El sello BID del Gobierno Duque

Silla Sur

La influencia del banco se nota en que varios de quienes le hablan al oído a Duque vienen del BID, en que de allí vienen varios altos funcionarios y en decisiones del Presidente.

Este sábado Iván Duque va a cambiar los polideportivos en los municipios por el auditorio ‘Enrique Iglesias’ del Banco Interamericano para el Desarrollo, BID, en Washington, para hacer su taller ‘Construyendo País’.

Aunque no será tan autóctono porque no tendrá el gallo que suena cada dos minutos contando el tiempo, durará apenas una hora y media y no ocho y tendrá menos gente (400 personas en vez de 1200), que Duque esté ‘Construyendo País’ en el BID, es una muestra simbólica del nivel de cercanía e influencia que tiene el banco en el que trabajó doce años, en su Gobierno.

Esa influencia se nota en que varios de quienes le hablan al oído a Duque vienen del BID, en que de allí vienen varios altos funcionarios y en decisiones del Presidente que tienen el sello BID.

Los de afuera

Duque habla regularmente con tres personas que vienen del BID para pedirles consejo.

 

Según dos fuentes de Palacio y otra del banco, la persona que más consulta es el economista español Enrique Iglesias, que era el presidente del BID cuando Duque llegó al banco como segundo representante de Colombia.

“Le consulta de todo. No solo temas económicos”, nos dijo María Paula Correa, la secretaria privada de Duque.

Iglesias es tan cercano, que en la página oficial de Duque está entre las cuatro personas que más han “marcado su formación”. Los otros son su papá, Iván Duque Escobar; el ex presidente Uribe; y Fabio Echeverri, el difunto ex presidente de la Andi y consejero de Uribe.

Justamente otra persona que le habla al oído pero no está en el día a día es el hijo de Fabio, Luis Guillermo ‘Luigi’ Echeverri, gerente de la campaña presidencial y el primer jefe de Duque en el BID.

Luigi era el director ejecutivo del BID por Perú, Ecuador y Colombia, y Duque, como su consejero principal, le preparaba los documentos para que los presentara en la junta del banco.

Ahora Duque habla con Luigi una o dos veces al mes. Pero son llamadas importantes. Por ejemplo, el día que el ELN puso la bomba en la Escuela General Santander, Luigi lo llamó a decirle que con el terrorismo no se podía negociar.

Cuando hablan, Duque le pide opiniones sobre proyectos de ley o personas que está pensando nombrar, para saber si le parecen confiables o no. De vez en cuando Luigi va a Palacio, pero por lo general hablan por teléfono o cuando accede a acompañar a Duque a algún lado.

El tercer ex BID con el que habla por lo menos una vez al mes es Luis Alberto Moreno, que reemplazó a Iglesias en la presidencia del BID en 2005 y fue reelegido en 2010.

Como Moreno era colombiano y Uribe quería que fuera electo, Duque y Echeverri se metieron de cabeza en las negociaciones con equipos de otros países para lograrlo.

Después de eso Moreno creó un puesto especialmente para Duque, el de director de la división de juventud, innovación y cultura, que fue una evolución del cargo de curaduría de cuadros que tenía otro personaje en el Banco.

Ahora, habla con Moreno de temas internacionales, en especial su lectura sobre Washington; económicos, en los que el Banco puede ayudarle al Gobierno; y tecnológicos.

Moreno también le ha presentado a políticos y empresarios, como lo hizo en Davos o lo ha hecho cada vez que pueden en Washington.

Además de esos tres consejeros directos, Duque ha nombrado a varios ex BID en altos cargos.

Los de adentro

Uno de los más cercanos a Duque es su alto consejero Felipe Buitrago, quien era consultor de la división que manejaba el hoy Presidente en el Banco y con quien escribió el libro ‘La Economía Naranja: una oportunidad infinita’.

Felipe Muñoz, el gerente de fronteras de Duque -que llegó a ese cargo nombrado por el ex presidente Juan Manuel Santos en febrero del año pasado, y Duque mantuvo- fue consultor del BID como número dos de Sergio Díaz-Granados en la delegación colombiana, durante cuatro años.

Otro caso es Juan Miguel Villa, el presidente de Colpensiones, la administradora pública de pensiones, que trabajó seis años en la División de Protección Social del banco.

También está Juliana Pungiluppi, la directora del Icbf, que fue consultora del BID de 2001 a 2008, en temas varios de política social.

Otro ex bid es Hugo Bahamón, asesor del despacho del ministro de Vivienda, Jonathan Malagón, que viene de trabajar en la Oficina de Relaciones Externas del BID.

Ese grupo de ex BID es un ejemplo de la forma en la que el modelo del Banco ha entrado al Gobierno que, más allá de eso, aterriza en prácticas o ideas que, como nos dijo una fuente del banco,  Duque ha querido “platanizar” en el país.

Del BID para Colombia

Duque tiene el chip del BID y eso se nota en su respeto por el sector privado, su fe en el emprendimiento y en que no hay que meterle la mano a los mercados, su convencimiento en el valor de la eficiencia en la política pública a través de un manejo gerencial y el accountability, y su concepción de la política social como directamente ligada al tema económico.

Todo eso se ve en temas concretos.

Una fuente del gobierno y otra del BID nos contaron por aparte que en plena campaña presidencial Carlos Enrique Moreno, hoy su Alto Consejero para la Gestión y Cumplimiento, viajó a Washington con los actuales ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, y Vivienda, Jonathan Malagón, y el consejero Buitrago.

Fueron a un evento en el BID con Idris Jala, un ‘gurú’ sobre las ‘delivery units’ o unidades de cumplimiento en gobiernos que se inventó el ex primer ministro británico,Tony Blair.

En 2009, Jala pasó de ser el CEO de Malaysia Airlines a crear en el Gobierno malayo la ‘Unidad de Gestión de Rendimiento y Entrega’, bajo la creencia de que los métodos y enfoques del sector privado pueden aplicarse con éxito en el sector público.

Al igual que Jala, Moreno aterrizó del sector privado (era presidente del Grupo Corona) para ser un supra consejero en el Gobierno.

“Vinimos con ideas de cómo copiar ese modelo en Colombia y Carlos Enrique fue el que lo concretó”, le contó a La Silla Malagón, el ministro de Vivienda.

“Un ‘delivery’ sirve para proteger la agenda estratégica del presidente. Esto es definir cuales son los ejes por los que el Presidente espera que lo recuerden, fijarles unas metas concretas y hacerle seguimiento”, le explicó a La Silla Rafael de la Cruz, gerente del BID para países andinos. Según él, hay siete personas del BID trabajando tiempo completo con Moreno en eso. 

La diferencia entre este delivery y el que tenía Santos con María Lorena Gutiérrez, según de la Cruz es que “en el momento en que se hizo con Santos, el gobierno tomó la decisión de enfrentar problemas específicos y no para todo el conjunto de temas del gobierno”.

En el proceso de crear adecuar ese ‘delivery’ a los pilares del Plan de Desarrollo de Duque (equidad, emprendimiento y legalidad) y de aterrizarlo en el decreto de reestructuración de Presidencia que creó la consejería para la gestión y el cumplimiento, el BID ha sido clave.

Como le contó a La Silla Sergio Díaz-Granados, un equipo técnico del banco ha trabajado con Moreno y su equipo para crear, entre otras cosas, un tablero con “metas transformacionales”, con fechas concretas y efectos sobre todas las carteras.

El rol de Moreno es coordinar al Gobierno en todos los niveles para sacarlas adelante y, según De la Cruz, site especialistas del BID trabajan tiempo completo con la oficina de Moreno armar en este ‘delivery unit’.

“Hemos tenido reuniones en Washington y en Bogotá para ir formulando la propuesta, y estamos ofreciendo algo de financiamiento en el corto plazo para darle personal hasta que ya esto se establezca como una unidad”, dijo de la Cruz a La Silla.

El apoyo del BID fue tan notorio que apenas salió el decreto de reestructuración, Mariano Lafuente, especialista del BID en gestión pública y quien ha trabajado en las ‘delivery units’, lo celebró como un trabajo en equipo.

La otra pata en la que se concentra el apoyo del banco tiene que ver con temas de transformación digital.

Ese tema representa toda una línea de trabajo y pensamiento que el BID ha venido trabajando como muestran varios artículos e investigaciones, en especial frente a implementar la factura electrónica, para que con ella los gobiernos mejoren la relación con el contribuyente y reduzcan la evasión.

En esa misma línea, en junio del año pasado BID y cuando Duque estaba a punto de llegar a la Casa de Nariño, le dio un préstamo por 600 millones de dólares a Colombia para mejorar el recaudo de impuestos e implementar un plan piloto para el uso generalizado de la factura electrónica, justamente una de las propuestas más reiteradas por Duque en campaña.

Eso ha seguido avanzando y Luis Alberto Moreno le puso a Duque un equipo del Banco que está trabajando en modernizar la DIAN, en línea con esa visión.

Otro tema en el que el Banco viene trabajando hace años es cómo acelerar el desarrollo de los países mediante nuevas tecnologías.

Para eso el BID se alió desde diciembre de 2017 con el Foro Económico Mundial, para diseñar políticas y pruebas piloto.

Una de ellas es la idea, que Moreno le sugirió a Duque en Davos, Suiza, de crear en Colombia un ‘centro de cuarta revolución industrial’ o  ‘industria 4.0’, como un espacio para pensar proyectos de inteligencia artificial. El ministro de Comercio, José Manuel Restrepo, comenzó a trabajar en eso con el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, para crearlo en esa ciudad.

Todo eso muestra que si bien el BID ha asesorado a varios gobiernos, con Duque su voz tiene un eco más fuerte.

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