha contra la corrupción y una reforma al Icetex.
Sin embargo, con el coronavirus en la agenda, todo queda en veremos. Incluida la nueva coalición que, por lo menos con Germán Vargas, el líder de Cambio Radical, se había presentado sobre la base de un acuerdo programático. Ahora no será claro sobre qué puntales se mantendrá la coalición, sobre todo si Duque se mantiene en su promesa de no darles contratos ni puestos a los partidos a cambio de su apoyo.
El coronavirus, entonces, le da un margen de tiempo al Gobierno para preparar una agenda legislativa más transformadora para cuando se reanuden las sesiones en abril, pero, al mismo tiempo, si Duque quiere hacer sus prometidas reformas a la salud, a la justicia, pensional, laboral o política, tiene cada vez menos tiempo para hacerlo antes de que se acabe su Presidencia.