El desinflado sonajero de Horacio Serpa para Santander

Silla Santandereana

Horacio Serpa Uribe.

En medio de la crisis del partido por encontrar candidato a la Gobernación, las cartas del cacique liberal fueron humo. 

Cuando la contrarreloj para las locales de 2019 empezó a correr, el otrora cacique liberal Horacio Serpa abrió la baraja de precandidatos rojos para competir por los principales cargos del departamento.

Aunque lo hizo  porque dentro de las toldas rojas está tomando fuerza la idea de plegarse a una candidatura de otro partido (principalmente porque la aspiración de Fernando Vargas está embolatada) y él, según nos contó, cree que internamente hay fichas que pueden competir, en la práctica lo que su movida mostró es que el enredo tiene mucho de fondo.

Los nombres que Serpa puso a sonar fueron cinco:

  • Yolanda Pinto Afanador, exdirectora nacional de la Unidad de Víctimas y viuda del exgobernador de Antioquia, Guillermo Gaviria. 
  • Consuelo Ordóñez de Rincón, exdirectora del Área Metropolitana de Bucaramanga quien fue precandidata liberal a la Alcaldía en 2011. 
  • Jaime Chávez Suárez, presidente de la financiera Coomultrasan y hermano del excandidato a la Cámara Alberto Chávez (quien fue fórmula de Horacio José Serpa en Santander)
  • Carlos Ibáñez, exalcalde de Bucaramanga en los noventa y excandidato a la Alcaldía en 2015. 
  • José Luis Mayorca, médico oriundo del Cesar quien salió de la gerencia de la EPS Medimas en medio de denuncias y una puja de poder con otros directivos y en 2014 fue candidato al Senado por la lista liberal.

Si bien todos tienen en común que son conocidos dentro del liberalismo local y tienen trayectoria en el partido, todos tienen dos problemas que comparte el resto de la baraja: no tienen votos o no convencen a todas las fuerzas del partido.

 

Mientras las dos mujeres, Yolanda Pinto y Consuelo Ordóñez, no aglutinan porque, según tres fuentes del Partido Liberal que nos lo contaron por aparte, en los cargos que han tenido no han logrado tener empatía con la gente y tampoco tienen cercanía con las bases del partido.

Además, sobre el nombre de Carlos Ibáñez pesa el hecho de que en las pasadas elecciones dividió los esfuerzos liberales pues no todos estaban de acuerdo con su candidatura y como finalmente perdió la Alcaldía, llegaría a la contienda con el desgaste de la campaña pasada.  

El reparo sobre Chávez estaría en que la Procuraduría lo inhabilitó para contratar con el Estado por 10 años, por errores administrativos como miembro del Consejo de Administración de la extinta EPS SaludCoop.

Encima, a Mayorca, quien es el único que está preinscrito formalmente y viene impulsado por el representante Édgar ‘el Pote’ Gómez, le juega en contra que aunque lleva varios años viviendo en la región, su fuerte electoral no está acá, tal y como quedó demostrado en 2014 cuando fue candidato al Senado y se quemó con 24 mil votos de los cuales solo 4 mil fueron en Santander.

Que eso pase en ese partido es particularmente crítico porque los liberales fueron la fuerza política con mayor votación en el Congreso en la región el año pasado, en 2015 pusieron 10 de los 19 concejales de Bucaramanga y también eligieron Gobernador.

Si bien esa lectura tiene matices porque los liberales perdieron toda la fuerza burocrática de la Alcaldía de Bucaramanga con la victoria de Rodolfo Hernández, y Didier Tavera, como ha contado La Silla, desconoció a todo su partido, en la práctica siguen siendo una fuerza influyente en Santander.

Como todo está dado para que en la precampaña los partidos tradicionales se sienten a negociar con otros partidos macroalianzas, es clave que la carta con la que lleguen a buscar la alianza sea fuerte.

Sobre todo porque la apuesta está o en mantener la Gobernación o en recuperar la Alcaldía y en ese segundo escenario la situación es similar.

Mientras que Jaime Beltrán (el concejal más votado en 2015) y Claudia López (esposa del senador Miguel Ángel Pinto) renunciaron al partido para recoger firmas; el excolumnista de Vanguardia Miguel Ángel Pedraza, divide más de lo que suma, porque en su espacio de opinión criticó a varios de los que hoy quiere que lo respalden.

Así que a más de dos meses de que arranque formalmente la campaña, el panorama de los liberales sigue tan embolatado que ni el otrora cacique del partido en Santander lo ha podido desenredar.

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